Noviembre
Si pudiera uno dejar el sexo en casa dentro de un armario, si el est¨®mago fuera tambi¨¦n desmontable para no tener que llevarlo siempre a cuestas exigiendo, si los sue?os de la cabeza no formaran parte de la circulaci¨®n de la sangre y alg¨²n t¨¦cnico lograra incorporarlos definitivamente s¨®lo al televisor, la gente saldr¨ªa a la calle e ir¨ªa a media altura flotando de felicidad y hasta es posible que el comercio agotara todo el surtido de t¨²nicas blancas, pero la maldici¨®n que los mortales soportan es terrible: est¨¢n condenados a transportar consigo a donde quiera que vayan el est¨®mago, el sexo y los sue?os sin que ¨¦stos desistan nunca de pedir con violencia su raci¨®n en ciertos momentos del d¨ªa, con lo cual las personas se convierten en bombas ambulantes, puesto que nada hay m¨¢s explosivo que la fisiolog¨ªa unida a las ansias de inmortalidad. Encima unos llevan pistola y s¨®lo comen f¨¦tidas hamburguesas, otros no logran ser amados ni un solo instante en su vida y adem¨¢s tienen navaja, la mayor¨ªa siente la gloria en la suela. del zapato cuando aprieta el acelerador y todo eso no hace sino acrecentar el peligro de salir de casa si no es para ir al cementerio y no necesariamente muerto. Ahora es noviembre, tiempo de las flores carnosas y de algunas rosas muy rezagadas. En la octava de difuntos he visitado el camposanto del pueblo y lo encontr¨¦ lleno de gente viva e inanimada, todos presentes, pero yo conocia a muchos m¨¢s seres dentro de las tumbas que fuera de ellas y ante un geranio alimentado con el f¨®sfato de algunos amigos me hice esta pregunta somera. ?En qu¨¦ consiste ir viviendo todav¨ªa? En sentir hambre de pronto mientras uno lee un poema de Rimbaud, en que no te atropelle el coche de un b¨²falo ebrio la noche del viernes, en tener la cabeza llena de sue?os y no encontrar una sola mirada de deseo, en buscar la eternidad cada hora y conformarse finalmente con una raci¨®n de calamares, en pasearse por el cementerio en noviembre y comprobar que muy por encima de la muerte a¨²n est¨¢ el mar.
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