Pluma ejemplar
Entre los varios prejuicios que uno absorbe no era el menor el que me llevaba a pensar que a partir de cierta edad, avanzada, el escritor empeora; a menudo se torna chocho, menos l¨²cido y, en algunos penosos casos que no quiero mencionar, su estilo se vuelve un remedo del que fue, una especie de imitaci¨®n esperp¨¦ntica.No es ¨¦ste el caso de Eduardo Haro Tecglen. Cada d¨ªa que pasa me encandila m¨¢s, me maravilla su compromiso sin alardes y su lucidez del "todo es nuevo y todo es viejo".
Eduardo, amigo, te sigo desde los lejanos tiempos de Triunfo (la revista, no nuestras conquistas), y cada d¨ªa que pasa aumenta mi adicci¨®n y el rito diario de ir flechado a la pen¨²ltima p¨¢gina de EL PA?S en busca de tu pluma, mal que te pese, ejemplar.-
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