Mecenazgo privado
POR FIN ha comenzado a circular por los ministerios el borrador de un proyecto de ley largamente esperado y de enunciado barroco: la de Incentivos Fiscales a la Participaci¨®n Privada en Actividades de Inter¨¦s General, conocida vulgarmente como ley del mecenazgo. Su mismo t¨ªtulo demuestra que no se trata de una ley de fundaciones, tal como parece prever el art¨ªculo 34 de la Constituci¨®n. Este anteproyecto incluye tanto a las fundaciones como a toda clase de asociaciones declaradas de inter¨¦s general y sin fines lucrativos.La ley propuesta por el Ministerio de Hacienda da un paso importante en el campo de la desgravaci¨®n fiscal, uno de los m¨¢s pol¨¦micos y, al mismo tiempo, estimulantes para la canalizaci¨®n de recursos privados hacia fines de inter¨¦s general. Si ¨¦s bueno perseguir el fraude fiscal, no lo es menos estimular la generosidad del capital privado para que asuma iniciativas que la Administraci¨®n no puede cubrir, bien por; falta de recursos como por su misma limitaci¨®n gestora. Las fundaciones privadas en Espa?a aportan ya en estos momentos m¨¢s de 50.000 millones de pesetas al logro de fines considerados de inter¨¦s general.
El reconocimiento que ahora se pretende mediante incentivos y desgravaciones fiscales plantea un doble rasero en lo,referente a las deducciones: la deducci¨®n fiscal de empresas y sociedades en general no podr¨¢ exceder del 10% de la base imponible del impuesto sobre sociedades que corresponda al donante. El tratamiento fiscal que reciben las donaciones particulares, por su parte, es m¨¢s generoso, otorgando a dichas donaciones el que su valor pueda ser deducido en su integridad en la cuota del impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas (IRPF).
La actual redacci¨®n del anteproyecto de ley plantea, adem¨¢s, alg¨²n interrogante. No parece coherente que una instituci¨®n declarada de inter¨¦s general por los ministerios de Cultura,, Educaci¨®n o Trabajo tenga que someterse a una nueva recalificaci¨®n ante la Delegaci¨®n de Hacienda correspondiente si quiere acogerse a los beneficios fiscales. Se corre as¨ª el peligro de que en el reconocimiento definitivo de este tipo de instituciones prevalezcan los criterios economicistas sobre los verdaderamente sociales, c¨ªvicos o culturales. Su ¨²nica justificaci¨®n ser¨ªa, obviamente, el pretender un control rigutoso en el -complejo equilibrio que se produce -entre los fines perseguidos y los tratamientos fiscales privilegiados.
Est¨¢ bien que, la futura ley establezca todo tipo de cautelas para evitar que esta actividad ben¨¦fica d¨¦ lugar a una nueva v¨ªa de elusi¨®n fiscal. Pero habr¨¢ que cuidar que los obst¨¢culos que se pongan en este terre no a las actividades mercantiles no impidan al mismo tiempo la acci¨®n ben¨¦fica que puede llevarse a cabo con los beneficios de las mismas. Ser¨ªa un fiasco quel con una ley nacida en teor¨ªa para abrir puertas a la iniciativa. ben¨¦fica del capital privado, siga siendo m¨¢s sencillo el procedimiento de residenciar patrimonios fundacionales espa?oles en Holanda o Luxemburgo y establecer delegaciones en nuestro pa¨ªs a los efectos d¨¦ hacer posible su acci¨®n ben¨¦fica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.