Vuelve a Phnom Penh uno de los responsables del genocidio camboyano
Son Sen, considerado uno de los principales ejecutores del genocidio camboyano durante el Gobierno de los Jemeres rojos, entre 1975 y 1978, regreso ayer a Phnom Penh, "tranquilo y relajado", seg¨²n propia confesi¨®n, para formar parte del Consejo Nacional Supremo, organismo que agrupa a los cuatro bandos enfrentados durante los 13 a?os de la ¨²ltima guerra de este pa¨ªs del sureste asi¨¢tico. La presencia del ministro de Defensa de la guerrilla de Pol Pot en una casa dedicada al protocolo de la capital agrup¨® a m¨¢s periodistas que familiares de quienes fueron sus v¨ªctimas.
Poco despu¨¦s de las nueve de la ma?ana aterrizaba en el aeropuerto de Ponchentong el avi¨®n charter de B¨¢ngkok Airways en el que viajaban el hombre que control¨® c¨¢rceles y campos de trabajo en los a?os de las purgas y un equipo de 10 colaboradores, cuatro de ellos, guardaespaladas.De traje oscuro y con una sonrisa que convert¨ªa en rictus el recuerdo de su pasado, Son Sen declar¨® sentirse bien ante una nube de periodistas.
Inmediatamente despu¨¦s subi¨® a un Cedic VIP, sin matr¨ªcula, y fue trasladado a su residencia de la calle 262 de Phnom Penh.
"No podemos perdonar", declaraba frente a la residencia el monje budista Net Sen, de 81 a?os, superviviente de las batidas que en 1975 intentaron tambi¨¦n la erradicaci¨®n de ese credo religioso. "Yo soy viejo y Buda nos pide ser pac¨ªficos; pero si no...".
No m¨¢s de cien personas se concentraron frente al edificio de tres plantas, con tapias met¨¢licas y rosales, am¨¦n de cuatro soldados de guardia que aloja a los jemeres rojos, invitados por la noche a una funci¨®n folcl¨®rica con el pr¨ªncipe Sihanuk y el Gobierno. "Yo perd¨ª a mi esposa y no olvido, pero creo que debemos aceptar la decisi¨®n de integrar a los polpotistas en un organismo pol¨ªtico, aunque no conf¨ªo en ellos", subraya Kim Long, de 61 a?os. La mayor parte de la poblaci¨®n de la capital camboyana no parec¨ªa ayer haberse enterado del retorno de la avanzadilla de Pol Pot. El primer ministro, Hun Sen, dijo en una conferencia de prensa que la televisi¨®n nacional no difundi¨® ayer im¨¢genes de la llegada por temor a que una vez reconocido por la poblaci¨®n el dirigente militar "pudiera ser objeto de violencia". Inform¨® tambi¨¦n que Son Sen, de 65 a?os, comunic¨® su llegada a trav¨¦s de un fax enviado a Sihanuk, sin dirigirse a ¨¦l personalmente.
Conocer a los polpotistas
Ninguna de las personas concentradas frente al domicilio se mostr¨¦ especialmente violenta y los m¨¢s j¨®venes confesaban haberse acercado al lugar "para conocer a los polpotistas", sobre cuyas barbaridades hab¨ªan escuchado testimonios de los familiares que escaparon de los centros de internamientoo permanecieron ocultos en el campo. El jefe de Gobierno camboyano anunci¨® que intentar¨¢ conseguir la certificaci¨®n internacional de la sentencia dictada por un "tribunal popular" que conden¨® a muerte a Pol Pot y a sus principales colaboradores. Sin embargo, el objetivo m¨¢s inmediato es conseguir la pacificaci¨®n del pa¨ªs mediante la puesta en marcha del juego pol¨ªtico, en el que los jemeres rojos parten con gran desventaja.Durante todo el d¨ªa, peque?os grupos de personas se contraron frente a la vivienda de Son Sen, y, en su mayor¨ªa, mantuvieron una actitud pasiva y seria, "Adem¨¢s de a mi esposa, que no ocult¨® nada su antipat¨ªa por el r¨¦gimen, asesinaron a mi hermana, su martido y tres hijos. He sufrido mucho. Nunca podr¨¦ olvidar".
La desmovilizaci¨®n del 70% de los cuatro ej¨¦rcitos y la articulaci¨®n de los trabajos del Consejo Nacional, Gobierno y Naciones Unidas son las principales tareas en este largo y fr¨¢gil proceso hacia la paz que ha comenzado en Camboya con el regreso a Phnom Penh de los cuatro bandos enfrentados militarmente durante 13 a?os.
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