Major rechaza un debate televisado con sus rivales

La campa?a electoral brit¨¢nica comenz¨® ayer de hecho con la ¨²ltima comparecencia parlamentaria de? primer ministro, John Major, quien se neg¨® a participar en un eventual debate televisado con sus principales oponentes, el laborista Neil Kinnock y el liberal-dem¨®crata Paddy Ashdown. Major y el Partido Conservador iniciaron la campa?a con una actitud defensiva, forzada por los resultados adversos de las encuestas y por la poca confianza en su victoria que muestra la City, la comunidad financiera que constituye el m¨¢s influyente basti¨®n conservador.

Faltan a¨²n cuatro semanas para las elecciones del 9 de abril, pero la impresi¨®n general es que nadie conseguir¨¢ la mayor¨ªa absoluta. Parlamentarios conservadores y laboristas declararon ayer que en estos momentos no es realista pensar en un Gobierno fuerte.El tercer partido en discordia, el liberal-dem¨®crata, insiste en que s¨®lo podr¨¢ evitarse una segunda elecci¨®n este a?o si John Major o Neil Kinnock aceptan las condiciones de Paddy Ashdown -Implantaci¨®n del sistema electoral proporcional y aplicaci¨®n de la Carta Social comunitaria- y se forma un Gabinete de coalici¨®n.

Major rehuy¨® con humor el desaf¨ªo del debate p¨²blico propuesto por Neil Kinnock. "Todos los pol¨ªticos que temen perder lo piden", dijo, "y el pol¨ªtico que va a ganar siempre se niega". Pero en el cuartel general conservador no existe tanta confianza.

La Bolsa de Londres baj¨® ayer por segundo d¨ªa consecutivo, lo que se interpreta como una clara se?al de escepticismo por parte de la City ante las posibilidades electorales de John Major.

Lo que m¨¢s alarma al sector financiero es la perspectiva de un Gobierno minoritario, sea cual sea, y la convocatoria de un nuevo proceso electoral. "Una segunda elecci¨®n dentro de este a?o garantizar¨ªa la prolongaci¨®n de la recesi¨®n al menos hasta diciembre", dijo ayer Roger Burman, portavoz de la C¨¢mara de Comercio Brit¨¢nica.

Falta de entusiasmo

Las encuestas, por su parte, revelan que la ciudadan¨ªa est¨¢ hastiada de electoralismo tras siete meses de precampa?a y que ni conservadores ni laboristas despiertan entusiasmo. S¨®lo los liberal-dem¨®cratas y los independentistas escoceses del SNP pueden aprovechar ese des¨¢nimo.

El arranque de la campa?a ha confirmado que la econom¨ªa ser¨¢ la cuesti¨®n crucial. Asuntos como el incremento de la delincuencia, la mala calidad de la educaci¨®n, las tensiones raciales y las bolsas de marginaci¨®n han quedado en segundo plano.

Los laboristas lanzaron ayer masivamente su primer cartel electoral: Si no han podido arreglar las cosas en 13 a?os, no podr¨¢n nunca. Es la hora del laborismo.

Los conservadores presentar¨¢n el mi¨¦rcoles pr¨®ximo sus propuestas, que el presidente del partido, Chris Patten, calific¨® ayer de "visionarias" y "llenas de nuevas ideas".

El problema parece ser que todas estas "nuevas ideas", que fueron ya esbozadas parcialmente el pasado martes en el presupuesto, tienen muy poco que ver con la vieja filosof¨ªa thatcherista y se parecen sospechosamente a las proposiciones formuladas por laboristas y liberal -dem¨®cratas en los ¨²ltimos a?os: mejores servicios p¨²blicos a¨²n al precio de incrementar el d¨¦ficit p¨²blico, incremento de las pensiones y menor presi¨®n fiscal sobre las familias con menos recursos.