Por una Comunidad cohesionada

La cohesi¨®n econ¨®mica y social se ha convertido en uno de los temas m¨¢s controvertidos del actual debate comunitario, tanto en lo que respecta a su concepci¨®n como a su ¨¢mbito. Como sucede con frecuencia en la Comunidad -recu¨¦rdese el debate sobre el concepto de subsidiariedad-, la controversia tiene, en parte, un origen sem¨¢ntico.Por consiguiente, para escla recer el debate quiz¨¢ convenga hacer una breve digresi¨®n etimol¨®gica sobre una palabra cuyo contenido plantea problemas conceptuales en varios idiomas comunitarios. La palabra cohesi¨®n deriva del lat¨ªn co haesum, supino de cohaerere estar unido, y, seg¨²n el Diccionario de la Real Academia Espa?ola, significa: "Acci¨®n y efecto de reunirse las cosas entre s¨ª", y en su acepci¨®n fisica, que es la m¨¢s extendida, se trata de 1a fuerza de atracci¨®n que mantiene unidas las mol¨¦culas".

A la luz de estos significa dos, parece inadecuado el enfo que limitativo que considera la cohesi¨®n como un simple proceso de transferencias financieras entre Estados y regiones de la Comunidad. Sin duda, esta pol¨ªtica de solidaridad y de equilibrio es la base fundamen tal del concepto, pero no agota todas sus posibilidades.

Para comprender el valor y el alcance de la cohesi¨®n, hay claros ejemplos ante nuestros ojos, unos positivos y otros negativos. Entre los primeros hay uno muy inmediato que desmiente muchas tesis preconcebidas: la integraci¨®n de la ex RDA en la Comunidad. Gracias a la positiva actitud en todos los Estados e instituciones de la Comunidad se ha procedido a un esfuerzo de transferencias masivo, que ha modificado el presupuesto comunitario por un volumen que ha superado el 25% del total de los fondos estructurales.

Otro ejemplo expresivo es el papel de escudo protector que est¨¢ teniendo ya el Sistema Monetario Europeo (SME), al fortalecer la posici¨®n de las monedas comunitarias entrelazadas, creando un marco de estabilidad y solvencia que va muy por delante de las negociaciones pol¨ªticas. Ello hace que el ecu, a pesar de su actual indefinici¨®n, sea cada vez m¨¢s utilizado como moneda de referencia en los mercados internacionales de capitales.

En este sentido, se puede afirmar que hay mucha mayor cohesi¨®n en el conjunto de la Comunidad Europea de la que exist¨ªa entre los dos Estados alemanes en el momento de la unificaci¨®n.

La otra cara de la moneda la ofrece la actual situaci¨®n en los pa¨ªses de Europa Central y del Este. Para ellos el primer objetivo es consolidar sus nacientes democracias y cohesionarlas. En este proceso hay algunos signos, como la elevada abstenci¨®n en las elecciones o la divisi¨®n de las fuerzas pol¨ªticas, que son realmente preocupantes. Porque la cohesi¨®n nace desde dentro no puede ser impuesta desde fuera. Si no existe, en el momento en que se rompe el molde o desaparece el cors¨¦ todo se desmorona o se disgrega.

?Qui¨¦n recuerda el peso monol¨ªtico del Consejo de Asistencia Econ¨®mica Mutua (CAEM) y del Pacto de Varsovia sobre estos pa¨ªses? ?No es acaso la falta de cohesi¨®n y de vertebraci¨®n socioecon¨®mica uno de los pro blemas m¨¢s graves de las sociedades de estos pa¨ªses? M¨¢s patente a¨²n es el caso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y, como tr¨¢gico l¨ªmite, el de Yugoslavia. En el primer caso, parece que la afirmaci¨®n expl¨ªcita del divorcio y la separaci¨®n de bienes es la con dici¨®n sine qua non para iniciar una nueva andadura.

Si, tras este breve an¨¢lisis, examinamos la filosof¨ªa de base de la Comunidad, podemos comprobar que la idea de la cohesi¨®n estaba ya presente en el pre¨¢mbulo del Tratado de Roma ("preocupados por reforzar la unidad de sus econom¨ªas y su desarrollo..."), y ha adquirido un mayor alcance con el Acta ¨²nica, cuyo art¨ªculo 130 A establece que, "a fin de promover un desarrollo armonioso del conjunto de la CEE, ¨¦sta desarrollar¨¢ y proseguir¨¢ su acci¨®n encaminada a reforzar su cohesi¨®n econ¨®mica y social".

Un momento como el presente es particularmente adecuado para profundizar y enriquecer el concepto de cohesi¨®n, sobre todo en su dimensi¨®n social (terreno casi virgen en Europa). Es significativo el hecho de que en el debate actual en el seno de las conferencias intergubernamentales est¨¦n ocupando un lugar destacado, por primera vez, conceptos como el de ciudadan¨ªa y se empiecer, a considerar como cuestiones que deben ser tratadas en el marco comunitario la salud, la cultura o la inmigraci¨®n.

En el segundo Informe McDougall, encargado por el Parlamento Europeo, sobre "una nueva estrategia para la cohesi¨®n econ¨®mica y social despu¨¦s de 1992", elaborado por un amplio equipo dirigido por el National Institute of Economic and Social Research, se pone el acento en la dimensi¨®n cualitativa de la cohesi¨®n, se?alando los l¨ªmites y las disfunciones de un enfoque meramente cuantitativo, es decir, financiero. En efecto, se se?alan como opciones estrat¨¦gicas la ampliaci¨®n del campo de intervenci¨®n a la educaci¨®n y a la formaci¨®n, as¨ª como a la investigaci¨®n tecnico-cient¨ªfica, con la inclusi¨®n, en los criterios de atribuci¨®n de ayudas, de indicadores de la calidad de vida y de bienestar de los ciudadanos, que conducen a luchar prioritariamente contra la pobreza en lugar de privilegiar otros aspectos macroecon¨®micos.

La cohesi¨®n es, por tanto, un principio inspirador del modelo general de la integraci¨®n comunitaria, cemento esencial de la uni¨®n pol¨ªtica y la uni¨®n econ¨®mica y monetaria y elemento que debe estar presente en todas y cada una de las pol¨ªticas comunes.

es presidente del Parlamento Europeo.