Charles Dutoit: "Me seduce Falla"

Charles Dutoit, nacido en Lausana (Suiza) en 1936, es la viva imagen del director de orquesta moderno: 15 semanas al a?o en Montreal, 12 en Par¨ªs y ocho en Filadelfia, con sus respectivas orquestas; giras, festivales y grabaciones discogr¨¢ficas; m¨¢s de 150 conciertos al a?o. Pero a Dutoit a¨²n le queda tiempo, seg¨²n afirma, para "leer, ir al teatro, cocinar, hacer el amor o probar buenos vinos". Realiza una gira por Espa?a con la orquesta Philharmonia de Londres, en la que tras Pamplona, Madrid y Valencia visitar¨¢ hoy Barcelona. "Me seduce Falla", declara el director.

El director Charles Dutoit es un especialista en Manuel de Falla. "Mi vinculaci¨®n viene desde la ¨¦poca de Ernest Ansermet en Ginebra. Ansermet era mi maestro y conoc¨ªa a Falla muy bien. De hecho, dirigi¨® la primera ejecuci¨®n de El sombrero de tres picos, en el teatro Alhambra de Londres en 1919. A m¨ª me invitaron en 1964 al Festival de Viena para conducir El sombrero en la Staalsoper con decorados de Picasso. Es muy emotivo recordarlo. Era la primera vez que yo dirig¨ªa en Viena".Dutoit gan¨® en 1984 dos importantes premios con las grabaciones de El sombrero de tres picos y El amor brujo, de Falla, con lo que culminaba un proceso iniciado 12 a?os antes con los registros de El retablo de maese Pedro y el Concierto para clave. "Me seduce Falla, desde luego", dice Dutoit, "pero tambi¨¦n Stravinski, Ravel, Debussy y en general toda la ¨¦poca de colaboraci¨®n con los ballets rusos. La mezcla de m¨²sica, pintura, literatura y ballet era incre¨ªblemente atractiva".

Nada m¨¢s llegar a Madrid, Dutoit fue a presenciar un espect¨¢culo de flamenco. "El flamenco es un espect¨¢culo fascinante, con unos ritmos embriagantes y una presencia esc¨¦nica de los artistas incre¨ªbles, llena de libertad y naturalidad".

Charles Dutoit lleva ya 15 a?os como director titular de la Orquesta Sinf¨®nica de Montreal, donde ha realizado una importante labor de consolidaci¨®n y renovaci¨®n del repertorio: "Canad¨¢ es un pa¨ªs muy particular por sus diferentes lenguas y ¨¢reas de influencia. Toronto no tiene nada que ver con Ottawa y Vancouver. Montreal es una ciudad con cierto charme europeo en las comidas, el aire, las relaciones. Esto ha favorecido nuestra dedicaci¨®n al repertorio franc¨¦s, que la orquesta vive con intensidad, pero que adem¨¢s lo refleja con una gran limpieza de l¨ªneas y colores, con un trazo muy ligado. Es algo as¨ª como si tocase una orquesta de c¨¢mara de grandes dimensiones".

La ¨®pera no es un terreno al que Dutoit haya dedicado una atenci¨®n preferente, aunque act¨²e con regularidad en el Covent Garden de Londres y en el Metropolitan de Nueva York. El primer disco con la Sinf¨®nica de Montreal, Pelleas et Elisande, de Debussy, apareci¨® en 1991 y obtuvo dos distinciones. Recientemente ha dirigido Los troyanos, de Berlioz. "El problema de la ¨®pera en la actualidad es que hay muy pocos cantantes que re¨²nan condiciones satisfactorias. A la hora de sacar adelante una grabaci¨®n tienes que contar con alemanes, rusos y espa?oles cantando en franc¨¦s o italiano y en lugares distintos, que luego se mezclan en estudio. Esto produce muchos desequilibrios y frialdad".

Los grandes conciertos masivos son contemplados con simpat¨ªa por Dutoit: "En Montreal solemos realizar aIgunos en los parques en verano para 100.000 personas o m¨¢s. Siempre ayuda a buscar un p¨²blico diferente al de las temporadas de abono". En junio, volver¨¢ a Europa con la Orquesta Sinf¨®nica de Montreal.