Reencuentro en Phnom Penh
Gobierno y guerrilleros discuten el reparto del poder y la vacificaci¨®n de Camboya
Naciones Unidas, que ha con tra¨ªdo en este pa¨ªs del sureste asi¨¢tico de ocho millones de habitantes un ambicioso desaf¨ªo, deber¨¢ desmovilizar el 70% de los efectivos de los bandos en disputa y acantonar el 30% de las fuerzas restantes en campamentos vigilados. Antes necesitar¨¢ conocer el n¨²mero real de combatientes, que cada facci¨®n calcula seg¨²n le conviene.La ONU intentar¨¢ promover tambi¨¦n el entendimiento de los l¨ªderes camboyanos en el Consejo Supremo Nacional (CSN) hasta la celebraci¨®n de elecciones generales en 1993, a fin de que no se reanuden los crueles enfrentamientos de la historia contempor¨¢nea del pa¨ªs. Este organismo de 12 miembros cuenta con seis representantes del Gobierno actual; dos delegados de la guerrilla del pr¨ªncipe Norodom Sihanuk, el presidente del CNS, apoyada por China y Corea del Norte pese a declararse no comunista; dos jemeres rojos, respaldos por Pek¨ªn, y dos miembros de la facci¨®n encabezada por el antiguo gobernante Son San, que disfruta de las simpat¨ªas de Washington.
"Sihanuk ser¨¢ respetado durante un tiempo porque todav¨ªa es ¨²til, pero no tiene mucho futuro", estima un periodista tailand¨¦s, autor de un libro sobre la crisis camboyana. La Autoridad Provisional de la ONU en Camboya (UNTAC) se har¨¢ cargo de los Ministerios de Defensa, Asuntos Exteriores, Interior, Finanzas e Informaci¨®n. Otra de sus misiones es evitar que entren por las fronteras de Tailandia, Laos o, Vietnam armas procedentes de este ¨²ltimo pa¨ªs, de China o de cualquiera de los seis que integran la Asociaci¨®n de Naciones del Sureste asi¨¢tico.
No ser¨¢ f¨¢cil la concordia. Los primeros desacuerdos comenzaron la semana pasada entre el primer ministro, Hun Sen, y la facci¨®n encabezada por Son San, considerada la m¨¢s conservadora, que reclama las viviendas de Phnom Penb ocupadas por camboyanos que regresaron a la capital cuando la invasi¨®n vietnamita de 1979 acab¨® con el Gobierno de Pol Pot, reponsables de la muerte de cerca de un mill¨®n de personas durante la revoluc¨ª¨®n cultural de 1975 a 1978.
Los hombres de Son San perdieron estas casas cuando los jemeres rojos vaciaron la ciudad a punta de bayoneta despu¨¦s de acabar con el r¨¦gimen del general Lon Nol, apoyado por Estados Unidos. "Habr¨¢ que buscar una soluci¨®n intermedia para contentar a los nuevos y antiguos propietarios", dijo el primer ministro.
Nadie sabe con certeza tampoco el presupuesto necesario para reconstruir Camboya, con el 80% de sus carreteras destruidas, y para hacer respetar el armisticio suscrito en Par¨ªs el pasado 23 de octubre. Ser¨¢n necesarios millones de d¨®lares para poner en funcionamiento la destruida infraestructura del pa¨ªs y atender los gastos derivados de la fuerza coercitiva de la ONU, que contar¨¢ con aproximadamente 10.000 soldados, polic¨ªas, observadores y Administraci¨®n civil una vez que alcance su completo despliegue. El mayor destacamento de cascos azules, cerca de 20.000, fue enviado al ex Congo belga en los a?os sesenta.
Sanidad y necesitados
"La sanidad p¨²blica y la atenci¨®n a los necesitados ser¨¢n nuestras prioridades", declar¨® Sihanuk el domingo al hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que conceda una generosa asistencia a esta naci¨®n eminentemente agr¨ªcola. Las primeras dotaciones de militares franceses y australianos han llegado a Camboya. Sus mandos desayunan huevos revueltos y zumo de naranja en el ¨²nico hotel de Phnom Penh que ahora dispone de tel¨¦fono por sat¨¦lite con el exterior, en esta ciudad de 800.000 habitantes con la mayor parte de la poblaci¨®n sin energ¨ªa el¨¦ctrica o agua potable asequible.Hay que preparar tambi¨¦n alojamiento para los t¨¦cnicos del Ej¨¦rcito multinacional que se encuentran en el pa¨ªs creando un sistema de carreteras que permita que regresen a casa los 350.000 refugiados en Tailandia, tras salvar campos minados y salteadores de camino, Hace un mes aproximadamente, un equipo de expertos retir¨® 6.000 minas en un solo kil¨®metro cuadrado al norte del pa¨ªs.
Las dificultades para instalar a estos cientos de miles de personas son ingentes. Muchos de ellos no saben que sus tierras tienen nuevos propietarios, y quienes lo sospechan pueden comenzar un peligroso retorno por su cuenta antes del mes de marzo, fecha prevista para el inicio de la repatriaci¨®n.
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