Cr¨®nica de un delito anunciado
?Sabe usted qu¨¦ es un acto de repudio? En Cuba todo el mundo lo sabe. Forma parte de nuestra cultura pol¨ªtica.Un acto de repudio es un espacio abierto a las pasiones y la histeria. Es una zona franca para todo tipo de desmanes contra las personas y las cosas. En un acto de repudio quedan en suspenso los c¨®digos, las leyes y todas las normas de legalidad y convivencia civilizada. Un acto de repudio es un delito de lesa humanidad. Con esta pr¨¢ctica de ra¨ªz inquisitorial, puesta de moda en nuestro siglo por el fascismo, se intenta trasladar a la masa la responsabilidad de la represi¨®n, pretendi¨¦ndose mostrar al mundo la imagen de un pueblo ofendido que hace justicia por su cuenta.
Los actos de repudio aparecieron en Cuba con este nombre hace poco m¨¢s de una d¨¦cada, cuando la crisis provocada por el asilo s¨²bito de miles de personas en la Embajada de Per¨² en La Habana y el subsiguiente ¨¦xodo hacia Estados Unidos, por el puerto de Mariel, de alrededor de 120.000 cubanos. Tan pronto como alguien comunicaba a las autoridades que abandonar¨ªa el pa¨ªs, se le montaba un acto de repudio por desertor y ap¨¢trida. La muchedumbre convocada al efecto estaba autorizada a golpear a esta persona, a pasearla por las calles con sambenitos y letreros infamantes, a apedrear su casa y siti¨¢rsela con altavoces que vociferaban insultos durante horas, etc¨¦tera. Algunas de aquellas tropel¨ªas fueron de un ensa?amiento demencial y me permitieron ver de cerca hasta d¨®nde llega la abyecci¨®n de ciertos individuos cuando se sienten todopoderosos frente a su v¨ªctima y se saben amparados por la m¨¢s completa impunidad.
Todos en Cuba recordamos que cuando aquellos actos de repudio comenzaron a hacer explosiva la atm¨®sfera social y a provocar reyertas de ciertas proporciones, el partido, que los hab¨ªa alentado, se alarm¨® y emiti¨® un llamado a la cordura mediante el cual los puso freno.
Quienes siempre los rechazamos aplaudimos el llamado del partido y pensamos, con alivio, que tales actos quedar¨ªan en el pasado como pesadillas que jam¨¢s volver¨ªan a atormentarnos. Cuba, a fin de cuentas, es un pa¨ªs civilizado, signatario de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos del Hombre y con una Constituci¨®n presidida por el anhelo martiano de que "la ley primera de nuestra Rep¨²blica sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre", de modo que no hab¨ªa por qu¨¦ temer que los actos de repudio fuesen como las golondrinas de B¨¦cquer.
Pero volvieron las oscuras golondrinas... Y de qu¨¦ manera.
?Olvid¨® el partido las razones que adujo hace m¨¢s de 10 a?os para suprimir los actos de repudio o es que hoy no las considera v¨¢lidas ante una oposici¨®n interna que, aunque moderada y pacifista, hay que silenciar de cualquier modo? ?Debe entenderse que es as¨ª como el partido responde a la petici¨®n de di¨¢logo c¨ªvico formulada en la Declaraci¨®n de Intelectuales Cubanos?
Mar¨ªa Elena Cruz Varela es una valiosa poetisa y escritora. En 1989 obtuvo el Premio Nacional de Poes¨ªa UNEAC. Es madre de una jovencita de 16 a?os y de un ni?o de 11. Preside el grupo opositor liberal Criterio Alternativo, que propugna la conveniencia de un tr¨¢nsito pac¨ªfico y ordenado de la sociedad cubana hacia la democracia.
En la tarde del 19 de noviembre se hallaba conversando con unos amigos en su modesto piso de la barriada habanera de Alamar cuando un hombre y una mujer, conocidos de ella, se presentaron ante la reja que protege su puerta. Los reci¨¦n llegados quer¨ªan, seg¨²n dijeron, hablar con la poetisa acerca de unas octavillas distribuidas el d¨ªa anterior en diversos puntos de La Habana, en las que Criterio Alternativo hac¨ªa un reclamo proselitista. Tan pronto como Mar¨ªa Elena abri¨® la reja, los individuos penetraron violentamente y franquearon el paso a otros que se ocultaban en la escalera. Los asaltantes la emprendieron a golpes contra Mar¨ªa Elena y las otras personas que se encontraban all¨ª, al tiempo que destru¨ªan muebles y cuantos objetos hallaban. Posteriormente, Mar¨ªa Elena fue arrastrada escaleras abajo, y ya en la calle, entre golpes y denuestos, con los brazos sujetos a la espalda, fue obligada por la turba a soportar que le introdujeran en la boca varias de las octavillas que su grupo hab¨ªa distribuido. Mientras tanto, su hija tambi¨¦n era golpeada por la multitud.
Cuando los polic¨ªas uniformados que contemplaban la escena lo estimaron conveniente, se llevaron a la poetisa y, la mantuvieron retenida hasta la medianoche, hora en que la devolvieron a su casa. A partir de ese momento, y durante dos d¨ªas, ella y sus hijos estuvieron sitiados por sujetos que imped¨ªan el acceso al piso.
Al segundo d¨ªa, Mar¨ªa Elena fue arrestada y conducida a la sede de la Seguridad del Estado, la famosa Villa Marista, donde la mantuvieron incomunicada por espacio de seis d¨ªas.
Mientras la poetisa permanec¨ªa encerrada en su casa con sus dos hijos, compa?eros de ella intentaron acercarse al lugar y recibieron severas palizas, propinadas por grupos de individuos supuestamente civiles. Entre los golpeados figuran el abogado Fausto Adolfo Mart¨ª, de la Coalici¨®n Democr¨¢tica, y el germanista y editor Jorge Pomar Montalvo, dirigente de Criterio Alternativo, a quien le rociaron los ojos con un gas de los que usa la polic¨ªa, y a patadas y palos le fracturaron costillas y lo hirieron en el rostro. Pomar tambi¨¦n fue encarcelado en Villa Marista bajo r¨¦gimen de incomunicaci¨®n.
Sorpresivamente, el juicio a Mar¨ªa Elena y Jorge Pomar fue anunciado un d¨ªa antes del se?alado por la Polic¨ªa Pol¨ªtica para la primera visita de los familiares a los detenidos, y dos horas antes de que comenzara. Los abogados de los reos conocieron del caso 20 minutos antes de la vista.
Ambos opositores fueron condenados a dos a?os de c¨¢rcel bajo los cargos de asociaci¨®n il¨ªcita y difamaci¨®n.
Hasta aqu¨ª la descripci¨®n somera de los hechos, seg¨²n el testimonio de v¨ªctimas y testigos oculares.
Hay que subrayar que Criterio Alternativo no es una agrupaci¨®n clandestina y que desde septiembre tiene presentada una solicitud de inscripci¨®n en el registro correspondiente del Ministerio de Justicia, sin que hasta el momento del juicio se conociera la respuesta de dicho ministerio. En cuanto al cargo de difamaci¨®n, debe saberse que se bas¨® en que en un texto p¨²blico de Criterio Alternativo se define como amanuenses a los diputados de la Asamblea Nacional.
Llama la atenci¨®n el hecho de que, seg¨²n parece, en Cuba no incurren en el delito de asociaci¨®n il¨ªcita quienes se re¨²nen para asaltar casas, apalear a sus moradores y destrozar propiedades ajenas, ni en el de difamaci¨®n quienes, en los peri¨®dicos oficiales, acusan de colaboradores de la CIA a ciudadanos que nada tienen que ver con este ni con ning¨²n otro servicio de espionaje extranjero.
Es bueno que se sepa que Cuba firm¨® hace unos meses, en julio de 1991, la Declaraci¨®n de Guadalajara, en la que se dicen cosas como ¨¦sta: "Nuestra comunidad se asienta en la democracia, el respeto a los derechos humanos y en las libertades fundamentales". Y como ¨¦sta: "Reafirmamos que es obligaci¨®n del Estado de derecho promover y garantizar la plena vigencia de los derechos humanos".
Durante la cumbre de Guadalajara, el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y primer secretario del partido, comandante en jefe Fidel Castro, respondiendo a una periodista de la televisi¨®n de Miami, neg¨® categ¨®ricamente que en Cuba se realicen actos de repudio. Dijo que ¨¦l no ten¨ªa noticia de ninguno.
El incidente con Mar¨ªa Elena Cruz Varela y sus compa?eros de Criterio Alternativo -todos firmantes de la Carta de los Diez- cubre con una sombr¨ªa interrogaci¨®n el futuro pol¨ªtico inmediato de la naci¨®n cubana.
No creo ocioso repetir a mis compatriotas que la violencia es el peor de los caminos que cualquiera de los bandos pueda tomar. Por lo pronto, el Gobierno ya tir¨® la primera piedra.
Manuel D¨ªaz Mart¨ªnez es poeta y periodista cubano. Miembro de la Academia Cubana de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Espa?ola. Firmante de la Carta de los Diez.
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