La derecha sin complejos
Grupos de ultraderecha aprovechan el debate sobre droga y seguridad para relanzarse
Pena de muerte para narcotraficantes y terroristas. Abolici¨®n del aborto legal. Desmantelamiento de las autonom¨ªas. Evitar la inmigraci¨®n por la v¨ªa de la cooperaci¨®n internacional. ?stas son las ofertas de los grupos de "la derecha pura y dura" para solucionar lo que consideran "grandes males de Espa?a". Arropados por la pol¨¦mica desatada por la Ley de Seguridad Ciudadana y los ¨²ltimos atentados, el Frente Nacional y Juntas Espa?olas, dos grupos emblem¨¢ticos de la ultraderecha, han pasado a la ofensiva preelectoral.
Creen contar con una importante base social que, "desenga?ada del liberalismo", no encuentra lo suficientemente duro al Partido Popular y pide m¨¢s ca?a. Mientras, el empresario vasco Luis Olarra coquetea con unos y otros para formar un partido "de derechas, sin complejos"."Ya no hay ni izquierda ni derecha". La frase es de Luis Olarra, que argumenta: "El PSOE est¨¢ espantado con la ca¨ªda de los reg¨ªmenes del Este y quiere desmarcarse de todo lo que se parezca al comunismo, y el PP se ha declarado p¨²blicamente un partido de centro, renegando de su historia por puro complejo y dejando a la derecha cautiva y avergonzada". "En esta situaci¨®n", contin¨²a el empresario vasco, "la gente de derechas, la que quiere soluciones eficaces, aunque no sean agradables de tomar, se encuentra sin ninguna opci¨®n ante las urnas, y esto hay que arreglarlo".
Proyecto "nacional"
Con este objetivo, el industrial que desafi¨® a ETA se ha propuesto el empe?o de crear un partido "de derecha clara y completa", aunque no revela qui¨¦nes son sus compa?eros en este barco. "Hay que esperar a que est¨¦ maduro", explica. La definici¨®n de Olarra es aceptada sin titubeos, y a¨²n se queda corta, para dos partidos ya existentes, aunque extraparlamentarios: Frente Nacional, heredero de la extinta Fuerza Nueva, y Juntas Espa?olas. Ambas formaciones celebran en estos d¨ªas congresos con un objetivo compartido: vender a la sociedad su proyecto "nacional" con la vista puesta en las pr¨®ximas citas electorales.
"Hay un dato objetivo, que son los 13 millones de espa?oles que se abstuvieron en las pasadas elecciones municipales y auton¨®micas. Esos ciudadanos expresaron su desacuerdo con los partidos concurrentes y su rechazo al sistema. Ah¨ª est¨¢ nuestra oportunidad de captarles con nuestra filosof¨ªa nacional", dice Miguel Bernard, secretario general del Frente Nacional y delf¨ªn del presidente del partido, Blas Pi?ar.
Para lograr este prop¨®sito, los ultras de toda la vida han decidido desprenderse de los s¨ªmbolos del pasado "glorioso" -camisa azul, yugo y flechas, bandera preconstitucional, brazo en alto, atuendos paramilitares- aunque no renuncian a seguir convocando la concentraci¨®n del 20 de noviembre, comemorativa de la muerte de Francisco Franco.
Quieren desmarcarse de las actuaciones violentas de grupos de j¨®venes -cabezas rapadas o no- que se confiesan ultraderechistas y se amparan en la iconografia tradicional fascista. "No tenemos nada que ver, ni siquiera est¨¦ticamente, con esos individuos, aunque no podemos prohibir a nadie que acuda a nuestras manifestaciones", arguye Jorge Cutillas, secretario general de Juntas Espa?olas, el grupo convocante de la manifestaci¨®n en Barcelona que acab¨® con las agresiones de skin-heads contra viandantes.
"Queremos entrar en el juego democr¨¢tico y convivir con los dem¨¢s partidos en las instituciones. No creemos, a estas alturas, en la v¨ªa del golpe de Estado. El franquismo es irrepetible y mirar atr¨¢s no conduce a nada", dice Cutillas, que a?ade: "No somos ogros; queremos salir del gueto porque tenemos respuesta".
Las respuestas son pr¨¢cticamente id¨¦nticas en los hipot¨¦ticos programas de gobierno del Frente Nacional, Juntas Espa?olas y el inconcluso proyecto Olarra. Mano dura para el narcotr¨¢fico y para el terrorismo: Pena de muerte para casos de atentados con v¨ªctimas y narcotraficantes a gran escala. La diferencia de matiz entre las tres opciones reside en que Bernard optar¨ªa por declarar el estado de sitio en.la provincia donde se produzcan atentados -con lo que quedar¨ªa legitimada constitucionalmente la pena de muerte-, mientras que Olarra y Cutillas preven la posibilidad de celebrar un refer¨¦ndum antes de adoptar los necesarios cambios en la Constituci¨®n. Los derechistas puros y duros rechazan, un¨¢nimemente, la etiqueta de racistas que tan buenos resultados le ha dado en Francia al dirigente del Frente Nacional, Jean Marie Le Pen. "Los problemas de la inmigraci¨®n en Espa?a no son del calibre de los que padece Francia, donde tiene car¨¢cter de invasi¨®n y caos", aducen todos. La propuesta de la extre ma derecha en este campo se concreta en el control estricto de la entrada de extranjeros "para que no quiten el trabajo a los nacionales ni tengan que delinquir", o el incremento de la coperaci¨®n internacional "para que estas personas no tengan la necesidad de salir de su pa¨ªs".
"Caos y despilfarro
El Estado de las autonom¨ªas no es santo de la devoci¨®n de estos grupos. "La proliferaci¨®n de gobiernos y ministrillos ha sido uno de los factores decisivos de la sangr¨ªa econ¨®mica del Estado espa?ol", dice Luis Jos¨¦ Cillero, presidente de las Juventudes del Frente Nacional. La soluci¨®n a este "panorama de caos administrativo y despilfarro econ¨®mico" ser¨ªa, para Juntas Espa?olas y el Frente Nacional, la disoluci¨®n de los gobiernos y parlamentos aut¨®nomos y la instauraci¨®n de "un sistema administrativo regionalizado, pero sin gaitas de elecciones auton¨®micas".
En este punto, el empresario Olarra se desmarca con una propuesta radicalmente distinta: "Hay que cerrar el mapa auton¨®mico, definir competencias transferibles y dotar de medios de financiaci¨®n a las comunidades para poder gestionar su autogobierno". Aparte de este y otros elementos de disensi¨®n, todos coinciden en algo: "Lo que pretendemos es poner las cosas en orden".
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