El Gobierno, el PP y los nacionalistas 'apuntalan' a Mariano Rubio para defender el Banco de Espa?a
La respuesta pol¨ªtica ante el caso Ibercorp ha sido muy diferente a la de los esc¨¢ndalos financieros anteriores. Por primera vez en muchos meses, todos los miembros del Gobierno,las corrientes socialistas y hasta la oposici¨®n conservadora y los nacionalistas vascos y catalanes, han coincidido en defender a una instituci¨®n del Estado puesta en entredicho. Entre todos han apuntalado al gobernador del Banco de Espa?a, Mariano Rubio, en su sill¨®n hasta el pr¨®ximo 24 de julio -ni un d¨ªa m¨¢s-, "para evitar males mayores sobre la maltrecha credibilidad de nuestro pa¨ªs", seg¨²n explicaba un dirigente de la oposici¨®n
Mariano Rubio abandon¨® el palacio de la Moncloa, la noche del jueves 20 de febrero, con una extrafia sensaci¨®n. Hab¨ªa sido un d¨ªa especialmente largo y no acababa de entender muchas cosas. En su mentalidad financiera no le cuadraban los datos. Personas que deber¨ªan estar en el debe de su contabilidad se hab¨ªan situado en el haber. Y viceversa.Seg¨²n comentan algunos e sus colaboradores, el gobernador del Banco de Espa?a estaba bastante deca¨ªdo el viernes 21 -12 horas despu¨¦s de haber cenado con el propio Felipe Gonz¨¢lez- en la reuni¨®n del consejo ejecutivo de la entidad. A la misma hora, la ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde, dec¨ªa a los periodistas, sin demasiado entusiasmo, que el Gobierno hab¨ªa decidido confirmar a Rubio hasta julio.
Y es que el desarrollo pol¨ªtico del caso Ibercorp est¨¢ siendo at¨ªpico. Los amigos y enemigos naturales del gobernador han actuado de forma irregular durante los d¨ªas decisivos de la crisis.
En el Banco de Espa?a no se explican muy bien por qu¨¦ algunos de los te¨®ricos amigos de Rubio -los grandes banqueros de la ortodoxia- le volvieron la espalda el fin de semana del 15, cuando les pidi¨® que compraran el Banco Ibercorp; o que su ministro, Carlos Solchaga, le dijera el martes que no quer¨ªa o¨ªr hablar de dimisiones en estos momentos y s¨ª de soluciones r¨¢pidas y de destapar todo lo que hubiera; o que la temida oposici¨®n conservadora del PP -que se lanz¨® sin piedad en su d¨ªa contra Alfonso Guerra y Jull¨¢n Garc¨ªa Valverde- le tratara con guante de seda en la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso, en la que adem¨¢s los socialistas le elogiaron como nunca lo hab¨ªan hecho en sus casi ocho a?os de mandato y los vascos y catalanes se inhibieron del debate; o que el mism¨ªsimo presidente escuchara con cara de p¨®quer las razones que le daban en la cena de palacio sobre la necesidad de mantener la credibilidad del sistema financiero espa?ol.
"La raz¨®n es muy sencilla", explica el citado pol¨ªtico conservador. "A nadie le interesa en estos momentos que se ponga en entredicho al Banco de Espa?a como instituci¨®n. Aunque tengamos dudas razonables sobre la conveniencia o no de las actuaciones de su gobernador, lo que no puede consentir un partido responsable es que a estas alturas pierda la credibilidad la propia autoridad monetaria".
Comisi¨®n de investigaci¨®n
Esta explicaci¨®n no ha impedido a Rodrigo Rato pedir una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el caso que pueda abrir un debate sobre el poder real de algunas de las instituciones del mundo financiero que funcionan con cierta autonom¨ªa de los poderes ejecutivo y legislativo, como el Banco de Espa?a y la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, ambas con estatuto propio y ambas implicadas, de una u otra forma, en el esc¨¢ndalo. En el mundillo financiero comentan que Aznar ha pactado adem¨¢s con Gonz¨¢lez "por lo menos una consulta antes de nombrar al pr¨®ximo gobernador en el mes de julio pr¨®ximo".
Y si los populares no han querido echar lefia al fuego y los nacionalistas vascos y catalanes han desaparecido en los d¨ªas decisivos, Izquierda Unida ha jugado un papel algo err¨¢tico. El diputado Ram¨®n Espasa ha sido muy duro al pedir la dimisi¨®n del gobernador y ha propuesto modificaciones legales en el estatuto del Banco de Espa?a, pero sus l¨ªderes han limitado los ataques.
Esto es precisamente lo que m¨¢s ha descolocado a algunos de los enemigos de Mariano Rubio en el sistema financiero. Los detractores del gobernador pensaban que un esc¨¢ndalo de este tipo volver¨ªa a reabrir viejas heridas entre las distintas facciones del PSOE. Pero ha ocurrido al rev¨¦s, salvo algunos detalles que no han pasado inadvertidos en el propio Banco de Espa?a. "Contrariamente a lo que pens¨¢bamos en un principio", comentaba un colaborador de Rubio, "las menores adhesiones las ha recibido del Ministerio de Econom¨ªa. No s¨¦ si porque Solchaga ha querido desmarcarse un poco para evitar acabar manchado en una campaf¨ªa que sabemos que continuar¨¢, o porque el gobernador esperaba m¨¢s apoyo; pero lo cierto es que cada vez que volv¨ªa del Ministerio estaba desasosegado".
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