De Neville a Neguri
Edgar Neville (1899-1967) fue un se?or de derechas que vivi¨® en una dictadura de derechas cuya victoria b¨¦lica les sali¨® rana a los se?ores como Edgar Neville, que se sent¨ªan artistas y sensibles. Aunque tambi¨¦n ¨¦l tuvo que aceptar que franquismo equival¨ªa a envainarse qui¨¦n era uno de verdad y a fingir que se era m¨¢s zafio y cuartelero, Edgar Neville realiz¨® dos pel¨ªculas, La vida en un hilo (1945) y El baile (1959), en las cuales acert¨® a susurrar qui¨¦n era.
La vida en un hilo trata del azar -o sea del amor- y del laberinto de lo que, pudiendo ser, no fue, y de lo que, siendo, no pudo ser. Neville utiliza sagazmente una protagonista femenina -encantadora, inteligente Conchita Montes- a quien su ambiente de gente bien le viene estrechito, una mujer que tiene que apa?¨¢rselas con el amor que el azar hace posible y tambi¨¦n con el que hace imposible. Una comedia seria: de c¨®mo la vida pende y depende de lo nimio.
Neville, como tantos escritores de su estirpe -Jardiel, Mihura, L¨®pez Rubio- se defiende del desenga?o con las inciertas armas del humor, la ternura y la consideraci¨®n de lo fino que hilan en la vida las mujeres.
En Una mujer bajo la lluvia se ha apostado por la s¨¢tira sobre la gente guapa de hoy y sobre la fauna del barrio fino y bilba¨ªno de Neguri. Esos chistes se convierten en el n¨²cleo de una pel¨ªcula dise?ada desde el gui¨®n a la escenograf¨ªa o al trabajo de actores.
En La vida en un hilo hab¨ªa guasa sobre la fortuna y tontuna de los ricos, pero como tel¨®n de fondo. La pel¨ªcula de Neville es irrepetible precisamente por la melancol¨ªa, la ternura, el desenga?o.
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