Phil Collins vuelve a tocar con G¨¦nesis
"Es muy confortable no estar de moda", afirma el tr¨ªo brit¨¢nico
Despu¨¦s de casi seis a?os de silencio discogr¨¢fico, G¨¦nesis acaba de editar el disco doble We can't dance. En el intermedio, su cantante y bater¨ªa, Phil Collins, se ha establecido como el m¨¢s popular de los solistas brit¨¢nicos, mientras Mike Rutherford, guitarrista y bajista, ha tenido ¨¦xitos con Mike and the Mechanics. Pero el grupo materno todav¨ªa tira: se encerraron durante meses en The Farm, su estudio campestre, para grabar sin ayuda exterior We can't dance; la gira consiguiente les traer¨¢ a Madrid en junio de 1992, "aunque no ser¨¢ como la de Dire Straits: todos tenemos nuestras familias y somos demasiado mayores para pasarnos dos a?os volando de ciudad en ciudad", dicen.
El t¨ªtulo del nuevo disco (No sabemos bailar) suena desafiante: "S¨ª, significa que estamos fuera de lo que ahora impera, la m¨²sica de baile, pero no nos importa. Nunca hemos sido un grupo de moda y eso te evita presiones. Madonna no podr¨ªa permitirse nuestras ausencias". Cuentan con un p¨²blico fiel y dicen carecer de competencia: "No nos afecta coincidir con las novedades de U2 o Michael Jackson. De hecho, el que haya esa excitaci¨®n en el aire nos ayuda a todos, atrae p¨²blico a las tiendas".Son de ese tipo de gente razonable que alegran la vida a las discogr¨¢ficas. Su afabilidad, su disposici¨®n a dedicar 12 horas diarias a la promoci¨®n les asemeja a viajantes de cualquier producto de alta demanda m¨¢s que a esforzados creadores de m¨²sica densa. Aceptan tranquilamente esa percepci¨®n de que Peter Gabriel, su primer cantante, es "el verdadero artista" y que ellos se han aburguesado: "Es t¨ªpico, ¨¦l hace de bueno y nosotros somos los conservadores. Hay algo de raz¨®n pero no debes olvidar que Sledgehammer, su mayor ¨¦xito, se parece al soul que siempre ha estado presente en nuestro repertorio".
Con el antiguo cabecilla todo es correcto: "Hubo malentendidos por cuestiones de derechos de autor aunque todo se olvid¨® cuando estuvo en apuros econ¨®micos y nos ofrecimos a tocar gratis con ¨¦l". Fue en 1982, una sonada reuni¨®n de G¨¦nesis de la que Collins guarda recuerdos ambiguos: "Con las m¨¢scaras y los disfraces, era el mismo Peter del principio, muy visual pero descuidado frente al micr¨®fono. Honestamente, yo canto mejor algunas de las piezas identificadas con su voz". Mike cierra el cap¨ªtulo de comparaciones: "Peter aparece en las portadas de sus discos, puede ser vanguardista pero no olvida que tiene una imagen atractiva; nosotros somos tipos corrientes y no ponemos nuestras fotos en las car¨¢tulas: G¨¦nesis es un concepto musical, sin m¨¢s".
Todo est¨¢ en su lugar en We can't dance; G¨¦nesis mantiene su identidad con temas muy elaborados, algunos por encima de los 10 minutos, e historias agrias.
?No hay un contraste excesivo entre su vida c¨®moda y esos retratos tan deprimentes? Tony Banks, teclista: "Somos conscientes de esa... divergencia. Nos salen m¨²sicas as¨ª como solemnes, algo dram¨¢ticas, y eso te impone un tipo de letras. Por otro lado, no parece correcto recurrir a la fantas¨ªa cuando ves tanta miseria a tu alrededor. Hay seguidores que nos reprochan el tratar problemas sociales, pero ?qu¨¦ le vamos a hacer? Tenemos m¨¢s de 40 a?os, es una edad en la que ves que no vives en un mundo perfecto y que no hay soluciones ut¨®picas".
Rechazan, sin embargo, motivaciones pol¨ªticas en piezas como Driving the last spike, un dolorido himno a los constructores de los ferrocarriles brit¨¢nicos: "Hablamos de una epopeya colectiva, nada m¨¢s. ?Los sindicatos? Fueron importantes en la lucha contra los abusos del capitalismo, pero en el Reino Unido se convirtieron en mecanismos que oprim¨ªan a los obreros y que ten¨ªan mentalidad del siglo XIX. No es preciso estar con Margaret Thatcher para ver que malgastaban su poder".
Predicadores
En Jesus, he knows me, Collins encarna a uno de esos predicadores televisivos tan poderosos en Estados Unidos: "Los brit¨¢nicos nos quejamos de que somos cada vez m¨¢s una colonia norteamericana, pero el chocar con esos fen¨®menos te hace consciente de la diferencia. All¨ª se escandalizan de que aparezcan en televisi¨®n los pechos de una mujer pero toleran algo tan obsceno como el ofrecer salvaci¨®n a cambio de donativos".Con sus mensajes humanitarios y anhelos espirituales, resulta parad¨®jico que Brett Easton Ellis, el autor de la novela American psycho, definiera a su detestable protagonista como adorador del grupo G¨¦nesis. Se alteran aunque ninguno ha le¨ªdo el libro: "?Quiere sugerir que nuestra m¨²sica le empuja a torturar y matar mujeres? Ser¨ªa muy, muy desagradable". Incluso en estos momentos, Phil Collins sabe buscar lo positivo: "Bueno, tal vez sirva para romper esa idea de G¨¦nesis como grupo dom¨¦stico y blandito. Alegraos, chicos: Por una vez estamos en el filo de la navaja".
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