EE UU pide a sus aliados un gran esfuerzo econ¨®mico para evitar la anarqu¨ªa
El Gobierno norteamericano ha iniciado contactos con sus principales aliados para la organizaci¨®n de la conferencia internacional de ayuda a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pero los principales detalles de esa reuni¨®n, como el nivel de las delegaciones o el orden del d¨ªa, son todav¨ªa desconocidos. Lo que s¨ª est¨¢ decidido es que Washington pedir¨¢ a las principales potencias industriales un gran esfuerzo econ¨®mico para evitar la anarqu¨ªa en la Comunidad de Estados Independientes (CEI, ex Uni¨®n Sovi¨¦tica). Tampoco la fecha de la conferencia, propuesta el jueves por el secretario de Estado, James Baker, est¨¢ decidida, aunque deber¨¢ celebrarse despu¨¦s de que el presidente Bush regrese el d¨ªa 11 de enero de su gira por Asia.
Funcionarios del Departamento de Estado han adelantado tan s¨®lo algunas ideas sobre los planes norteamericanos, que no pretenden s¨®lo coordinar la ayuda alimenticia urgente que las rep¨²blicas sovi¨¦ticas necesitan para pasar el invierno, sino organizar la etapa del poscomunismo en la URSS, tanto en lo que se refiere a la consolidaci¨®n de reg¨ªmenes democr¨¢ticos como en cuanto al control de las armas nucleares.El Gobierno norteamericano considera que las necesidades de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en estos momentos son demasiado grandes como para que un pa¨ªs por s¨ª s¨®lo pueda hacerlas frente. En este sentido, fuentes oficiales han sugerido que, grosso modo, Estados Unidos podr¨ªa encargarse de las armas nucleares; Europa, de la ayuda econ¨®mica a la parte occidental de la URSS, y Jap¨®n, de la contribuci¨®n econ¨®mica para desarrollar los recursos del extremo oriente sovi¨¦tico. A Arabia Saud¨ª, aliada de Estados Unidos en la guerra del Golfo, podr¨ªa corresponderle alg¨²n papel en la gesti¨®n de los recursos petrol¨ªferos de la URSS.
Algunas propuestas circulan ya en Washington para que los pa¨ªses europeos se repartan tambi¨¦n zonas de la Uni¨®n Sovi¨¦tica sobre las que concretar su ayuda. Los pa¨ªses n¨®rdicos, por ejemplo, podr¨ªan centrarse en las rep¨²blicas b¨¢lticas; los dem¨¢s Estados de la CE deber¨ªan ocupar sus esfuerzos en Ucrania, Bielorrusia y la parte occidental de Rusia, mientras que Jap¨®n, Corea del Sur y EE UU se podr¨ªan dedicar fundamentalmente a las regiones orientales y a llenar, en general, los vac¨ªos en otras ¨¢reas.
Para concretar esos planes, Washington tendr¨¢ que vencer las resistencias de Jap¨®n, que hasta ahora hab¨ªa sido reticente a involucrarse de lleno en la crisis sovi¨¦tica. Con los pa¨ªses europeos, mucho m¨¢s decididos a contribuir para solucionar los problemas de la URSS, las diferencias pueden ser m¨¢s bien de discrepancias de intereses con Washington a medio plazo. En el plazo de dos semanas, Bush ha llamado, tanto a Jap¨®n como a Europa, a asumir un mayor protagonismo en el nuevo orden mundial.
El Gobierno norteamericano no parece que tenga problemas en el Congreso para conseguir ayuda para la URSS, ya que la oposici¨®n dem¨®crata, cuyas ideas se ven en parte reflejadas en la iniciativa de James Baker, ha reaccionado positivamente a la convocatoria de la conferencia internacional.
Bush reconoci¨® ayer que la preocupaci¨®n principal de EE UU es el armamento at¨®mico. "Tenemos. algunos intereses en la reconciliaci¨®n pac¨ªfica", dijo Bush a los periodistas, "pero tambi¨¦n tenemos intereses, intereses fundamentales, y responsabilidades con el mundo entero sobre el tema de las armas nucleares".
Washington ha dejado claro que no puede aceptar el nacimiento de nuevos poderes nucleares independientes, algo que ocurrir¨ªa si las cuatro rep¨²blicas sovi¨¦ticas que poseen armas at¨®micas no consiguen poner sus arsenales bajo un mando conjunto.
El secretario de Estado norteamericano est¨¢ hoy volando con destino a esas cuatro rep¨²blicas con intenci¨®n, primero, de que todas firmen el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear, y, segundo, de encontrar la forma para destruir ese armamento o de ponerlo bajo un control confiable para Estados Unidos.
El Gobierno norteamericano est¨¢ dispuesto a mandar a la URSS equipos t¨¦cnicos para que contribuyan a la destrucci¨®n o control del armamento nuclear, as¨ª como est¨¢ decidido a importar a los expertos nucleares sovi¨¦ticos con el fin de evitar que ¨¦stos busquen trabajo en Libia, Irak u otros pa¨ªses contrarios a los intereses norteamericanos.
El secretario de Estado lleva tambi¨¦n a la URSS un mensaje sobre las condiciones que tienen que cumplir las rep¨²blicas que aspiren a la ayuda occidental. En su discurso del jueves en la Universidad de Princeton advirti¨® que los Gobiernos que no asuman pol¨ªticas democr¨¢ticas, como el de Georgia, se ver¨¢n excluidos de la asistencia. Tambi¨¦n advirti¨® que Occidente estar¨¢ vigilante para que nadie utilice la ayuda para prop¨®sitos diferentes al objetivo que ¨¦sta persigue.
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