Las mil y una caras
Nina HagenSala Canciller. Madrid, 17 de febrero.
Tras varios a?os de silencio musical reapareci¨® en Madrid un, de las m¨ªticas musas del movimiento radical punki.
La palabra radical en Nina Hagen y en la m¨²sica actual ya no tienen el mismo significado pero, aun habiendo evolucionado por caminos m¨¢s sosegados el concierto que ofreci¨® en la sala Canciller estuvo rebosante de vitalidad.
Nina Hagen tiene la extradinaria habilidad de tomar cualquier m¨²sica establecida como cl¨¢sico y volverla del rev¨¦s, convirti¨¦ndola en la otra cara de la moneda. La faz histri¨®nica interpretada a ritmo de comedia sat¨ªrica. El paso del tiempo deja inevitablemente su huella, y si ante5 el movimiento punki, al que ella se acerc¨®, lanzaba consignas de autodestrucci¨®n, ahora Nina (como coment¨® al finalizar el concierto) centra su discurso en aspectos que cabalgan entre lo subliminal y el realismo cotidiano, como podr¨ªa ser el hincapi¨¦ que hizo sobre la importancia de una maternidad.
La sala Canciller est¨¦ticamente quiz¨¢ no sea la m¨¢s cuidada, pero en cuestiones que propicien un espacio para disfrutar todo lo c¨®modamente que se pueda en un concierto es una opci¨®n que se ajusta a las m¨ªnimas exigenc¨ªas para un directo.
Acompa?ada de cuatro m¨²sicos, que desempe?aron un papel crucial en el transcurso del concierto, con una capacidad extraordinaria para mantener el inter¨¦s en las ausencias que Nina requer¨ªa para cambiar su vestuario, completaron un concierto tan interesante y divertido como diverso. Los nuevos caminos musicales en los que se ha introducido Nina Hagen resultaron efectivos, sin desentonar con sus pasadas tendencias.
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