Un hombre, un cargo y un nuevo escenario

El nombramiento de Edvard Shevardnadze como ministro sovi¨¦tico de Asuntos Exteriores representa un esfuerzo de relaciones p¨²blicas por parte de Mija¨ªl Gorbachov y de lo que queda del Gobierno central sovi¨¦tico que encabeza. Shevardnadze, copresidente del Movimiento para la Reforma Democr¨¢tica, un grupo de generales sin Ej¨¦rcito que quieren acelerar el cambio, declar¨® recientemente a la agencia Tass que hab¨ªa que recrear alg¨²n tipo de uni¨®n "muy r¨¢pidamente, o lo perderemos, todo". She-Yardnadze se hab¨ªa ganado el respeto internacional, tanto como ministro de Exteriores, hasta su dimisi¨®n el pasado mes de diciembre, como por la propia decisi¨®n de dimitir en lugar de contemporizar con la l¨ªnea dura del partido comunista. Su popularidad, sobre todo en Estados Unidos, devolver¨¢ alg¨²n lustre a las autoridades del centro, pero, en cualquier caso, no restaurar¨¢ el poder perdido.El talento de Shevardnadze puede no haber cambiado, pero el escenario al que regresa es distinto. Valga como ejemplo el que el Ministerio de Exteriores anunciara recientemente un plan para reducir su personal en un 30% (el presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, que paga la mayor¨ªa de las facturas ministeriales, hab¨ªa pedido recortes de hasta un 90%). Otro ejemplo es que la pol¨ªtica exterior depende en ¨²ltima instancia de la pol¨ªtica interior, y que ah¨ª la influencia de las rep¨²blicas es incuestionable. ( ... )

24 de noviembre