El Madrid gan¨® sin esfuerzo

Hubo un tiempo muy lejano, all¨¢ por la ¨¦poca de caballeros y dragones, en el que el Torneo de Navidad ten¨ªa su cosa. Era costumbre traer una universidad americana, que mejor o peor, siempre pon¨ªa su nota diferente a lo que habitualmente se acostumbraba por Europa. Atractivas selecciones como la URSS, Brasil o Cuba se un¨ªan a equipos como el Joventut o Estudiantes. El p¨²blico, entra?able en esta ¨¦poca del a?o, respond¨ªa de forma fiel, teniendo reservadas esas fechas en su coraz¨®n desde principio de temporada.Los anfitriones, el Real Madrid, o mejor dicho, los jugadores del Real Madrid, no eran indiferentes a un torneo que les obligaba a no dejarse llevar por los habituales excesos navide?os y que siempre supon¨ªa un esfuerzo extra mientras el resto de sus adversarios lo ve¨ªan por la tele engullendo marisco. Sus mujeres acud¨ªan para cumplir el rito de felicitarse las fiestas dejando el pavo al horno. Era algo especial.

Todo eso est¨¢ quedando para los libros de historia. La gente no acude como antes, los equipos invitados van a cumplir el expediente como buenamente pueden, y el Madrid, mejor dicho, los jugadores del Madrid, han perdido esa ilusi¨®n por jugarlo. Para colmo de males, las mujeres se quedan en casa.

Como resultado, poco m¨¢s que los resultados. Karl se puso a probar y alegr¨® el fr¨ªo ambiente dando minutos a Peral y Lasa, que gustaron a la concurrencia, sobre todo el segundo.

Ah, casi se me olvidaba. Gan¨® el Madrid.