Bush busca en Jap¨®n una nueva definici¨®n de la alianza pol¨ªtico-militar
El presidente norteamericano, George Bush, lleg¨® ayer a Jap¨®n en busca de una nueva definici¨®n de los v¨ªnculos bilaterales despu¨¦s de la terminaci¨®n de la guerra fr¨ªa y la desmovilizaci¨®n de la Marina sovi¨¦tica en VIadivostok y en las bases del norte del Pac¨ªfico. "Vengo como amigo", declar¨® Bush en Kioto, la antigua capital imperial. Los eventuales acuerdos pol¨ªticos entre Washington y Tokio repercutir¨¢n en el Este asi¨¢tico.Bush, acompa?ado por su esposa, B¨¢rbara, fue recibido en el aeropuerto de Osaka por el exprimer ministro Toshiki Kaifu, amigo personal del matrimonio, con quien se traslad¨® en helic¨®ptero a Kioto, distante 560 kil¨®metros de Tokio. "Quiero contribuir a mantener la amistosa relaci¨®n entre Estados Unidos y Jap¨®n", manifest¨® Bush ante una concentraci¨®n de estudiantes japoneses y norteamericanos.
M¨¢s de 50.000 polic¨ªas controlan carreteras, aeropuertos y las avenidas por donde discurrir¨¢ la comitiva presidencial. La Embajada estadounidense en Tokio, donde hoy comienzan las conversaciones con el presidente Kiichi Miyazawa, es vigilada por helic¨®pteros y patrullas armadas. La estancia de Bush, que finaliza el viernes, ser¨¢ rubricada con la llamada declaraci¨®n de Tokio, un llamamiento a la colaboraci¨®n pol¨ªtica.
La situaci¨®n en la pen¨ªnsula coreana, Myanmar (antigua Birmania), China y la evoluci¨®n hacia la democracia en el sureste asi¨¢tico ser¨¢n temas principales en las conversaciones sobre la situaci¨®n regional. El canciller japon¨¦s ha regresado de Pek¨ªn con un mensaje para el presidente norteamericano, cuyo contenido no se ha revelado, aunque puede estar relacionado con la desnuclearizaci¨®n de Corea del Norte.
Cuenca del Pacifico
Seizaburu Sato, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de Tokio, piensa que la desaparici¨®n de la URSS y el espectacular crecirmento japon¨¦s han aparejado un aumento de la influencia de Jap¨®n en la cuenca del Pac¨ªfico que hay que tomar en cuenta. Sato recuerda que, cuando el Tratado de Paz de San Francisco de 1952 restableci¨® la soberan¨ªa japonesa y acab¨® con la ocupaci¨®n militar, el pa¨ªs debi¨® dedicarse fundamentalmente a su propia reconstrucci¨®n. Conseguida ¨¦sta, Jap¨®n "debe aceptar sus nuevas responsabilidades militares e internacionales". El profesor considera, sin embargo, que la alianza entre Washington y Tokio es todav¨ªa necesaria, al no estar consolidada la tendencia a la pacificaci¨®n regional y persistir focos de desestabilizaci¨®n.El Gobierno japon¨¦s, seg¨²n fuentes pol¨ªticas, har¨¢ saber a Bush que desea una consideraci¨®n de igual en el tratamiento de los problemas regionales, un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU y una participaci¨®n en los organismos internacionales financieros m¨¢s acorde con su poder¨ªo. Asimismo har¨¢ valer su papel de l¨ªder emergente en Asia.
Sin embargo, los pa¨ªses que sufrieron la ocupaci¨®n nipona antes y durante la ¨²ltima conflagraci¨®n mundial recelan ante un resurgimiento que hasta ahora se manifiesta sobre todo en sus fuertes inversiones regionales, bienvenidas en las econom¨ªas m¨¢s necesitadas. Takarazu Kuriyama, ex viceministro de Exteriores, piensa que "en los a?os sesenta y setenta EE UU entendi¨® sus intereses estrat¨¦gicos en esta ¨¢rea. No est¨¢ claro que entienda cu¨¢les son los econ¨®micos". Jap¨®n s¨ª parece saberlo, a juzgar por sus crecientes desembolsos entre las naciones vecinas.
M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 28
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