Despu¨¦s del d¨ªa despu¨¦s

Despu¨¦s del tremendo socav¨®n lleg¨® la calma, y aunque sin explicaci¨®n aparente, como no sea la socorrida premura de la realizaci¨®n, las cotizaciones se ende rezaron en parte. La psicolog¨ªa de los mercados ha demostrado sobradamente que el efecto moderador y estabilizador de la mente de los aguerridos bolsistas se reduce seriamente en condiciones de estr¨¦s. Ello, por supuesto, tiene un significado pr¨¢ctico a la hora de analizar un mercado, por lo menos en lo que se refiere a los vaivenes fuertes como el de las ¨²ltimas 48 horas. Entre los cronistas burs¨¢tiles es conocido el caso de Gianna Fidanza, un cambista norteamericano que, para comprobar la relaci¨®n entre su estado f¨ªsico y la evoluci¨®n de las cotizaciones; mont¨® un aparato para medirse el pulso que se pod¨ªa seguir desde una pantalla de un centro hospitalario. Se observ¨® que cuanto m¨¢s ca¨ªa el ¨ªndice, m¨¢s sub¨ªa el pulso de Fidanza.Despu¨¦s del d¨ªa despu¨¦s, la calma sigui¨® ayer a la tempestad, y los m¨¢s optimistas se relamen ya pensando en pron¨®sticos favorables para el reci¨¦n inaugurado 1991. Siempre, claro est¨¢, con el punto de mira puesto en el segundo semestre. El medio plazo es siempre un remedio.