Sevillanos
La culpa no la tiene Y¨¢?ez y basta ya por tanto de llamarle Expogafe. En alg¨²n lugar de Am¨¦rica Latina, los diezmados descendientes de Moctezuma o Atahualpa disponen de un maqueta de la Expo de Sevilla y van clavando alfileres de vud¨². Un d¨ªa le toca al puente de Calatrava, otro a la nave reci¨¦n botada y finalmente, por el momento, al Palacio de los Descubrimientos. Menospreciamos tanto la cultura precolombina como las aportaciones culturales posteriores que llegaban a la fuerza de ?frica necesitaron su tiempo para la s¨ªntesis y la respuesta. Ser¨ªa una l¨¢stima que despu¨¦s de tanta inversi¨®n en la teatralizaci¨®n de la modernidad, sea en Barcelona sea en Sevilla, todo fuera un simple decorado y nada quedara del sue?o de una californiana-andaluza redentora de seculares atrasos oBarcelona restara como la triste due?a de unas infraestructuras fantasmales.
Me duele que los sevillanos truequen la chanza por la depresi¨®n. Nada hay tan triste como un andaluz deprimido. Aunque se incendiaran todos los palacios y puentes, mientras quedara aunque s¨®lo fuera un pedazo de Guadalquivir lleno de velas blancas y ramas verdes, el ¨¦xito de la Expo sevillana estar¨ªa asegurado. Que se canjeen las entradas en el Palacio de los Descubrimientos por una visita nocturna a los Reales Alc¨¢zares a condici¨®n de que huelan sus flores, sus arrayanes irrepetibles y suenen sus aguas mimadas por tan antigua sed. Que se monte un puente a¨¦reo, es decir gaseoso, entre la Cartuja y el barrio de Santa Cruz y sean obligatorios el mondongo trianero y el pescado frito con manzanillas desprecintada por la urgencia de sus propios aromas. Sevilla va a ser el descubrimiento real de la Feria del Descubrimiento, independientemente de la suerte de la Disneylandia ferial. Pase lo que pase, sevillanos, ah¨ª est¨¢ Sevilla. Casi n¨¢.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.