Proyecto

Los armarios empotrados y las neveras deber¨ªan funcionar a la manera de los terminales de un ordenador central; es decir, cada vez que uno abriera el armario del dormitorio deber¨ªa aparecer en su interior una oferta de ropa procedente de un armario central desde el que cada d¨ªa se expidiera un men¨² a los armarios de las redes perif¨¦ricas. De este modo, la ropa disponible en el universo rotar¨ªa entre todos los individuos. O sea, que a lo mejor un d¨ªa te tocaba la misma camisa que hubiera llevado el d¨ªa anterior Mario Conde. O la sudada camiseta de Gorbachov. Eso sin contar con lo excitante que ser¨ªa ver llegar a tu jefe al trabajo vestido de hare krisna.Cada vez que uno adquiriese un traje, ¨¦ste entrar¨ªa a formar parte del patrimonio com¨²n desde el mismo momento de ser introducido en un armario. Todos los armarios del universo mundo estar¨ªan secretamente conectados a trav¨¦s de una fibra ciega, como la justicia, que enviar¨ªa al armario central la informaci¨®n ropera almacenada en los armarios perif¨¦ricos.Y con las neveras, lo mismo. A lo mejor un d¨ªa abr¨ªas el frigor¨ªfico y te encontrabas con un kilo de caviar iran¨ª. O con media docena de yogures desnatados. La cosa es que no tuvieras que salir de casa. O que pudieras hacerlo tambi¨¦n a trav¨¦s de los armarios empotrados o de las neveras, aunque esto ¨²ltimo implicar¨ªa el riesgo de ser confundido con un alimento. Porque t¨² te meter¨ªas en el armario empotrado de tu cuarto y, a trav¨¦s de la fibra ciega, podr¨ªas llegar, despu¨¦s de ser procesado por el armario central, al de tu carnicero, por ejemplo. Podr¨ªamos ir de un armario de Madrid a uno de Mosc¨², haciendo transbordo en otro de tres cuerpos de Estocolmo. La cosa ser¨ªa no tener que salir del armario, que es donde vamos a pasar algunos el 92. Feliz a?o.