Hero¨ªna
El consumo de ciertas drogas, generalmente muy adulteradas, y que repercute de manera negativa en la convivencia, est¨¢ provocando reacciones incontroladas. Decir que dicho comportamiento es racista o fascista no ayuda a entender el asunto. Es evidente que hay personas adictas al consumo de hero¨ªna -lo que suelen inyectarse poca hero¨ªna contiene-, y dicho consumo tiene un precio muy elevado. El consumo de tabaco o de alcohol es no s¨®lo legal, sino barato, y poco preocupa que 13 personas de cada 100 que mueren en Espa?a se deba al tabaco; son muertes que no provocan inseguridad ciudadana. Pero aficionarse a la hero¨ªna suele traducirse en actos violentos que afectan a terceros.Sobre este problema, mucho se escribe. Desde muy diversos aspectos hay que abordar el asunto, y convendr¨ªa reflexionar si el consumo de hero¨ªna no es tambi¨¦n un derecho y si a las personas que desde hace a?os lo hacen -y que no desean dejarlo o no pueden- no ser¨ªa convemente que el Estado se hiciera responsable de suministrarles la correspondiente dosis, todas las ma?anas, en ambulatorios y hospitales. Si, despu¨¦s de la guerra civil, a los m¨¦dicos que se hicieron adictos a la morfina se les dio un carn¨¦ para seguir recibi¨¦ndola, y si el tabaco o el alcohol, drogas duras, matan tanta gente, ?por qu¨¦ no suministrar legalmente hero¨ªna?
Si personas que desde hace a?os son adictas a la hero¨ªna, en un contexto respetuoso y no marginante, la reciben se evitar¨¢n las sobredosis, diversas enfermedades, que el adicto termine en la c¨¢rcel, etc¨¦tera. Mejorar¨¢n sus expectativas y la calidad de vida, y, vinculado de manera normalizada a la red sanitar¨ªa y social, se crear¨¢ una situaci¨®n m¨¢s propicia para lo que se denomina integraci¨®n, e inclusive es posible que as¨ª puedan dejar dicho consumo.
Esta decisi¨®n no contradice otras estrategias ni tiene que ver con la legalizaci¨®n. Si decimos que un yonqui es un enfermo, cuando no quiera (y es un derecho) dejar de serlo hay que ofre cer una posibilidad que evite su definitiva desintegraci¨®n social. Y en la medida en que no cometa delitos, la sociedad estar¨¢ en condiciones de tener ante el fen¨®meno una actitud menos crispada.-
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