Albania es hoy un pa¨ªs paralizado y presa del caos
Albania es hoy, en v¨ªsperas de las elecciones legislativas del domino, un pa¨ªs presa del caos. Las f¨¢bricas est¨¢n paralizadas; las minas, abandonadas; las tiendas, cerradas ante la permanente ausencia de productos o destruidas por los asaltos. El campo no se cosech¨® en oto?o y nadie cree que se siembre esta primavera. Las cooperativas han sido saqueadas por sus propios socios. Los cortes de fluido el¨¦ctrico son diarios y la calefacci¨®n ya no existe en muchas zonas del pa¨ªs. Los trenes circulan s¨®lo ocasionalmente y los autobuses no pueden hacerlo por falta de neum¨¢ticos y repuestos.
El Estado vive de los ingresos proporcionados por la venta de los suministros de la beneficencia internacional, protegidos y distribuidos por un Ej¨¦rcito extranjero, el italiano. La polic¨ªa, acobardada, se inhibe ante el vandalismo y la delincuencia.El que m¨¢s de 800 asesinatos se hayan producido s¨®lo en enero entre una poblaci¨®n menor que la de Madrid, sumado a la proliferaci¨®n de salteadores de caminos fuera de las ciudades y de bandas de atracadores dentro de ellas, demuestran que la "anarqu¨ªa y el caos" de que hablaron sin cesar dirigentes de todos los partidos pol¨ªticos durante la campa?a electoral dejaron de ser amenaza para convertirse en realidad.
Dos a?os despu¨¦s del comienzo del fin del ¨²ltimo r¨¦gimen estalinista de Europa, Albania es un pa¨ªs destrozado, con el Estado en v¨ªas de disoluci¨®n y un pueblo traumatizado por la represi¨®n, la ignorancia y la miseria. Ma?ana, cerca de dos millones de adultos albaneses est¨¢n convocados a las urnas en las primeras elecciones con posibilidades de acabar definitivamente con el poder de los comunistas que, bajo su nuevo nombre de Partido Socialista, gobiernan a¨²n en Tirana y mantienen sus cargos en el aparato por todo el pa¨ªs.
El Partido Democr¨¢tico, principal grupo de la oposici¨®n, dirigido por el cardi¨®logo Sali Berisha, parece tener esta vez m¨¢s cerca la victoria que en los pasados comicios de hace un a?o, cuando sus avances en las ciudades no pudieron compensar el control que conservaban los comunistas en el campo.
El l¨ªder de los excomunistas, Fatos Nano, a¨²n cree posible que su partido consiga una mayor¨ªa relativa que impida un Gobierno sin su participaci¨®n, y evite as¨ª la caza de brujas que temen los funcionarios del implacable r¨¦gimen que ahora se extingue. El presidente Ramiz Alia, el ¨²nico m¨¢ximo dirigente de un partido comunista europeo que se mantiene a¨²n en el poder, es el mayor interesado en que, gane qui¨¦n gane en estos comicios que no afectan a su puesto, triunfe una "linea de moderaci¨®n" que no exija responsabilidades pol¨ªticas a los l¨ªderes comunistas.
Alia intenta ahora jugar la carta de la unidad nacional y de un Gobierno de concentraci¨®n ante una situaci¨®n de emergencia que sin duda existe.
Apoyo norteamericano
El Partido Democr¨¢tico cuenta con el apoyo de EE UU, y las esperanzas de muchos albaneses de que la victoria de las fuerzas anticomunistas abrir¨¢ la espita de las ayudas econ¨®micas occidentales.
El ex comunista Partido Socialista, que en la defensa verbal de las "reformas econ¨®micas" y la "econom¨ªa de libre mercado" ya no le va a la zaga a nadie, cuenta con el gran capital del miedo al antiguo aparato, y con todas aquellas gentes, especialmente en el campo y en el sur del pa¨ªs, a quienes la democracia ha destruido las certezas ideol¨®gicas que hac¨ªan menos insufrible su miseria.
El l¨ªder de la oposici¨®n, Berisha, ha acusado al aparato comunista de retener suministros alimenticios y provocar al menos parte de los saqueos habidos en los ¨²ltimos meses en numerosas ciudades, con el fin de crear entre el electorado una asociaci¨®n entre democracia, por una parte, y miseria y caos, por otra. Sin embargo, la situaci¨®n general es de tal postraci¨®n, necesidad y hambre que las convulsiones sociales habidas y las ya anunciadas parecen estar fuera del control.
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