El fiscal pide que se eleven a 30 a?os las condenas para los tres principales responsables de la colza
El fiscal Eduardo Fungairi?o solicit¨® ayer al Tribunal Supremo que eleve a 30 a?os las condenas impuestas por la Audiencia Nacional a los tres principales condenados en el caso de la colza y que las muertes se consideren como homicidios. La Sala Segunda inici¨® la vista de los recursos de casaci¨®n en medio de un gran desastre organizativo, que qued¨® paliado por la tarde con la contrataci¨®n urgente de un servicio de megafon¨ªa y el montaje de un circuito cerrado de televisi¨®n para que varios cientos de afectados pudiesen seguir la vista. La asistencia de casi 2.000 damnificados desbord¨® todas las previsiones.
El Fiscal Eduardo Fungairi?o, el mismo que acus¨® a los aceiteros en el proceso de la Casa de Cam po y que ha sido designado espe cialmente por su conocimiento de la causa, solicit¨® que se eleven las condenas hasta el m¨¢ximo de 30 a?os de c¨¢rcel para Juan Mi guel Bengoechea, Ram¨®n Ferrero L¨®pez y Jorge Pich Garriga, como principales responsables del desv¨ªo al consumo humano de aceite de colza desnaturaliza do con anilina para uso in dustrial.El fiscal consider¨® que los 330 fallecimientos deben castigarse, como un delito contra la salud p¨²blica con resuliado de muerte y 329 homicidios. Tambi¨¦n solicit¨® que se impongan ocho a?o de c¨¢rcel a los industriales aceite ros El¨ªas Ferrero, C¨¢ndido Hern¨¢ndez Gal¨¢n, Ram¨®n Navarro Poriz, Florencio Feij¨®o y Jos¨¦ Antonio Pastor Ruiz, a los que consider¨® autores de delitos agravados de estafa.
El Sal¨®n de Plenos del Tribunal Supremo, el de mayor aforo del Palacio de Justicia, result¨® insuficiente para acoger a los casi 2.000 asistentes que lleg¨® a contabilizar el servicio de seguridad, desplazados en autocares desde Valladolid, Burgos, Cantabria, Palencia o los alrededores de Madrid. S¨®lo unas doscientas personas pudieron acceder a su interior, y varios centenares m¨¢s permanecieron toda la jornada esparcidos por escaleras, dependencias y pasillos del Tribunal Supremo, aunque por la tarde pudieron seguir la vista desde dos monitores de televisi¨®n instalados en un sal¨®n del Colegio de Abogados.
Los que consiguieron entrar se pasaron toda la ma?ana protestando por no poder o¨ªr nada Las distorsiones en la vetusta megafon¨ªa del sal¨®n aconsejaron prescindir de ella y la voz de los letrados no llegaba ni a sus compa?eros de estrado. La ¨²nica previsi¨®n que funcion¨® en medio del desastre de la ma?ana fue el ritmo de los informes, previamente estipulado en media hora por el tribunal con los 26 abogados. De seguir este ritmo, la vista puede terminar hoy.
No fue una imprudencia
Juan Miguel Bengoechea, condenado a 20 a?os de reclusi¨®n, exgerente de Rapsa, la empresa que import¨® el aceite de colza desde Francia, fue acusado por el fiscal de haber traficado "no con un producto ex¨®tico, sino con aceite, el elemento m¨¢s t¨ªpico de la dieta espa?ola". "Conocido el origen de la enfermedad no hizo nada por aminorar el da?o, por lo que su conducta no puede considerarse como imprudente", asegur¨® Fungairi?o.
El defensor de Bengoechea, Julio Ferrer Zabala, hab¨ªa dicho por la ma?ana que no se ha de terminado con exactitud que la presencia de anilinas y anilida en el aceite fuese la causa de la enfermedad.
A juicio de Ferrer Zabala, las encuestas epidemiol¨®gicas que decidieron la presencia de anilinas se realizaron defectuosamente, al haberse practicado sobre familias y no sobre individuos.
Sobre Ram¨®n Ferrero, condenado a 12 a?os y que permanece en prisi¨®n al igual que Bengoechea, el fiscal dijo que no ten¨ªa "ninguna necesidad de envenenar para estafar", puesto que ya estafaba "antes de la colza, mezclando el aceite con grasa de cerdo, y volvi¨® a hacerlo despu¨¦s del per¨ªodo cr¨ªtico de la enfermedad". "Ferrero ten¨ªa conocimiento de la existencia del aceite industrial y a pesar de que recib¨ªa quejas de los consumidores sigui¨®. enga?ando. Sab¨ªa que el aceite industrial no pod¨ªa desviarse al consumo humano y acept¨® el resultado", dijo Fungairi?o.
El catedr¨¢tico de Derecho Penal Luis Rodr¨ªguez Ramos, defensor de Ram¨®n Ferrero, subray¨® que ¨¦ste mand¨® refinar el aceite "e incluso devolvi¨® dos cisternas porque el aceite ol¨ªa mal". Rodr¨ªguez Ramos indic¨® que sigue siendo un misterio por qu¨¦ entre las mismas familias unos murieron, otros quedaron lesionados y a otros, en cambio, no les pas¨® nada, y dijo que nadie pudo prever el da?o.
Fungairi?o dijo que Jorge Pich, condenado a 10.a?os y en libertad provisional, "deviene omnipresente en toda la sentencia de la Audiencia Nacional". "Est¨¢ presente en las muestras, los contactos, la intermediacion y la sentencia le cita quince veces, y no cinco, como ha dicho su letrado". Su abogado, Juan Rucabado, hab¨ªa dicho que Pich se limit¨® a poner en contacto a Ferrero con Bengoechea y no particip¨® en las importaciones ni en el transporte de aceite de colza.
La sesi¨®n de la ma?ana se inici¨® con los recursos de los defensores de los siete condenados que han recurrido la sentencia. Jes¨²s Castrillo, defensor de Ram¨®n Alabart, condenado a cuatro a?os y dos meses, rechaz¨® que su cliente conociera la existencia de anilinas en el aceite de colza.
Los defensores de Florencio Feij¨®o, Ram¨®n Navarro y Adela Jarauta, industriales condenados por estafa al descubrirse que mezclaban aceites de semillas y lo vend¨ªan como puro de oliva, esgrimieron la teor¨ªa del Rolex, el reloj de lujo cuya venta a bajo precio permite deducir que no es de la marca genuina. Seg¨²n los abogados, el hecho de que los aceites se vendieran a precios irrisorios pudo haber llevado a los compradores a deducir que no era puro de oliva.
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