La dama celta

La primera visita de la cantautora canadiense Loreena Mc Kennitt, de 34 a?os, coincide con un periodo de m¨¢xima creatividad. Con un primer disco en 1985, otras dos producciones -tambi¨¦n por su cuenta-, y ya en una multinacional, The visit, su m¨²sica, abierta a diferentes culturas (el sitar y la tambura pueden unirse al viol¨ªn) se est¨¢ beneficiando del auge de las flamadas nuevas m¨²sicas aun cuando sus ra¨ªces se hallan en la tradici¨®n celta, aprendida de sus padres.Mc Kennitt, que vive en una granja del siglo pasado rodeada de gatos y perros, mostr¨® una presencia fisica de princesa medieval: tez p¨¢lida, abundante melena pelirroja, vestido largo de terciopelo negro. Una apariencia et¨¦rea bajo la que se intuye una personalidad apasionada y con sentido del humor. De sus ancestros ha heredado el don de la melod¨ªa y la armon¨ªa. Y es dif¨ªcil sustraerse al encanto de esas canciones melanc¨®licas, interpretadas con elegancia, delicadeza y sensibilidad.

Fueron altern¨¢ndose composiciones propias, textos musicados de Yeats o Shakespeare, y temas tan populares como Greensleewes. Su magn¨ªfica voz se escuch¨® cristalina y potente. Una grata confirmaci¨®n la de esta dama que cree "que la vida es demasiado corta para hacer las cosas por razones equivocadas".