Onanismo
Despu¨¦s de felicitarle por la aparici¨®n del suplemento Babelia, que obliga semanalmente a una reflexi¨®n sobre la cultura tras el cacareado fin de la historia, quisiera comentar desde la desverg¨¹enza del diletante las manifestaciones de Umberto Eco relativas al presunto car¨¢cter masturbatorio del ordenador ("Me fascina tanto que a veces escribo por el mero placer de utilizar la m¨¢quina") porque si bien es cierto que a qui¨¦n m¨¢s qui¨¦n menos le gusta utilizar l¨¢ m¨¢quina, no lo es menos que un tecleo excesivo puede ocasionar graves trastornos. Aparte la astenop¨ªa (fatiga visual) y la artrosis digital, inherentes al ejercicio, como sea que esa masturbaci¨®n posmoderna de que nos habla el profesor,Eco no contiene los elementos pecaminosos disuasorios ni castigos divinos tipo necrosis ocular s¨²bita de la cl¨¢sica, el peligro salta a la vista: los j¨®venes cachorros de los masturbadores tradicionales pueden quedar enchufados como autistas a esas m¨¢quinas perversas y convertirse en un remedo de aquel personaje de Woody Allen lelo perdido con su orgasmatr¨®n.
Puede, como dice Eco, que el ordenador d¨¦ m¨¢s libertad para recrearse en las sutilezas y fluctuaciones del lenguaje, pero ello s¨®lo parece posible en el terreno abonado de quienes est¨¢n ya avezados en el h¨¢bito de leer y escribir, pero no es descabellado pensar que en la generaci¨®n del tope-t¨ªo-superguai, tan escasamente proclive a la lectura, produzca unos efectos aut¨¦nticamente castradores de sus posibilidades expresivas, ya seriamente da?adas por el excesivo consumo de televisi¨®n-basura y la lamentable p¨¦rdida de las costumbres epistolares, anegadas en un mar de interjecciones telef¨®nicas.
Sinceramente, creo que el onanismo de antes era m¨¢s divertido e imaginativo, y el "?cu¨¢ntas veces, hijo m¨ªo?", definitivamente desopilante.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.