Cr¨®nica de otros
Cartas de amor
De A. R. Gumey, versi¨®n de Fernando Masllor¨¦ns y Federico Gonz¨¢lez del Pino. Int¨¦rpretes: Anal¨ªa Gad¨¦ y Alberto Closas. Escenograf¨ªa: Rafael Garrig¨®s. Iluniinaci¨®n: Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez. Direcci¨®n: Josefina Molina. Teatro Bellas Artes. Madrid, 24 de enero.
A. R. Gurney es un cronista de la sociedad dominante en los Est¨¢dos Unidos, los blancos anglosajones protestantes (Wasp); una especie de Benavente de all¨ª y de este tiempo, comparaci¨®n en la que se incluye ahora una cierta nostalgia del mundo en que vivieron y ya desaparece, y una acusaci¨®n suave y serena, desde dentro. Pienso que los espectadores de esa o parecida ¨ªndole que escuchen y contemplen una obra as¨ª, en su idioma, con sus acentos, sus modismos y sus gracias, y con sus dramas, deben pasarlo muy bien. La importante formaci¨®n americana que tenemos los espa?oles por el cine y la televisi¨®n no es todav¨ªa suficiente para apreciarla, y el doblaje (por decirlo de alg¨²n modo) de los traductores Masllor¨¦ns y Gonz¨¢lez de Pino y los Int¨¦rpretes Anal¨ªa Gad¨¦ y Alberto Closas, no puede, por bien que est¨¦, entregarnos todos estos matices que suponemos, y de los que est¨¢ hecha la obra. Somos, adem¨¢s, mal p¨²blico para este teatro. Impacientes, ansiosos, mas r¨¢pidos de entendimiento de lo que son en otros pa¨ªses donde la cultura invernal fr¨ªa de los nuevos medios que desbordan al teatro, toda la adolescencia de estos dos muchachos, nos suena a t¨®pico que se alarga in¨²tilmente. La forma de plantearla es tambi¨¦n contraria a la tradici¨®n teatral espa?ola: los dos protagonistas, sentados ante una gran mesa, leen o recuerdan sus cartas mutuas que duraron toda la vida, sin dirigirse nunca el uno al otro.La directora Josefina Molina hace lo posible por dotar de movilidad la acci¨®n. Su iluminador, Jose Luis Rodr¨ªguez, retuerce literalmente todos los puntos de luz para sustituir con ellos la movilidad que no hay, y llega a inquietar demasiado. En un momento, un oscuro llev¨® a los espectadores al aplauso, cre¨ªdos de que llegaba el ansiado final.
Benavente anglosaj¨®n
En ¨¦sta si hay desenlace. Ya digo que es un Benavente anglosaj¨®n. A medida que la situaci¨®n avanza, deja de ser una cr¨®nica y tiene carne dram¨¢tica, interesa m¨¢s. Se universaliza. La historia de una para reacciona a es e a infancia, que s¨®lo se da cuenta de que se aman cuando ya es demasiado tarde, cuando ya el triunfo de uno -senador- y el fracaso de, otra -rica, pero mala pintora; alcoh¨®lica- que apenas les deja tener un breve encuentro. feliz, y luego les separa de nuevo, suena a tantas cosas, y no s¨®lo vistas o le¨ªdas, sino escuchadas de verdaderas vidas humanas, que puede conmover. Este melodrama dicho con tiento, al que pone ep¨ªlogo y explicaci¨®n la ¨²ltima carta del hombre, unido al prestigio personal no desmentido de Anal¨ªa Gad¨¦ y Alberto Closas, podr¨¢ sacar adelante esta obra.
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