"Hoy todos los socialistas son socialdemocratas"
Pierre Mauroy reconoce que asume el cargo en un momento de reflujo para las ideas socialis tas en el Viejo Continente, como consecuencia de la puesta en cuesti¨®n del papel del Estado en la econom¨ªa que deriv¨® del derrumbamiento del comunismo. "Es una situaci¨®n parad¨¦jica", afirma a EL PA?S. "Durante 70 a?os hemos luchado contra el comunismo, m¨¢s cuando ven¨ªamos de la misma familia. Y a pe sar de todo, es innegable que su ca¨ªda nos est¨¢ afectando tam.bi¨¦n a nosotros. Pero no se pue de deducir de all¨ª que se est¨¦ produciendo un movimiento pendular duradero hacia la derecha. Es verdad, por ejemplo que, en mi pa¨ªs, los socialistas parecen retroceder, pero tambi¨¦n la derecha, seg¨²n los sondeos. Y no me preocupar¨ªa debatir los m¨¦ritos respectivos del modelo sociadem¨®crata de los pa¨ªses del norte de Europa con el modelo thatcheriano".?No se est¨¢ produciendo, sin embargo, un rechazo global hacia el papel del Estado en la econom¨ªa, del cual se hace eco el mismo Felipe Gonz¨¢lez cuando dice que el Estado debe intervenir a trav¨¦s de la pol¨ªtica fiscal y no gestionando empresas? "Es verdad que puede haber matices entre nosotros", contesta Mauroy. "Por ejemplo, sobre este tema, simplemente porque la situaci¨®n de Francia y la de Espa?a son distintas al respecto. En nuestro pa¨ªs, lo p¨²blico siempre tuvo un papel singular. Los reyes, o en otra palabra el Estado, han sido asociados a mucho de lo que Francia hizo mejor desde el punto de vista econ¨®mico. No en vano somos el pa¨ªs de Colbert. La imagen del Estado es diferente en Francia de lo que lo es en Espa?a".
"Es verdad que, hoy, el papel del sector p¨²blico es un tema de debate entre nosotros", prosigue. "No hemos alcanzado conclusiones definitivas al respecto. Nuestra ¨²nica certeza, y desdebastante tiempo adem¨¢s, es que la econom¨ªa administrada no funciona. Y que no existe ninguna supuesta tercera v¨ªa. Hay que partir forzosamente de la econom¨ªa de mercado".
"Estamos de acuerdo", a?ade, "en que este sistema, sin embargo, crea desigualdades que los socialistas no podemos aceptar, y que hay que poner en marcha mecanismos compensatorios para resolverlas. Por ejemplo, a trav¨¦s del di¨¢logo social. Pero los socialistas discrepamos todav¨ªa sobre estos mecanismos. Y es que la situaci¨®n es distinta seg¨²n los pa¨ªses. Por ejemplo, la negociaci¨®n colectiva se presenta de manera diferente en los pa¨ªses del norte de Europa, con un movimiento sindical poderoso, y en los del sur, donde el Estado puede verse obligado a intervenir para mantener un cierto equilibrio entre las partes. En otras palabras, estamos de acuerdo en un modelo de democracia social que encarnan, por ejemplo, los pa¨ªses escandinavos, pero debatimos todav¨ªa lo que debe ser la democracia econ¨®mica".
Diferencias limitadas
La aceptaci¨®n general de la econom¨ªa de mercado reduce, sin embargo, seg¨²n Mauroy, la amplitud real de estas diferencias. "Ya no existe entre nosotros la vieja discusi¨®n entre el socialismo de oposici¨®n del sur, m¨¢s radical, y la socialdemocracia del norte. Los partidos socialistas tambi¨¦n han llegado al Gobierno en el sur de Europa y se han topado con las realidades del poder. Hoy somos todos socialdem¨®cratas. Todos hemos hecho, uno despu¨¦s del otro, loque empezaron haciendo los partidos socialistas del norte. Y esta evoluci¨®n vale tambi¨¦n para los socialistas de otros continentes. En Am¨¦rica Latina, por ejemplo, todos han aceptado hoy la v¨ªa de las reformas para transformar sus pa¨ªses".?Ser¨¢ suficiente esta conversi¨®n a la socialdemocracia en un momento de exaltaci¨®n del individuo? "Es verdad que los socialistas hicimos tradicionalmente hincapi¨¦ en los valores colectivos. Hoy, sin embargo, la juventud manifiesta ante todo una sed de individualismo. Nuestro ¨¦xito pasa por responder a esta situaci¨®n. Debemos poner m¨¢s el acento en el hombre como centro de nuestro discurso y hacer entender que el socialismo es un humanismo. Al fin y al cabo, es lo que nos separ¨® de los comunistas hace ya 70 a?os".
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