Prisiones

Intenta justificarse don Antoni Asunci¨®n Hern¨¢ndez (secretario general de Asuntos Penitenciarios) frente a un editorial de su peri¨®dico (EL PA?S, 20 de noviembre de 1991) aparecido dos d¨ªas antes; acude para ello a una caterva de argumentos variados y deja para el final una cita incomprensible y fuera de la cuesti¨®n, en la que intenta descalificar la actuaci¨®n de nuestro compa?ero ?ngel Miguel S¨¢nchez. Este motivo nos obliga a se?alar algunas apreciaciones.

1. Nuestro compa?ero no es el denunciante de las situaciones sobre las que se dirigen las investigaciones a que se refiere el editorial y la contestaci¨®n del se?or Asunci¨®n (que se siguen en Sevilla y Valladolid), ya que, como este ¨²ltimo asevera, la indagaci¨®n de Sevilla se inicia "a instancia del ministerio fiscal". Aunque s¨ª es cierto que hay formulada una denuncia por presuntos rigores innecesarios y prevaricaci¨®n ante el Juzgado de Alcal¨¢ de Henares (por hechos acontecidos en la prisi¨®n de Meco), que podr¨ªan afectar a un cercano cargo del se?or Asunci¨®n.

2. La denuncia de que es autor nuestro compa?ero no est¨¢ efectuada a t¨ªtulo particular, sino en su condici¨®n de secretario de la secci¨®n sindical de prisiones de esta FSAP-CC OO. Obedece a hechos constatados documentalmente, que llegaron a nuestro conocimiento por v¨ªas regulares de la acci¨®n sindical en los centros penitenciarios, y se justifica en s¨ª misma por la gravedad de su contenido. Como Beccaria, pensamos que debe desterrarse aquello de que el preso "ha muerto civilmente, dicen gravemente los peripat¨¦ticos jurisconsultos, y un muerto no es capaz de acci¨®n".

3. La defensa de los derechos humanos no es cuesti¨®n de declaraciones pol¨ªticas, sino de pr¨¢ctica cotidiana. El Defensor del Pueblo nos inform¨® hace 15 d¨ªas de la ausencia de respuesta a sus requerimientos sobre los hechos denunciados, que tuvieron lugar en el mes de marzo pasado. Se ve que el se?or Asunci¨®n no calibra bien el tiempo, pues su sensibilidad en este caso como en la apreciaci¨®n de la fecha de nuestra denuncia se equivocaron visiblemente.

4. No tiene objeto el entrar en un debate sobre los contenidos que hoy interesan al juez ordinario, como pudiera ser pretensi¨®n del se?or Asunci¨®n. Si bien son conocidas sus actitudes entre los jueces de vigilancia perritenciaria, rehusamos trasladar un problema de posibles responsabilidades penales al f¨¢cil terreno del enfrentamiento pol¨ªtico.

5. Es inaceptable la subliminal descalificaci¨®n que pretende hacerse de nuestro compa?ero ?ngel Miguel S¨¢nchez. Con ello se evidencia un talante antisindical, que descalifica su condici¨®n de cargo p¨²blico, y una carga de prejuicios que antepone la condici¨®n de sindicalista como deslegitimaci¨®n del hecho que se denuncia. M¨¢s graves a¨²n cuando el se?or Asunci¨®n conoce directamente los desvelos de nuestro compa?ero ante la realidad penitenciaria y su compromiso ante todos los problemas que puntualmente se han venido sucediendo, de ello puede encontrar testimonio en las hernerotecas.-

Secretario de prensa de FSAP-CC OO.