¡°Estamos al borde del precipicio de la historia¡±
La nueva pol¨ªtica de la Casa Blanca hacia la URSS qued¨® dibujada en una conferencia que el secretario de Estado norteamericano, James Baker, pronunci¨® el jueves en la Universidad de Princeton. Baker, que dijo ayer en conferencia de prensa que EE UU no se interferir¨¢ en los asuntos internos de la URSS, expuso as¨ª los puntos principales de su estrategia:
"Como consecuencia del derrumbamiento sovi¨¦tico, vivimos en un nuevo mundo. Tenemos que aprovechar esta nueva revoluci¨®n rusa, puesta en marcha al fracasar el golpe de Estado de agosto, para fomentar unas relaciones que pueden beneficiar no s¨®lo a Estados Unidos sino al mundo entero". ( ... )"No somos los l¨ªderes de la revoluci¨®n, pero tampoco somos meros espectadores; somos modelos para sus dirigentes, somos socios en su progreso, y en las d¨¦cadas venideras podemos ser beneficiarlos de su ¨¦xito. Pero hay que actuar r¨¢pidamente".
"De la misma manera que si esta revoluci¨®n triunfa nos beneficiaremos, si fracasa tendremos que pagarlo, como pagamos por el derrumbamiento de la prometedora revoluci¨®n democr¨¢tica de Petrogrado en 1917. La historia no da respiro a nadie".(...)
"Al frente de extensas y estrat¨¦gicamente importantes rep¨²blicas -entre ellas Rusia, Ucrania y Kazajst¨¢n- hay ahora l¨ªderes elegidos por votaci¨®n popular. Recurren a Estados Unidos Y a Occidente en busca de orientaci¨®n y ayuda para iniciar una reforma pol¨ªtica y econ¨®mica aut¨¦ntica y de largo alcance. Si lo consiguen, la amenaza que durante siglos supusieron para Occidente, primero la autocracia zarista y luego el totalitarismo sovi¨¦tico, se habr¨¢ visto definitivamente alterada".
"Estamos ante una oportunidad hist¨®rica... Pero los peligros est¨¢n. en la misma escala que las oportunidades. Del mismo modo que organizamos una alianza contra el estalinismo, durante la guerra fr¨ªa, hoy EE UU puede reunir una coalici¨®n en defensa de la libertad. Solos no podemos decidir el triunfo de estas nuevas democracias". ( ... )
"Estados Unidos invitar¨¢ a las democracias industrializadas, a los Estados de Europa central y del Este, a los miembros de la coalici¨®n de la guerra del Golfo y a las instituciones financieras internacionales a reunirse con nosotros en Washington a principios (de enero para buscar la mejor forma de hacer frente a las necesidades de ayudas humanitarias durante el pr¨®ximo a?o".
"Nuestra labor deber¨ªa centrarse en las necesidades b¨¢sicas a corto plazo: alimentos, medicamentos, combustible y viviendas".
Tres ¨¢reas
"Pero nuestro compromiso colectivo debe ir m¨¢s all¨¢ de las necesidades inmediatas de ayuda humanitaria y deber¨ªa centrarse en tres ¨¢reas:
La primera, y m¨¢s importante, es ayudar a los sovi¨¦ticos a destruir y controlar los vestigios militares de la guerra fr¨ªa.
En segundo lugar, tenemos que ayudar a nuestros antiguos adversarios a comprender los mecanismos de la democracia en aras de construir una legitimidad pol¨ªtica sobre los restos del totalitarismo.
En tercer lugar, debemos ayudar a las fuerzas del mercado libre a fomentar la estabilidad y la recuperaci¨®n econ¨®micas en el territorio de la antigua URSS".
"La guerra fr¨ªa ha dejado toneladas de armas por toda la URSS y cre¨® un complejo industrial militar masivo. Debemos trabajar con Rusia, Ucrania, Kazajst¨¢n, Bielorrusia, las otras rep¨²blicas, y cualquier entidad com¨²n para ayudarles a poner en pr¨¢ctica una pol¨ªtica de seguridad responsable. Y esto significa, ante todo, eliminar y controlar los restos m¨¢s peligrosos de la guerra fr¨ªa: las armas de destrucci¨®n masiva".
Sin armas nucleares
"Esperamos que estas rep¨²blicas que buscan una total independencia se adhieran al Tratado de No Proliferaci¨®n como Estados desprovistos de armamento nuclear, que respeten los dispositivos de seguridad del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica, y que lleven a cabo controles efectivos sobre la exportaci¨®n de materiales nucleares y de tecnolog¨ªas relacionadas con este tipo de materiales. Mientras uno de estos Estados independientes guarde armas nucleares en su suelo, deber¨ªan formar parte, bajo mando ¨²nico, de los acuerdos que excluyen la posibilidad de control independiente".
"Aunque ya ha pasado la pesadilla de 1984 de Orwell, el terror de 1994 es que alg¨²n Sadam Husein o un Gaddafi utilice el mercado negro para comprar armas a unidades militares desalmadas, o para comprar los planos originales a alg¨²n ingeniero en paro". ( ... )
"Las carreras de armamentos internas entre las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas representan un peligro potencialmente grave para la seguridad europea. Ya estamos viendo signos de que los Gobiernos de algunas rep¨²blicas -sobre todo Azerbaiy¨¢n- se est¨¢n armando para enfrentarse a otras rep¨²blicas. Los que persiguen esta pol¨ªtica err¨®nea y anacr¨®nica deber¨ªan saber que no recibir¨¢n ni la aceptaci¨®n ni el apoyo de Occidente".
"Queremos ver la desmilitarizaci¨®n de la econom¨ªa sovi¨¦tica y la transici¨®n hacia unas relaciones c¨ªvico-militares democr¨¢ticas, un mercado libre y un equilibrio entre las necesidades sociales y una seguridad razonable y responsable".
"Al tiempo que trabajamos junto con rusos, ucranios, kazajos y otros para destruir armas y fomentar la democracia, el invierno ruso, igual que sucedi¨® en 1812, 1917 y 1941, podr¨ªa influir de nuevo en el curso de la historia. Mientras la econom¨ªa sigue retrocediendo sin terminar de tocar fondo, las temperaturas invernales est¨¢n exacerbando la situaci¨®n y originando una grave escasez de alimentos, medicamentos y energ¨ªa...".
"Es evidente que casi toda la responsabilidad recae en los l¨ªderes de las rep¨²blicas que ya han asumido el control primario sobre la pol¨ªtica econ¨®mica y los recursos. Tienen que tomar las dif¨ªciles resoluciones necesarias para la recuperaci¨®n econ¨®mica. Y las decisiones que tomen deben incluir el libre comercio entre las rep¨²blicas. Ser¨ªa realmente una tragedia que la autarqu¨ªa estalinista que aisl¨® a la econom¨ªa sovi¨¦tica fuera reemplazada por una autarqu¨ªa republicana que aislara y empobreciera a cada rep¨²blica".
"Hoy, tras la guerra fr¨ªa, estamos al borde del precipicio de la historia. Si durante la guerra fr¨ªa nos enfrentamos unos con otros como escorpiones dentro de una botella, ahora las naciones occidentales y las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas se comportan como torpes escaladores de una ladera empinada. Unidos por una cuerda com¨²n, la ca¨ªda en el fascismo o la anarqu¨ªa de la antigua URSS arrastrar¨ªa consigo a Occidente... ".
"Creo que tras haber vencido el miedo a una guerra nuclear y el estalinismo podemos vencer la tiran¨ªa de la mentalidad que podr¨ªa amenazar la reforma y la democracia y sumir tambi¨¦n nuestras vidas en la oscuridad".
"Podemos vencer el temeroso aislacionismo que amenaza con devolvernos a los errores de los a?os veinte y treinta".
"Podemos vencer la par¨¢lisis pol¨ªtica para alcanzar un consenso sobre lo que hay que hacer y, una vez de acuerdo, podremos unirnos a nuestros aliados para formar una nueva coalici¨®n para una diplomacia de compromiso colectivo. Una coalici¨®n para crear senderos de esperanza. Una coalici¨®n para hacer que el final de la guerra fr¨ªa sea un nuevo comienzo para todas las naciones del mundo".
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