Un sumario revela graves irregularidades contables en unidades militares
El proceso judicial abierto en Valencia a tres coroneles, un teniente coronel y un capit¨¢n revela la existencia de graves irregularidades contables en varias unidades militares. La existencia de cuentas bancarias no controladas por los procedimientos of¨ªciales motiv¨® el procesamiento de los cinco mandos, que est¨¢n a la espera de juicio. El fiscal reclama ocho meses de prisi¨®n para los encausados. Dos generales jefes, los de Madrid y Sevilla, est¨¢n propuestos como testigos por las defensas, que intentan demostrar que los ingresos paralelos a los oficiales fueron habituales en el Ej¨¦rcito hasta hace dos a?os.
Los cinco mandos militares procesados tuvieron responsabilidades en el antiguo Parque de Artiller¨ªa de Valencia entre los a?os 1980 y 1987. Todos ellos gestionaron los denominados fondos particulares. Con estos fondos se atend¨ªan los gastos de reparaciones urgentes o de actos sociales, pero estaban al margen de los controles legales.Los irregulares sistemas de contabilidad en un destacamento militar de Chinchilla (Albacete) -dependiente del mencionado Parque de Artiller¨ªa- causaron, entre otras consecuencias, la ineficacia de la alarma y protecci¨®n de un polvor¨ªn. El sistema de seguridad del polvor¨ªn fue contratado en 1985 con una empresa privada, que deb¨ªa aportar la mano de obra y el material. Sin embargo, fueron los soldados quienes realizaron ese trabajo. La empresa, a cambio, entreg¨® 250.000 pesetas al destacamento, que pasaron a engrosar un fondo econ¨®mico no controlado por la contabilidad oficial.
Un sistema que resulta ser falso e ineficaz unido a una empresa de mantenimiento que deja mucho que desear dan como resultado una protecci¨®n no acorde con las necesidades de este polvor¨ªn". Esta es la conclusi¨®n de un informe t¨¦cnico interno encargado tras comprobarse los fallos de la alarma. El fiscal del caso califica el sistema de alarma como "totalmente in¨²til".
Adem¨¢s de las 250.000 pesetas, la empresa Compeltec, contratada para realizar el trabajo, entreg¨®- un televisor en color para la tropa.
El destacamento de Chinchilla tambi¨¦n nutri¨® sus fondos particulares, seg¨²n el ministerio fiscal, con ingresos provinientes de la cocina de la unidad, la cantina de la tropa y el bar de oficiales.
Otra empresa privada, Reymos, SA, suscribi¨® un contrato para realizar dos inspecciones anuales de los t¨²neles del polvor¨ªn. Mandos del destacamento le permitieron realizar s¨®lo una revisi¨®n al a?o, pero, a cambio, la empresa deb¨ªa construir un frigor¨ªfico para la unidad.
El fiscal considera que todas estas pr¨¢cticas se realizaron "sin transparencia contable" y considera que invirtieron arbitrariamente. Hace dos a?os fue modificado el sistema de contabilidad militar.
Una cuenta a plazo fijo
La devoci¨®n por Santa B¨¢rbara, patrona de Artiller¨ªa, puede costar un disgusto a cinco mandos militares valencianos. Los gastos de la fiesta anual de la patrona no estaban previstos en los presupuestos del Ministerio de Defensa, pero Santa B¨¢rbara siempre ten¨ªa su ofrenda. La imaginativa captaci¨®n de ingresos. extraoficiales con los que pagar los vinos de honor no son bien vistos por un fiscal militar.La capacidad de ahorro del coronel Herminio Tortajada est¨¢ fuera de toda duda. Como jefe del Parque de Artiller¨ªa desde 1980 a 1984, consigui¨® capitalizar un fondo particular de m¨¢s de 18 millones de pesetas. Para obtener la m¨¢xima rentabilidad, la cuenta, abierta en una sucursal del Banco de Bilbao en Valencia, fue contratada a plazo fijo.
En el Parque de Artiller¨ªa, como en cualquier cuartel, los fines de semana hab¨ªa permisos para casi todos, pero estas licencias no eran comunicadas a la c¨²pula militar. El dinero destinado a pagar el rancho de los soldados de permiso pasaba a engrosar los fondos paralelos. El cobro de las llamadas telef¨®nicas particulares, la venta de material in¨²til y otras muchas triqui?uelas nutr¨ªan la cuenta bancaria.
Los recientes cambios en la contabilidad, del Ej¨¦rcito han reducido considerablemente los fondos particulares. Algunos bancos han perdido a un pu?ado de buenos clientes.
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