El Papa confirma su confianza en el espa?ol Mart¨ªnez Somalo
El nombramiento de Eduardo Mart¨ªnez Somalo como m¨¢ximo responsable de las congregaciones religiosas se considera en medios vaticanos como un "ascenso" que confirma la confianza de Juan Pablo II en este aragon¨¦s, que cumplir¨¢ el pr¨®ximo mes de marzo 65 a?os. Este ¨²ltimo dato sugiere, sin embargo, que es poco probable que, tras el quinquenio en su nuevo destino, el cardenal regrese a la c¨²spide de la Secretar¨ªa de Estado, el verdadero Gobierno de la Santa Sede.
La Congregaci¨®n para los Institutos de Vida Consagrada, a la que ha sido destinado ahora el cardenal Eduardo Mart¨ªnez Somalo como prefecto, se ocupa de un ¨¢rea especialmente sensible, como es la vida interna de las ¨®rdenes religiosas y sus relaciones con el Vaticano, no siempre f¨¢ciles, desde la autonom¨ªa que la Iglesia les confiere.El cardenal espa?ol tiene una experiencia previa en afrontar problemas delicados del clero, ya que, como prefecto de la Congregaci¨®n para los Sacramentos, su funci¨®n anterior a ¨¦sta, ha tenido que ocuparse de la llamada "reducci¨®n al laicado" de los sacerdotes que desean abandonar los votos.
Y el hecho es que las protestas de tantos ex profesos, que acusan de incomprensi¨®n a la Iglesia porque les sigue vetando el matrimonio can¨®nico, no se han apagado en los cuatro a?os de su mandato al frente del citado dicasterio. Buena parte de las fricciones actuales entre los religiosos y el Vaticano se centran en Am¨¦rica Latina, al ser ¨¦ste un subcontinente problem¨¢tico en s¨ª mismo, donde las ¨®rdenes est¨¢n m¨¢s implantadas y donde sus miembros tienen mayor presencia en el episcopado. Recientemente ha habido claras intervenciones de Roma en la Confederaci¨®n Latinoamericana de Religiosos (CLAR).
Mano izquierda
El prefecto para los institutos debe desarrollar, pues, una labor que exije mano izquierda y bastante disponibilidad de viajar, lo que probablemente debi¨® empezar a resultar agotador para el cardenal belga Jean Jerome Hammer, que ha logrado ser relevado de este cargo a los 76 a?os.La proximidad cultural de Mart¨ªnez Somalo a lo suramericano y su conocimiento directo de la zona, ya que fue nuncio en Bogot¨¢, han tenido que influir en este nombramiento, fruto, antes que nada, de una estrecha relaci¨®n entre el cardenal espa?ol y el Papa polaco.
Karol Wojtyla y Eduardo Mart¨ªnez Somalo se conocieron en Roma durante el Concilio Vaticano II por mediaci¨®n del cardenal Andrzej Maria Deskur. ?ste era entonces un sacerdote polaco poco introducido en la curia, donde el aragon¨¦s, diplom¨¢tico vaticano de carrera, llevaba ya trabajando a?os en la Secretar¨ªa de Estado.
Deskur era una persona tan apreciada por Wojtyla que, en 1979, ¨¦ste le hubiera nombrado secretario de Estado de no haber sufrido aqu¨¦l una grave hemiplejia el mismo d¨ªa en que Juan Pablo II inici¨® su pontificado.
Agostino Casaroli fue el primer secretario de Estado, cargo siempre muy relevante, designado por Wojtyla, pero el Papa hizo venir en seguida a Mart¨ªnez Somalo de Colombia como sustituto, sobre todo, en los frecuentes viajes pontificios.
Se dice que el Papa polaco y el cardenal aragon¨¦s se han entendido siempre bien, porque a ambos les gusta una comunicaci¨®n franca y sin tapujos, que a menudo contrasta con las maneras barrocas de los italianos.
Eduardo Mart¨ªnez Somalo dej¨® el cargo de sustituto de la Secretar¨ªa de Estado en 1988 para ser nombrado cardenal, siendo reemplazado por su segundo, Giovanni Baptista Re.
El cambio no supuso que el espa?ol perdiera influencia en la curia, como demuestra su presencia simult¨¢nea en seis de las nueve congregaciones existentes, en un consejo y en dos comisiones.
Desde la Congregaci¨®n para los Institutos de Vida Consagrada, a Eduardo Mart¨ªnez Somalo, un cardenal del que se dice que tiene buenas relaciones con el Opus Dei, pero desde una posici¨®n claramente independiente, le corresponder¨¢ una responsabilidad relevante en la preparaci¨®n del pr¨®ximo S¨ªnodo, que el Papa ha convocado ya para 1994, sobre el tema de los religiosos. Tambi¨¦n fue designado por el Papa para organizar el ¨²ltimo S¨ªnodo.
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