De la duda al miedo
Todo gran equipo parte de una idea y est¨¢ musculado por un estado de ¨¢nimo. Es cierto que el Real Madrid ha perdido confianza en s¨ª mismo, pero ¨¦sa es s¨®lo la consecuencia de un error previo: carece de personalidad futbol¨ªstica. En poco tiempo fueron varios los entrenadores que dejaron sus huellas dactilares sobre el juego: Beenhakker, Toshack, Di St¨¦fano, Antic y... vuelta a empezar, que es la mejor manera de no llegar a ninguna parte. El resultado no es un equipo ecl¨¦ctico, sino confuso, de estilo indefinido y car¨¢cter insustancial que conserva una camiseta de gran significaci¨®n hist¨®rica y restos de un viejo tesoro: los raptos de genialidad de algunos jugadores.El referente del Barcelona es Cruyff, un general. El Madrid, por contra, cree en soldados. S¨®lo las apariciones inspiradas y fugaces de Butrague?o, Michel o Hagi crean esperanzas de gol, pero es un talento suelto, sin amparo en el colectivo. En el f¨²tbol, la distancia que separa la duda del miedo es, tan corta como un par de malos resultados y el Madrid ya la recorri¨®. Hoy es un equipo inseguro que no ve el pr¨®ximo partido como una posibilidad, sino como una amenaza, y que perdi¨® su capital m¨¢s rentable: el temor que causaba en los rivales.
Los entrenadores fichan jugadores adaptables a sus criterios. Como por el Madrid pasaron demasiados, hay cuerpos de distinta naturaleza. Los de la quinta buscan companeros para tocar el bal¨®n; Villarroya, espacios para correr; Hagil rivales para regatear; Hugo, a los.periodistas para ser titular; Milla y Alfonso, un puesto para jugar, y hay un puesto que busca un jugador inexistente. Cr¨¦ase o no, el Madrid carece de un medio izquierdo, de un 10. Luis Enrique cumpli¨® la misi¨®n, pero no tiene esas condiciones, y Hagi lleva el n¨²mero y la zurda, pero con otra funci¨®n.
El Madrid juega esta noche en Valencia uno de esos.partidos para quedarse o irse. Va desconcertado y volver¨¢ con algo m¨¢s o algo menos de confianza. ?Cambia, eso algo? Creo que ganar servir¨¢ para esconder los problemas, aunque seguir¨¢n, y perder para que se les haga la boca agua a quienes viven de la vampirizaci¨®n del deporte. Mejor hacer inventario. ?Qu¨¦ hay? Un club anciano, gigantesco y glorioso que debe estar por encima de las circunstancias, algunos jugadores de gran nivel y un entrenador que sabe lo que es ganar. ?Qu¨¦ hace falta? Una idea seductora, una organizaci¨®n para defenderla y tiempo para dejarla madurar. En fin, un proyecto basado en certezas y no en ambig¨¹edades.
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