"A m¨ª nadie me agobia", dice Eric Burdon

Padre del blues blanco y autor de cl¨¢sicos del calibre de La casa del sol naciente -"el p¨²blico siempre quiere o¨ªrla, pero a m¨ª no siempre me apetece cantarla, es una forma m¨¢s de esclavitud", dice-, el cantante brit¨¢nico Eric Burdon se ha convertido, a sus 51 a?os, en el perfecto ejemplo de m¨²sico tan esc¨¦ptico como incorruptible. No edita discos desde hace media d¨¦cada y vive totalmente ajeno a la industria discogr¨¢fica -"a m¨ª nadie me agobia"-, pero contin¨²a actuando en directo. Hoy se presenta en Madrid (sala Universal Sur), y el jueves en Barcelona (sala Zeleste)

La leyenda dice que cuando alguien habl¨® por primera vez de cantantes de piel blanca y alma negra estaba pensando en Eric Burdon. Posiblemente tambi¨¦n influy¨® Janis Joplin, pero la carrera de la tejana no fue tan larga como est¨¢ resultando la del ingl¨¦s. Burdon (Newcastle, Inglaterra, 11 de mayo de 1941) se ha convertido en un personaje incombustible que interpreta, ajeno a la actualidad, la misma m¨²sica que le coloc¨® en el candelero en la primera mitad de los a?os sesenta."No escucho la radio, no veo la televisi¨®n, y no me interesa nada lo que sucede en el mundo de la m¨²sica actual", afirma somnoliento, para finalmente reconocer estar "enganchado a los mismos sonidos de siempre: Joe Turner, Armstrong, John Lee Hooker, Ry Cooder, Paco de Luc¨ªa...". El Burdon de los noventa es un cincuent¨®n bajito, de car¨¢cter afable y vestuario descuidado, que s¨®lo pone mala cara cuando escucha la palabra nostalgia. "No se debe hablar de forma despectiva, y la palabra nostalgia lo es, de la gente que hace lo que realmente desea hacer".

Eric Burdon debut¨® en 1962 con una banda llamada The Alan Price Combo. Un a?o despu¨¦s form¨® The Animals, el grupo con que vivir¨ªa los mejores momentos de su carrera. Debutaron con una versi¨®n de Bob Dylan (Baby let me follow you down), y s¨®lo unos meses despu¨¦s grabaron el tema que marc¨® el resto de su vida: The house of the rising sun (La casa del sol naciente). Burdon la re cuerda como "la jodida canci¨®n", tal vez porque se ve obligado a interpretarla cada noche.

Maltratado por la industria, vive de algunos "negocios familiares" y de la grabaci¨®n de "bandas sonoras para series de televisi¨®n". El tard¨ªo ¨¦xito de John Lee Hooker, otro blues-men hist¨®rico, no le hace concebir demasiadas esperanzas con respecto a su futuro. "El blues siempre ha estado ah¨ª, delante de todos nosotros, y lo que le ha sucedido a Hooker es una simple curiosidad", asegura. "No creo en el mundo que rodea a la m¨²sica" dice, "y por eso hace a?os tom¨¦ una determinaci¨®n: hacer ¨²nica y exclusivamente lo que me apetece. Nadie, nunca m¨¢s, me dir¨ªa qu¨¦ m¨²sica deb¨ªa hacer, o c¨®mo deb¨ªa cantar o arreglar las canciones. No estoy de acuerdo con la pol¨ªtica de las compa?¨ªas discogr¨¢ficas, odio el sistema de presi¨®n que utilizan con los m¨²sicos. A m¨ª nadie me agobia. Me siento libre haciendo lo que quiero".

Eric Burdon act¨²a esta noche en Madrid, en la sala Universal Sur, y el pr¨®ximo jueves en Barcelona, en la sala Zeleste. Interpretar¨¢ sus viejos ¨¦xitos, alguna versi¨®n y una breve selecci¨®n de sus discos m¨¢s recientes.

En escena le acompa?a una banda formada por el tambi¨¦n hist¨®rico Brian Auger y sus m¨²sicos: "Larry Wilkins en las guitarras, el hijo de Auger en la bater¨ªa y un viejo amigo en el bajo. Todos son grandes aficionados a los sonidos negros, al soul y al blues. A nuestra m¨²sica".