Los caballos de la justicia
"No estamosante la cuesti¨®n de cu¨¢l es la diferencia entre el precio pagado y el precio justo. No debi¨® venderse, no tiene ning¨²n precio. Vale cero". Se hablaba del aceite t¨®xico. Era Doris Benegas, que no hizo honor a su nombre de pila; no es rubia ni tiene los ojos azules como la protagonista de algunas comedias con Rock Hudson. Esta Doris no es una chica dulce sosa; o al menos no lo es, -aunque tampoco la otra lo era cuando cantaba Jazz-, cuando decide destrozar al enemigo.El enemigo, para entendernos, es otro letrado, pero en este caso defensor de Jorge Pich, uno de los condenados en el juicio de la colza. Doris, defensora de uno de los grupos de afectados, el de Valladolid, mantuvo durante un buen rato p¨¦ndientes de sus palabras a la mayor¨ªa de sus compa?eros letrados, de la defensa y de la acusaci¨®n, y a los pocos periodistas que se interesaban por lo que suced¨ªa en el Tribunal Supremo. Y se supone que tambi¨¦n a los se?ores magistrados, que presiden esta hermosa sala con ara?a de cristal y alegor¨ªa en el techo.
All¨¢ arriba, en un fresco de colores vivos, la justicia est¨¢ representada por una mujer que sostiene dos caballos blancos de las crines, despu¨¦s de que hayan derribado a cinco malvados que yacen derrotados en tierra.
Todav¨ªa la esperanza
A la letrada se le fueron enroJeciendo las orejas mientras expon¨ªa sus porqu¨¦s. Seguramente porque todav¨ªa conserva viva la pasi¨®n por el caso, aunque han pasado 11 a?os desde que sucedi¨®.
De momento, se llena de vida esta nueva vista de un caso que ya ha durado demasiado tiempo, y cuyo inter¨¦s ha quedado mitigado en todos los ¨¢mbitos menos en uno: el de los afectados.
Ellos han venido, muchos en autocares desde las zonas que fueron m¨¢s afectadas por el mal, y han llenado por completo las amplias escaleras de m¨¢rmol que conducen a la justicia que esperan.
Todos llevaban una pegatina roja en la solapa que dec¨ªa: Palacio de Justicia. Y con ella puesta esperaron. Amador Grande y V¨ªctor Sanchez, miembros de la Asociaci¨®n de Afectados de M¨®stoles, conf¨ªan en que quede clara la culpabilidad de todo los implicados, y a?aden: "No nos importa que les caigan m¨¢s o menos a?os, lo que queremos es que se diga que fueron culpables". Luego se quejan de los periodistas, "que siempre escriben lo que quieren, que se han olvidado de nosotros, como todo el mundo". Y V¨ªctor Sanchez concluye: "Al final estamos nosotros, estoy yo, y mis escuelas".
Pero Amador Grande a?ade que el juicio importante ser¨¢ el de los Altos Cargos, que, asegura, llevar¨¢ el juez Bueren. "Yo tengo confianza en ese juez. No le conozco, pero le tengo fe". Todav¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.