"En el Pa¨ªs Vasco existe una gran dosis de violencia y locura"
Julio Medem Lafont, de 32 a?os, es el sorprendente director de Vacas, presentada en la secci¨®n Panorama de la Berlinale, cuando para algunos, que la han calificado como "la pel¨ªcula m¨¢s personal de las vistas en el festival", merec¨ªa haber entrado en competici¨®n. De creerle, su implacable par¨¢bola sobre la violencia, milim¨¦trica incluso en su c¨ªclica construcci¨®n hist¨®rica y geogr¨¢fica -las dos laderas de un valle enfrentadas directamente en una relaci¨®n de amor y odio-, es el resultado, no buscado, de un sistema creativo cuyas premisas no priman precisamente una estructura narrativa ortodoxa."Trabajo a partir de ideas que fluyen del inconsciente, que no parten de una estructura f¨¦rrea", explicaba el joven Medem a una audiencia fascinada en el coloquio que sigui¨® a la proyecci¨®n ya entrada la noche berl¨ªnesa.
"Trato de expresar emociones y sentimientos, y s¨®lo despu¨¦s los articulo en torno a una historia, y ah¨ª s¨ª que intento que se engarcen en una estructura narrativa. Pero lo que realmente me interesa es crear atm¨®sferas, crear climas. Tambi¨¦n quiero contar una historia, pero siempre en funci¨®n de estas atm¨®sferas".
Contra lo que podr¨ªa parecer, tampoco Medem, en su ¨®pera prima, ha echado mano de sus experiencias personales ni ha pretendido recrear un mundo rural y m¨ªtico perdido en su infancia. Todo lo contrario.
"Esta pel¨ªcula es muy poco personal", asegura, "me he inventado un escenario en el que no hay recuerdos privados". Ni siquiera acepta que se califique a su obra como un drama rural, con las connotaciones costumbristas que ello tendr¨ªa. "Dudo que sea un drama rural cl¨¢sico. 1-0 ¨²nico cierto es que he vivido durante tres a?os en el campo, cerca de San Sebasti¨¢n, y uno de los prados en los que se pasean las vacas es el que estuve viendo desde la ventana de mi casa. Pero soy un personaje urbano, no conozco realmente el nundo rural como para poder tratarlo a fondo, para hacer costumbrismo. De hecho, creo lue mi pel¨ªcula consiste en con ar un cuento rural de una manera urbana".
Estoicismo
?Y la violencia? ?C¨®mo explica el estoicismo, la pasividad con que los protagonistas asumen la terrible violencia que les rodea? 'No es cierto que sean inmunes a la violencia", asegura, "todos los personajes de la pel¨ªcula est¨¢n terriblemente afectados por la violencia, pero llega un momento en el que si se somete a un individuo a esta enorme dosis de violencia le saltan las tuercas y entra en lo absurdo. Creo que ¨¦sta es la forma m¨¢s fuerte te expresar hasta qu¨¦ punto este individuo est¨¢ afectado, conmocionado por la violencia".
Un filme que empieza con la guerra carlista y acaba con la guerra civil. Que destila violencia. ?Es o no es una met¨¢fora sobre la situaci¨®n actual del Pa¨ªs Vasco? "Utilizo las guerras porque me vienen bien para provocar las situaciones de crisis que se plantean en la pel¨ªcula. No he pretendido, a priori, hacer una met¨¢fora de la situaci¨®n actual, pero viendo las consecuencias de la pel¨ªcula creo que es evidente que yo vivo en un pa¨ªs en el que existe una gran dosis de violencia y de locura. Esto es as¨ª y forzosamente se tiene que desprender de la pel¨ªcula. Pero estoy lleno de contradicciones, he reflexionado poco sobre ello, aunque s¨¦ que en la pel¨ªcula hay material de sobra para reflexionar. De momento, prefiero dejarlo ah¨ª. Con el tiempo, tal vez vuelva a ver la pel¨ªcula y me lo replantee".
Pero no es casualidad que la tesis le haya quedado tan redonda en todos los aspectos. Medem admite que, entre otras cosas, se ha documentado bien y que le fascina el tema del carlismo y el final del siglo XIX en el Pa¨ªs Vasco, sobre el que ha le¨ªdo mucho. "Pero", insiste de nuevo, "Ia pel¨ªcula es sobre la violencia. Se trataba de crear un caldo de violencia y as¨ª poder hablar de los efectos que produce. Ni que decir tiene que yo me posiciono en contra de la violencia".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.