Se me abren las carnes
Cuando leo sobre la ley Corcuera se me abren las carnes pensando en aquella madrugada de los a?os cuarenta, cuando un enjambre de polic¨ªas y guardias franquistas asalt¨® mi domicilio en uno de los barrios populares de Madrid, buscando a mi padre, cuyo ¨²nico delito era ser militante de la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo (CNT).Como no estaba en casa (s¨®lo est¨¢bamos mimadre, mi hermana y yo), aquel enjambre, pistola en mano, deliber¨® sobre la conveniencia de llevarme a m¨ª (ten¨ªa 17 a?os y estaba enfermo en la cama) para que as¨ª apareciera m¨ª padre. Ante los sollozos de nmi madre se impuso el criterio del mayor de ellos y me dejaron en casa. Ni que decir que el sistema surti¨® efecto y al d¨ªa siguiente mi padre se present¨® en Gobernaci¨®n. Le cayeron 20 a?os de c¨¢rcel.
?C¨®mo se nota que el se?or Corcuera no vivi¨® esa ¨¦poca, cuando trata de resucitarla!- A. M.
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