Caballos con aut¨®grafo

Hurac¨¢n fue una de las estrellas de El templo del sol, de Steven Spielberg. Previamente hab¨ªa rodado en Israel Rambo III. A Presidente, la ficci¨®n le ha cambiado el nombre. Ahora todos le llaman Rocinante. Igual que a su compa?ero de viajes, que se ha quedado con el apelativo de Rucio. Toronado est¨¢ ahora muy ocupado en El Zorro, una serie franco-americana que va por el cap¨ªtulo 75. Todos ellos viven en Madrid, en la finca El Chaparral, de donde se nutren cineastas y publicitarios. Y no s¨®lo de asnos y caballos. Cuando se necesita un camello, un guacamayo o una silla de montar del Ej¨¦rcito federal norteamericano, ¨¦ste es el lugar indicado para encontrarlo.

"A veces creo que estas cosas deber¨ªan estar en un museo". Paco Ardura, uno de los pro pietarios de El Chaparral, lo dice mientras muestra un au t¨¦ntico coche de caballos del si glo XVIII aparcado junto a otro del XIX. Los m¨¢s modernos se almacenan aqu¨ª por docenas. Un par de perros que andan ahuyentando a un gato acompa?an a Ardura durante la visita. Uno de ellos se hizo inseparable de G¨¦rard Depardieu durante el rodaje de Columbus, aunque ¨¦l no es como sus vecinos los caballos un actor secundario. Simplemente, es un perro muy cari?oso.Los camellos de El Chaparral tienen los ojos azules. Ardura los compr¨® en Marruecos para una pel¨ªcula en la que de b¨ªan aparecer varios ejemplares ciegos. Los de ojos claros lo pa recen. Ahora est¨¢n aqu¨ª s¨®lo de forma provisional. Su residencia habitual se halla en otra finca que Ardura tiene en Almer¨ªa, pero siguen en Madrid por que recientemente participaron en la cabalgata de Legan¨¦s.

Ahora, en esta finca que linda con el aeropuerto de Barajas, a 20 kil¨®metros de la Puerta del Sol, hay 200 palomas blancas compradas expresamente para rodar un especial de la Expo. El olfato de 30 a?os de experiencia aconseja mantener aqu¨ª de momento las 200 palomas. "Lo dif¨ªcil ha sido conseguir tantas del mismo color", explica Ardura. "He tenido que ir comprando en grupos de aqu¨ª y de all¨ª".

Ardura y su socio, Juan Maj¨¢n, aparecen en los r¨®tulos de firmas de lo menos 200 pel¨ªculas.

A veces, su trabajo consiste en conseguir lo que parece imposible: llevar un guacamayo a Salamanca o surtir de elefantes y serpientes a Conan en los campos de Segovia.

La dieta de 'Rocinante'

Pero la aut¨¦ntica especialidad de El Chaparral son los caballos-actores. En total son ahora 48 ¨¦quidos, casi todos espa?oles, acostumbrados a vivir mansamente bajo el continuo despegue y aterrizaje de los aviones y a viajar a cualquier si tio para hacer una escena arriesgada en la que deben caerse muertos, rodar por los suelos, desfallecer por los cami nos con un Quijote encima. El pobre Presidente-Rocinante lo pas¨® mal con la dieta. Tuvo que adelgazar para la serie televisiva de Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n y estuvo nervioso durante el rodaje. Fernando Rey, que tambi¨¦n hizo dieta, se resinti¨® de ello. "Rocinante se ha recuperado un poco", explica Paco Ardura, "pero no del todo porque no sabemos si habr¨¢ una segunda parte. A veces tambi¨¦n pensamos que habr¨ªa que elegir otro, porque estuvo demasiado nervioso".

Los caballos de El Chaparral son famosos entre los cineastas del mundo entero. Han viajado a Niza para hacer Nunca digas nunca jam¨¢s, a Marruecos para participar en La joya del Nilo, a Hungr¨ªa para rodar Cyrano de Bergerac o a Roma para filmar en Cinecitt¨¢ El bar¨®n de M¨¹nchhausen. Hubo un tiempo en que no paraban de trabajar. Fue la ¨¦poca dorada del cine y tambi¨¦n de la industria espa?ola, cuando aqu¨ª se rodaban grandes producciones, como La ca¨ªda del imperio romano, El Cid, Doctor Zhivago o El fabuloso mundo del circo. Las dimensiones eran tambi¨¦n diferentes entonces. Para Cleopatra, El Chaparral tuvo que poner hasta 1.150 caballos tra¨ªdos de todos los rincones de Espa?a.

De aquella ¨¦poca -a?os cincuenta y sesenta- es el origen de El Chaparral. Paco Ardura, de 57 a?os, tres hijos y dos nietos, trabajaba para Agust¨ªn Medina en La Ponderosa, un negocio de las mismas caracter¨ªsticas. Hace 20 a?os, Ardura se asoci¨® a Juan Maj¨¢n y se independiz¨® con El Chaparral. Ahora, entre ambas empresas copan el mercado.

El doble de Heston

Maj¨¢n es un personaje singular. Tiene 62 a?os, una hija y una nieta; y es, como sus caballos, una importante pieza en el engranaje de una pel¨ªcula. En el gremio se le conoce como maestro de armas. Su trabajo, para que se entienda, consiste en hacerse cargo de todas las escenas de acci¨®n: ca¨ªdas, peleas, explosiones, accidentes... Maj¨¢n ha sido el doble de Charlton Heston, de Tyrone Power, de Richard Harris, de Victor Mature... Recuerda haber participado en dos centenares de pel¨ªculas, y su ¨²ltima aportaci¨®n ha consistido en sustituir a Fernando Rey en algunas escenas, como la de los molinos de viento.

"S¨®lo una vez tuve un accidente importante", cuenta Maj¨¢n. "Fue en Aldea del Fresno, rodando Los tramposos. Yo sustitu¨ªa a Richard Harris cuando se ten¨ªa que disputar la comida con un b¨²falo. El animal estaba medio anestesiado, pero el director se empe?¨® en tomar un primer plano de la mano de Harris (la m¨ªa) arrebatando la comida al b¨²falo justo debajo de su vientre. El animal, entonces, levant¨® la cabeza bruscamente, me dio y sal¨ª casi volando".

Paco y Juan podr¨ªan contar an¨¦cdotas hasta agotar al m¨¢s curioso. Porque han visto cabalgar con la maestr¨ªa de un especialista a Lee Marvin, porque saben que Mature es incapaz de subirse a un burro, porque han o¨ªdo implorar a Sylvester Stallone que le vendieran a Hurac¨¢n por seis millones y han visto morir a un actor tras caer de uno de sus caballos. Fue en Los tres mosqueteros, de Richard Lester.