Naciones y ciudadan¨ªas
El presidente de Bosnia-Herzegovina, el musulm¨¢n Alia Izetbegovic, es uno de los rar¨ªsimos ejemplos de sensatez y tolerancia entre los m¨¢ximos dirigentes de lo que fue Yugoslavia. Ayer, cuando vot¨® en Sarajevo, volvi¨® a expresar su voluntad de crear una rep¨²blica en la que la soberan¨ªa recaiga en los ciudadanos y no en las etnias.Bosnia-Herzegovina es desde hace siglos un territorio en el que han convivido croatas, serbios y los eslavos que adoptaron la fe del Islam bajo los turcos, enriquecidos en la capital por una comunidad de jud¨ªos sefard¨ªes.
La sociedad multicultural urbana de Sarajevo siempre irradi¨® tolerancia y fueron las luchas nacionalistas e ideol¨®gicas de Serbia y Croacia las que hicieron de esta regi¨®n un campo de batalla de inconcebible crueldad durante la Segunda Guerra Mundial.
Salvo los reductos de fanatismo de la Herzegovina, Bosnia ha sido un ejemplo de convivencia ¨¦tnica y puede ser, como apunta Izetbegovic, un nexo para la reconciliaci¨®n entre las etnias enfrentadas en los Balcanes. Para ello, sin embargo, no ve otro camino que la independencia y soberan¨ªa que d¨¦ a todos los individuos una ciudadan¨ªa de iguales derechos.
Los peligros son inmensos. El Ej¨¦rcito federal, que tiene en esta rep¨²blica sus principales f¨¢bricas de armas, ha con.vertido Bosnia en un gran cuartel y arsenal y las esperanzas de Izetbegovic de que se retire de su territorio parecen meros frutos de los buenos deseos. Seg¨²n informes dignos de cr¨¦dito llegados a EL PA?S, Estados Unidos ser¨¢ uno de los primeros en reconocer a las cuatro rep¨²blicas ex yugoslavas, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia.
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