Rebeli¨®n en las aulas... contra los padres

Los alumnos del colegio Villar Palas¨ª de V¨¦lez M¨¢laga han decidido rebelarse contra sus padres, cansados, seg¨²n dicen, de que no se les tome en cuenta a la hora de adoptar decisiones, ni siquiera en cuestiones escolares. El jueves, despu¨¦s del recreo, 300 ni?os de los tres ¨²ltimos cursos de EGB -entre 11 y 14 a?os- se negaron a reincorporarse a sus aulas e iniciaron una huelga para mostrar su desacuerdo con la negativa de sus padres a la implantaci¨®n de la jornada continuada."Nos quieren tener en el colegio como si fuera una guarder¨ªa para que ellos puedan que darse en casa tranquilos viendo los culebrones", asegura Juan Antonio Guti¨¦rrez, que a sus 14 a?os ya ejerce como l¨ªder sindical. Juan Antonio se indigna al recordar los comentarios que oy¨® en la ¨²ltima reuni¨®n de padres. "S¨®lo se preocupan de su comodidad, dicen que si nos quedamos en casa por las tardes perdemos el tiempo viendo la televisi¨®n y jugando, pero ¨¦se es su problema, ellos tienen que empujamos a estudiar".

Jos¨¦ Antonio acudi¨® el pasado martes con un compa?ero a la reuni¨®n de padres que rechaz¨® la jornada continuada. "Se dijeron muchas tonter¨ªas, as¨ª que dijimos que hab¨ªa que hacer una huelga". Dicho y hecho.

La reivindicaci¨®n de los alumnos coincide esta vez con el planteamiento de sus profesores, aunque ¨¦stos, por si acaso, insisten en que no tienen nada que ver en el plante y que fueron los primeros sorprendidos. "Antes del recreo me advirtieron que iban a hacer una huelga, pero me lo tom¨¦ a broma", asegura el director del centro, Jes¨²s Calvo, asombrado por la "excelente" organizaci¨®n de los chicos. Los profesores andaluces mantienen un abierto enfrentamiento con la Junta sobre la jornada continuada.

Los alumnos volvieron ayer a sus aulas, aunque su campa?a sigue adelante, e incluso quieren implicar en ella a otros colegios. Por el momento han enviado una carta a sus padres para que voten de nuevo una vez o¨ªda su voz. "Todos formamos parte del colegio y no sabemos por qu¨¦ no tenemos derecho a manifestar nuestra opini¨®n. Quisi¨¦ramos que lo pensaran y lo volvieran a votar", dicen en el respetuoso comunicado. Si la nueva votaci¨®n tampoco le es favorable, los alumnos aseguran que dejar¨¢n de ir a clase por la tarde y acudir¨¢n a las 9.00 en vez de a las 9.30.

"Hay gente que hace deporte y otras actividades por la tarde, acaban de noche y sin tiempo para estudiar. Si no tuvi¨¦ramos clase ser¨ªa mejor para todos", dice una alumna de octavo, quien sin embargo se muestra comprensiva con las madres que trabajan fuera de casa.

Mientras, entre las madres de los m¨¢s peque?os se contempla con "horror" la amenaza de la jornada continuada. Algunas dicen que "de ninguna manera", dejando entrever una contramovilizaci¨®n. Las m¨¢s dialogantes admiten: "Es l¨®gico que los ni?os de segunda etapa tengan jornada continuada, pero para los peque?os, cinco horas seguidas en el colegio es una brutalidad". El conflicto se aventura tortuoso.