La estrategia de la tensi¨®n PSOE-PP
Desde mi punto de vista, y evitando entrar en un discurso de tintes dram¨¢ticos, la situaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y social de Espa?a atraviesa momentos dif¨ªciles.Asistimos en las ¨²ltimas semanas a la discusi¨®n p¨²blica de un problema, la corrupci¨®n, cuyas manifestaciones m¨¢s significativas est¨¢n empezando a notarse ahora, pero que sin duda hunde sus ra¨ªces m¨¢s recientes en el modelo de sociedad puesto en marcha por el PSOE en sus 10 a?os de Gobierno.
Mientras la direcci¨®n del PP trata de sacar partido de los m¨²ltiples esc¨¢ndalos pol¨ªtico-econ¨®mico-financieros que tocan de manera directa o indirecta al PSOE, este ¨²ltimo echa mano del tremendismo, y afirma que las acusaciones de corrupci¨®n generalizada da?an al sistema democr¨¢tico y al conjunto de las fuerzas pol¨ªticas.Poco cualificado La corrupci¨®n no es un activo de todos los partidos, en eso estoy de acuerdo; tambi¨¦n coincido en que no es precisamente el PP el m¨¢s cualificado para denunciar un fen¨®meno que terminar¨¢ da?ando -¨¦l y no su denuncia- a la participaci¨®n democr¨¢tica de los ciudadanos, a trav¨¦s del aumento de los porcentajes de abstenci¨®n en los procesos electorales.
El PSOE y el PP se alimentan mutuamente; y esto es as¨ª porque en un periodo que nosotros consideramos como previo a unos comicios generales anticipados, ambas fuerzas pol¨ªticas tratan de resucitar en la imagen p¨²blica un esquema bipartidista, es decir, una situaci¨®n en la que la dial¨¦ctica sea principalmente entre PSOE y conservadores. De esta forma, el resto de opciones pol¨ªticas pasar¨ªamos a un segundo plano y, llegado el momento, Felipe Gonz¨¢lez apelar¨ªa al "?que viene la derecha!" para mantener fijo a un electorado progresista mientras que Aznar podr¨ªa mantener la ficci¨®n de que "somos la ¨²nica alternativa" a un ejecutivo corrupto.
No. Yo rechazo ese esquema por falso e irreal.
Oyendo las intervenciones p¨²blicas de los dirigentes del PSOE y del PP, no puedo m¨¢s que recordar aquel pasaje del Lazarillo de Tormes en el que el ciego es robado en el reparto de las uvas por su joven acompa?ante; y ¨¦ste, sorprendido, le oye decir a aqu¨¦l: "T¨² coges dos y me das una a m¨ª"; el lazarillo se interroga sobre c¨®mo siendo ciego su amo, ha podido descubrirle; a lo que el anciano le responde: "Porque yo tambi¨¦n cog¨ªa dos y te daba una a t¨ª, y no has protestado". -
La traducci¨®n pol¨ªtica de lo dicho es muy simple: aun afectando al PSOE y al PP asuntos de corrupci¨®n todav¨ªa no cerrados, no afirmo que uno est¨¦ tan involucrado o m¨¢s que el otro en este fen¨®meno; pero s¨ª digo que los dos comparten un modelo de sociedad en el que nace y crece la corrupci¨®n, aun con ligeros matices en su concepci¨®n.
No se trata de entrar en el "y t¨² m¨¢s", utilizando como armas arrojadizas los casos Guerra, Naseiro, Filesa, Renfe u Hormaechea.
Nuestra obligaci¨®n como izquierda transformadora que no va a hacer dejaci¨®n, sino al contrario, de la demanda concreta y cotidiana, es ir, en todo caso, al fondo de la cuesti¨®n.Derecha cl¨¢sica?O es que el modelo del enriquecimiento f¨¢cil y especulativo del "todo vale", de la acumulaci¨®n de riqueza r¨¢pida, del dinero negro, del empleo sumergido no es propio de la derecha m¨¢s cl¨¢sica, aunque lo haya hecho propio el PSOE?
?0 es que los grandes financieros del pa¨ªs, con sus conexiones multinacionales, no han adquirido desde hace 10 a?os la costumbre de poner una vela a Dios y otra al diablo?
La conferencia de Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas en el Club Siglo XXI, que entra de lleno en potenciar la "estrategia de tensi¨®n" entre PSOE-PP -y lo hace por algo-, ha sido paradigm¨¢tica en una de sus contundentes afirmaciones: los empresarios no confian en el liderazgo de la derecha, empezando por Aznar. ?Claro, algo de eso hay! Pero, entonces, ?en qui¨¦n depositan sus esperanzas? La respuesta est¨¢ clara: en Felipe Gonz¨¢lez.
El problema, entonces, del presidente de Gobierno se nos presenta con claridad: podr¨¢n confiar en ¨¦l los empresarios, pero no los sindicatos. Ni las centrales ni cada vez m¨¢s, grandes sectores de la izquierda pol¨ªtica, a juzgar por las cont¨ªnuas p¨¦rdidas electorales del PSOE.
El modelo de sociedad PSOE-PP va, desde luego, m¨¢s all¨¢ del asunto de la corrupci¨®n, y afecta a todos los ¨¢mbitos de la vida cotidiana.'Ley Corcuera'
Busquemos un caso concreto: la ley Corcuera. El espect¨¢culo es realmente propio de una obra surrealista. El PP amenaza con presentar recurso de inconstitucionalidad a un texto que recoge su filosofia sobre la denominada seguridad ciudadana, no obstante, es capaz de saltar por encima de su l¨®gica, a corto plazo, con tal de no reconocer que otro partido, el PSOE, le ha robado una de sus esencias.
No me resisto volver a la conferencia del se?or Benegas de esta semana para ilustrar mi argumentaci¨®n. Recriminaba el secretario de organizaci¨®n socialista la postura de AP en el refer¨¦ndum OTAN, al propugnar la abstenci¨®n; es decir, ?inculpaba a los populares de no apoyar al PSOE en una posici¨®n de derechas sobre temas internacionales! La cosa es, como se dice ahora, muy fuerte.
La lista de ejemplos podr¨ªa ser muy larga...
La izquierda transformadora la nueva izquierda, tiene que enfrentarse a esta situaci¨®n y romperla desde propuestas alternativas, si quiere hacer avanzar posiciones realmente de progreso. Estoy convencido de que la bandera de la regeneraci¨®n ¨¦tica s¨®lo puede ser levantada desde la izquierda.
La falta de iniciativa de las posturas de izquierda, pol¨ªtica o social, estatal o nacional es condici¨®n imprescindible para que siga d¨¢ndose lo que he llamado "estrategia de la tensi¨®n PSOE-PP"; es la condici¨®n necesaria para que no haya contestaci¨®n al modelo de sociedad que ambos comparten.
La gran responsabilidad de Izquierda Unida es alentar una respuesta program¨¢tica concertada a la estrategia del PSOE y del Partido Popular. Y para ese objetivo, el ¨¦xito de la III asamblea de Izquierda Unida es fundamental.Debates fuertes
Se ha dicho, y no lo comparto, que Izquierda Unida est¨¢ "busc¨¢ndose a s¨ª misma". Es verdad que tenemos debates fuertes, pero porque intentamos construir una alternativa a un modelo de sociedad complejo desde una nueva forma de hacer pol¨ªtica. Mas nuestras discusiones no pueden, precisamente ahora, paralizar la acci¨®n pol¨ªtica de la izquierda, de IU. Si as¨ª fuera, estar¨ªamos contribuyendo, por omisi¨®n, al estancamiento de la situaci¨®n y a la puesta en pr¨¢ctica, todav¨ªa m¨¢s que ahora, de pol¨ªticas de derecha en todo los ¨¢mbitos.
Tenemos que lanzar, otra vez, 10 a?os m¨¢s tarde, el mensaje del cambio. Los que entonces lo lanzaron ya no tienen legitimidad pol¨ªtica ni moral para volver a protagonizarlo.
es secretario general del Partido Comunista de Espa?a (PCE) y miembro de la presidencia de Izquierda Unida (IU).
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