Bill Clinton, en blanco y negro

Entre la marea de n¨²meros del supermartes, un dato sobresale por encima de todos. Bill Clinton, un blanco del sur, que alcanz¨® la mitad del voto dem¨®crata en Florida, gan¨® aproximadamente el 75% del voto negro. Clinton puede lograr o no la designaci¨®n dem¨®crata, y tal vez pueda ponerle las cosas dif¨ªciles a Bush en la recta final, pero, de un modo u otro, estos n¨²meros dan una clara evidencia ( ... ) de que es pol¨ªticamente posible reconciliar el voto de blancos y negros. Finalmente es posible para los norteamericanos trascender la divisi¨®n racial y buscar el inter¨¦s com¨²n en su lugar. Al comenzar la ¨²ltima campa?a dem¨®crata, Clinton parec¨ªa el ni?o mimado de la fortuna. Sab¨ªa desde el principio que, como dem¨®crata progresista del sur, ten¨ªa posibilidades con todas las razas del sur en el supermartes. El problema estaba en llegar hasta aqu¨ª. ( ... ) La semana pasada, en el camino hacia el supermartes, gan¨® sus primeras primarias, en Georgia. Ahora, en el gran d¨ªa, ha ganado, especialmente en Florida ( ... ), pero su campa?a a¨²n puede sufrir graves reveses: a¨²n permanecen sin aclarar sus relaciones y las de su esposa con un fracasado corredor de bolsa. O tal vez las primarias de Illinois le den el espaldarazo definitivo. De cualquier modo, la campa?a de Clinton ha conseguido algo que merece la pena recordar: permite que los americanos, blancos y negros, un a vez m¨¢s y sin amargura, se manifiesten juntos. 11 de marzo