Comencini termina 'Marcelino, pan y vino'
La c¨¦lebre y trist¨ªsima pel¨ªcula espa?ola Marcelino, pan y vino, dirigida por Laslo Vajda en 1955, elogiada y amada por varias generaciones en todo el mundo, ha sido reelaborada en Italia. No se trata de una profanaci¨®n ni de un segundo cap¨ªtulo. Su director, Luigi Comencini, de 75 a?os, se ha encargado de realizar una versi¨®n a su manera, en forma de f¨¢bula, un cuento de hadas sin ogros ni brujas que respeta fielmente la simplicidad y el esp¨ªritu de la historia. Los actores espa?oles Fernando Fern¨¢n-G¨®mez y Alfredo Landa intervienen en el proyecto.
Autor de m¨¢s de 40 filmes (Pinocchio; Pane, amore e fantasia; Tutti a casa), Comencini ha sabido describir un argumento que lleva muy dentro desde hace 45 a?os: los ni?os."La decisi¨®n", explica el director, "de reconstruir hoy este cl¨¢sico de la cinematograf¨ªa espa?ola fue de los productores Di Girolamo y los Freudestein, convencidos de su ¨¦xito. Yo acept¨¦ su propuesta s¨®lo despu¨¦s de un par de a?os de insistencia y reflexi¨®n, pues esta historia, un hu¨¦rfano que canta y brinca en un convento de frailes, cuyo ¨²nico deseo es morir para reunirse con su madre, me parec¨ªa un poco sentimental y lacrim¨®gena. No obstante, me interes¨® el sabor de fantas¨ªa que pod¨ªa otorgarle a este drama".
Su peque?o protagonista, como siempre, no ser¨¢ un actor. Comencini no ha trabajado jam¨¢s con ni?os graciosos. Es imposible pretender un int¨¦rprete id¨¦ntico al viejo y conmovedor Marcelino, que era una fuente de alegr¨ªa y simpat¨ªa excepcionales, rasgos a los que debe, seg¨²n el cineasta, su incre¨ªble acogida esta obra. Pablito Calvo, como se llamaba aquel ni?o, es hoy un adulto. Y su vac¨ªo lo colmar¨¢ Nicol¨® Paulocci, un ni?o de siete a?os, de Perugia, de expresi¨®n inteligente.
Comencini ha transportado la trama de los anos cincuenta al XVII, un siglo que le ha permitido enfatizar libremente el aspecto fabul¨ªstico de Marcelino, con frailes buenos y un conde malvado. Esta nueva versi¨®n introduce dos personajes nuevos: el conde y la condesa. "Una serie de coincidencias hacen creer al conde haber hallado en Marcelino al hijo secuestrado de la cuna. Marcelino, por su parte, encuentra en esta figura su supuesto padre, que lo cautiva y lo conquista, ya que representa la familia que jam¨¢s ha tenido, pero que al mismo tiempo lo intimida y bloquea por sus modos autoritarios y rudos. Marcelino huye del castillo del conde para refugiarse en el convento de sus amigos frailes".
El rodaje se ha hecho, principalmente, en un convento franciscano del siglo XII, en Valnerina. Posteriormente, en el castillo de Bracciano y en los montes de la Tolfa, rincones de Italia intactos.
Babelia
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