Lawrence Kasdam presenta 'Grand Canyon', una obra magistral
Hace ahora una d¨¦cada que el nombre de Lawrence Kasdam salt¨® a la fama con Fuego en el cuerpo. Desde entonces ha realizado seis largometrajes m¨¢s, algunos tan notables como El turista accidental. Le faltaba, sin embargo, alcanzar ese punto sin retorno, dif¨ªcil de discernir, que anuncia la presencia de una pel¨ªcula m¨¢s que buena: realmente importante. Y es ahora, con Grand Canyon, cuando este cineasta estadounidense parece haber alcanzado ese punto. La Berlinale se dispar¨® ayer hacia arriba con este extraordinario filme y con el franc¨¦s Todas las ma?anas del mundo, preciosa y emotiva pel¨ªcula de Alain Corneau.
Grand Canyon es una pel¨ªcula de gran escuela, derivada de las tradiciones de Hollywood que hicieron hace d¨¦cadas a este nombre sin¨®nimo del Cine, con may¨²scula. Recuerda a obras fundamentales de Joseph L. Mankiewicz o a la ¨¦poca de plenitud (ya fuera de Estados Unidos) de Joseph Losey. Y m¨¢s: recuerda tambi¨¦n a Preminger y la cita expl¨ªcita que el propio Kasdam hace de Los viajes de Sullivan, de Preston Sturges, no est¨¢ fuera de lugar, pues la gran comedia cl¨¢sica norteamericana est¨¢ dentro. de este drama, que parece filmado con tiral¨ªneas.Es Grand Canyon una pel¨ªcula clara y transparente, pero al mismo tiempo muy densa e inquie tante. Representa la vida cotidia na de una docena de habitantes de Los ?ngeles y extrae debajo de esa cotidianidad, de esa su condici¨®n de gente com¨²n, los signos de un suceso fuera de lo com¨²n: la disoluci¨®n, la muerte de un sistema de vida que se cre¨ªa insuperable y que sin embargo hace agua y naufraga.
Pl¨¢cidamente, sin incurrir en el menor exceso, Kasdam nos sit¨²a en medio del resquebrajamiento progresivo de una sociedad. "Los ?ngeles es el infierno", repite varias veces el cineasta. Y no se limita a decirlo: es un cineasta puro y lo hace ver.
Sociedad opulenta
En el aparentemente s¨®lido, casi indestructible, modelo por excelencia de la sociedad de la opulencia -la gran capital californiana-, comienzan a aparecen extrafias y alarmantes grietas. Toda la pel¨ªcula es una b¨²squeda llena de inteligencia, de humor y de dolor de los signos premonitorios del terremoto que se cuece, no s¨®lo en el subsuelo geol¨®gico de la ciudad, sino tambi¨¦n en su subsuelo moral y social.
La comedia adquiere de esta manera en Grand Canyon caracteres de profec¨ªa apocal¨ªptica. M¨¢s o menos lo mismo que Ridley Scott profetiz¨® en su Blade runner, pero aqu¨ª sin ning¨²n efectismo de tipo oper¨ªstico o con aparatosa imaginer¨ªa de ficci¨®n cient¨ªfica, sino con im¨¢genes reconocibles a la primera mirada: las calles, las gentes, las fachadas y los interiores movedizos tanto de las casas como de los habitantes, recreados por int¨¦rpretes perfectos y perfectamente conjuntados por una competente direcci¨®n de actores.
Despu¨¦s del insignificante engendro Rchely que nos ha enviado la rep¨²blica ex sovi¨¦tica de Georgia, y del mediano filme norteamericano Light sleeper, de Paul Schrader, se present¨® una original y bella obra francesa: Tous les matins du monde (Todas las ma?anas del mundo).
Cuenta la historia, en buena parte ver¨ªdica, de la relaci¨®n de uno de los grandes m¨²sicos de la corte del rey Luis XIV, el c¨¦lebre Marin Marais (interpretado por Gerard Depardieu) con su maestro, el violinista Sainte Colombe (interpretado con Jean-Pierre Marielle). De su tormentosa relaci¨®n extrae el elegante cineasta que es Alain Corneau una pel¨ªcula poem¨¢tica muy hermosa, un canto al dolor y a la armon¨ªa extra¨ªda del dolor, que bien merece pasar a una antolog¨ªa del cine considerado como m¨²sica.
[El filme Tous les matins du monde recibi¨® ayer el premio C¨¦sar de la cinematografia a la mejor pel¨ªcula francesa. El m¨²sico espa?ol Jordi Savall, director musical de la pel¨ªcula, gan¨® tambi¨¦n el C¨¦sar a la mejor composici¨®n musical, informa Javier Valenzuela desde Par¨ªs].
Babelia
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