Se?ores, tambi¨¦n la bomba
Una vez que todos los personajes y problemas de Oriente Pr¨®ximo ya aparecieron y se entrecruzaron, el espect¨¢culo que queda es una pel¨ªcula de Almod¨®var. M¨¢s tr¨¢gico, aunque menos pat¨¦tico. Uno sale de la sala despu¨¦s de haber sido sometido por Almod¨®var a una ingeniosa y divertida descripci¨®n de la absurda, contradictoria y complementada estupidez humana, se sienta en un caf¨¦ para la ¨²ltima copa de la noche y el pen¨²ltimo cigarrillo, y a medida que recuerda lo que crey¨® ver, comienza a inquietarse. Va tomando conciencia de que quiz¨¢s vio m¨¢s y escuch¨® m¨¢s de lo que conven¨ªa y que Almod¨®var lo tendr¨ªa asfixiado por la angustia en la temible noche que se avecinaba.
Despu¨¦s de lo logrado en Madrid, y lo que posiblemente se obtendr¨ªa a partir de la conferencia en el camino de la paz en Oriente Pr¨®ximo, todav¨ªa queda por descifrar la perversa y misteriosa trama del desarrollo nuclear en la regi¨®n. Porque aun cuando las partes acepten un Estado palestino desmilitarizado y un tratado de paz que abarque todas las naciones de Oriente Pr¨®ximo -l¨®gica aspiraci¨®n de los hombres civilizados y de buena voluntad-, quedan a¨²n en pie las grandes inc¨®gnitas: cu¨¢les ser¨¢n los pa¨ªses que contar¨¢n con armas at¨®micas si la paz ser¨¢ una guerra fr¨ªa asada en el equilibrio del terror -como la que englob¨® a Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica y mantuvo en vilo al mundo durante casi medio siglo-, si se puede declarar zona libre de armas nucleares a la regi¨®n como el acuerdo logrado en Latinoam¨¦rica con el Tratado de Tlatlelolco._
Pero, como en los temas de Almod¨®var, una crisis nerviosa trae otra: Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica no utilizaron su capacidad nuclear en la larga noche de la guerra fr¨ªa, pero en alg¨²n momento de sus hist¨¦ricas invasiones a Vietnam y Afganist¨¢ri sus expertos analizaron de hacerlo limitado a esos escenarios.
Por irresponsables que hayan sido los l¨ªderes de la Casa Blanca y del Kremlin, en Oriente Pr¨®ximo hubo muchas muestras de locuras mayores, con acopio de intolerancia y fanatismo.
La Asociaci¨®n de la Prensa Israel¨ª public¨® en 1990 un libro sobre la forma en que ejercen la profesi¨®n los corresponsales militares del pa¨ªs. El redactor del popular vespertino Hadashot Alex Fishman escribi¨®: "Pareciera que perdemos el aliento corriendo tras los detalles de la vida diaria, dejando de lado temas marginales como la cuesti¨®n nuclear. En el futuro, este tema puede convertirse en la dimensi¨®n b¨¢sica de la seguridad regional. ?Cu¨¢nto sabe el p¨²blico por nuestro intermedio? ?Cu¨¢ntas personas en el alto nivel pol¨ªtico del pa¨ªs entienden el asunto en profundidad? ?Qui¨¦n toma las decisiones? ?Qui¨¦n las controla?".
Hasta ahora, Israel es la ¨²nica potencia militar con capacidad nuclear en Oriente Pr¨®ximo. Y se sabe que hasta entrado el siglo XXI ning¨²n pa¨ªs ¨¢rabe estar¨¢ en condiciones de ingresar en este exclusivo club. Pero para entrar en el siglo XXI falta menos de una d¨¦cada; no es mucho ante la magnitud del problema.
Hoy, el pueblo israel¨ª se felicita y alegra por esta hegemon¨ªa. Durante la guerra del Golfo, el profesor Asher Arian, del Centro de Estudios Estrat¨¦gicos de la Universidad de Tel Aviv, encontr¨® que el 91 % de los israel¨ªes aprobaba la producci¨®n de armas nucleares. Apenas tres a?os antes, este porcentaje era del 78%. Los datos sobre utilizaci¨®n de estas armas preocuparon a¨²n m¨¢s al profesor Arian: un 88% aceptaba recurrir a la bomba en ciertas circunstancias, porcentaje que en 1986 fue del 36%.
Hace a?os que Libia intenta contar con capacidad nuclear, hasta ahora para beneficio exclusivo de las empresas europeas que se dedican al tr¨¢fico de armas y al contrabando de tecnolog¨ªa. Argelia e Ir¨¢n buscan la colaboraci¨®n de China, pero este pa¨ªs ha decidido firmar el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear y, adem¨¢s, varias decenas de t¨¦cnicos israel¨ªes trabajan en China. Desde hace un a?o funciona en Pek¨ªn una delegaci¨®n de la Academia de Ciencias de Israel.
Queda Irak. Cuando, en 1981, Israel bombarde¨® y -destruy¨® el centro nuclear de Osirak, construido por Francia, el primer ministro estableci¨® la doctrina Beguin: Israel destruir¨¢ todo reactor nuclear de objetivos militares que construya un pa¨ªs ¨¢rabe. En 1963, el Gobierno de Israel firm¨® un memorandum of understanding con el Gobierno de Estados Unidos, redactado por Meyer Feldrnan, asesor del presidente Kennedy, comprometi¨¦ndose a no operar ni hacer pruebas con armas nucleares. Es posible que las pruebas se hayan realizado en secreto, en connivencia con Sur¨¢frica, pero el memor¨¢ndum permiti¨® a Israel establecer la premisa que con la doctrina Beguin crea la suficiente ambig¨¹edad como para continuar fabricando bombas nucleares: Israel no ser¨¢ el primer pa¨ªs que introduzca armas nucleares en Oriente Pr¨®ximo. Siete sucesivos Gobiernos israel¨ªes, tanto del laborismo como del Likud, se sintieron c¨®modos con esta pol¨ªtica.
El hecho relevante es que si en 1981 los cazas israel¨ªes r¨ªo destru¨ªan el reactor iraqu¨ª, la guerra del Golfo podr¨ªa haberse convertido en un holocausto nuclear. M¨¢s a¨²n, tampoco las grandes potencias se sent¨ªan muy seguras sobre lo que verdaderamente ocurr¨ªa en Irak, ya que almacenaron en la regi¨®n unas mil cabezas nucleares.
El caso de Irak es paradigm¨¢tico, porque desarroll¨® el reactor de Osirak a partir de 1970, aunque un a?o antes suscribi¨® el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear, y, en 1972, una inspecci¨®n de la Comisi¨®n Internacional de Energ¨ªa At¨®mica no encontr¨® objeciones que formular. M¨¢s a¨²n, despu¨¦s de la guerra del Golfo y la destrucci¨®n que asol¨® Irak, Washington no puede asegurar que sus actividades nucleares fueron to,talmente interrumpidas.
Israel cuenta entre 50 y 200 bombas at¨®micas, seg¨²n la fuente que se quiera admitir. No tiene opositor en Oriente Pr¨®ximo, ning¨²n pa¨ªs ¨¢rabe cuenta con un paraguas nuclear como el que la Uni¨®n Sovi¨¦tica otorg¨® a Siria en 1980 en un tratado de defensa. El mismo tratado que utiliz¨® Gorbachov en marzo de 1991 para amenazar con su denuncia si Siria no aceptaba la invitaci¨®n del secretario de Estado Baker a una conferencia de paz con Israel.
Es dif¨ªcil imaginar una paz duradera si pende sobre la regi¨®n la posibilidad de una cai. rrera nuclear en la que Ips pa¨ªses ¨¢rabes busquen sus propias bombas o se resignen a financiar la bomba isl¨¢mica que les -promete Pakist¨¢n. De ser aplicada la doctrina Beguin, Israel deber¨¢ bombardear las instalaciones nucleares paquistan¨ªes, una alternativa con la que ya en 1982, como ministro de Defensa, amenaz¨® Ariel Sharon.
Una vez m¨¢s, como en una pel¨ªcula de Almod¨®var, ninguna simplificaci¨®n es posible en Oriente Pr¨®ximo. Quiz¨¢s se pueden reducir las opciones a lo siguiente:
1. Las grandes potencias aceptan a Israel como el sexto miembro permanente del club at¨®mico e impiden los intentos de cualquier pa¨ªs ¨¢rabe o musulm¨¢n (Ir¨¢n y Pakist¨¢n no son ¨¢rabes). Poco probable.
2. Que Israel devuelva los territorios ocupados a cambio de mantener una primac¨ªa nuclear y que las grandes potencias, no la doctrina Beguin, se ocupen de impedir las adquisiciones de armas nucleares a los otros pa¨ªses de la regi¨®n.
3. Que todos los pa¨ªses de la. regi¨®n acepten la resoluci¨®n 687 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del 13 de abril de 1991, que obliga a Irak a destruir ¨ªntegramente su capacidad para producir armas nucleares, qu¨ªmicas o biol¨®gicas, adem¨¢s de cohetes. Convertir as¨ª a Oriente Pr¨®ximo en una nuclear-weapon-free zone Pasa a la p¨¢gina siguiente
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(NWFZ). Hasta ahora, ni siquiera Irak cumpli¨® con esta resoluci¨®n, pero si alguien logra que toda la regi¨®n la acepte y cumpla sus requisitos, aun as¨ª la seguridad israel¨ª estar¨ªa garantizada por su enorme ventaja en armas convencionales y la calidad de su Ej¨¦rcito. ?Pero cu¨¢l es el pa¨ªs o grupo de pa¨ªses o instituci¨®n internacional que puede lograrlo?
En el pa¨ªs de los sobrevivientes del holocausto, el pa¨ªs de los hijos y nietos de las v¨ªctimas nazis una idea une monol¨ªticamente a todos sus habitantes: kedushat habitaj¨®n, la santidad de la seguridad. Esto permite entender a los pacifistas israel¨ªes, que desean mantener la su perioridad nuclear y devolver los territorios ocupados. Lo expres¨® claramente el periodista Yossi Melman, experto en inte ligencia, coautor del libro Every spy a prince, sobre el servicio se creto israel¨ª, cuya publicaci¨®n intent¨® impedir el primer minis tro Shamir: "Soy una paloma que apoya la creaci¨®n de un Es tado palestino en Gaza y Cis jordania, pero he apoyado el ataque a Osirak, as¨ª como propuse que hubiera una respuesta militar israel¨ª a los ataques iraqu¨ªes con cohetes". Durante la guerra del Golfo, 100 miembros del Parlamento de Jerusal¨¦n, sobre el total de 120, incluso muchos de izquierdas, enviaron una carta de felicitaci¨®n a Men¨¢jem Beguin por haber destruido el reactor de Osirak.
El periodista Hillel Schenker plante¨® hace dos meses algunos interrogantes y obtuvo diferentes respuestas.
El profesor Yair Evron, experto en relaciones internacionales y estrategia militar, de la Universidad de Tel Aviv, le declar¨®: "Si en los pr¨®ximos 10 a?os no se instituye en la regi¨®n un r¨¦gimen de regulaci¨®n e inspecci¨®n, acompa?ado de tratados de paz, es factible que naciones de la zona alcancen capacidad nuclear. La regi¨®n resultar¨ªa desestabilizada y aumentar¨ªa el peligro de un conflicto nuclear".
A lo que contestar¨ªa el laborista ex jefe de las Fuerzas Armadas israel¨ªes Mordejair Gur ante una pregunta sobre si Israel podr¨ªa sobrevivir a un equilibrio de terror: "Si se llega a eso, Israel puede sobrevivir, sin duda. Un equilibrio de terror, que funcion¨® en el caso de las superpotencias, tambi¨¦n funcionar¨ªa en Oriente Pr¨®ximo. Tanto los pa¨ªses ¨¢rabes como Israel sabr¨¢n que est¨¢n expuestos a un peligro terrible.
?Por qu¨¦ Bagdad aceptar¨ªa verse destruida por el placer de tirar una bomba at¨®mica sobre Tel Aviv?".
Si se piensa en ese Oriente Pr¨®ximo plagado de fundamentalismo, los conceptos de Isaac Rabin en un reciente seminario en la Universidad de Tel Aviv parecen apropiados: "En 10 o 12 a?os, algunas naciones de la regi¨®n pueden contar con armas nucleares. El momento est¨¢ maduro para utilizar el tiempo que queda en la negoriaci¨®n de acuerdos, reducir tensiones, apaciguar los confictos y, esperemos, resolverlos".
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