Exposiciones en Par¨ªs: de Bonington a Rouault
En pleno desarrollo de la temporada, la actualidad art¨ªstica en Par¨ªs tiene no pocos centros de atenci¨®n en lo que se refiere a las grandes exposiciones temporales. En este sentido, haciendo un r¨¢pido balance de lo m¨¢s notable, merece destacarse la retrospectiva dedicada a Alberto Giacometti, que permanecer¨¢ a¨²n abierta en el Museo de Arte Moderno de la Villa de Par¨ªs hasta finales de marzo; la asimismo espectacular muestra monogr¨¢fica itinerante de Toulouse-Lautrec, que puede contemplarse en las galer¨ªas del Grand Palais, aunque en este caso, eso s¨ª, como era de esperar, debi¨¦ndose aguantar grandes colas.Adem¨¢s, la interesant¨ªsima a la par que gustosa exposici¨®n dedicada al pintor brit¨¢nico Richard Parkes Bonington (1802-1828), que se puede visitar hasta el pr¨®ximo 17 de mayo en las salas del Museo del Petit Palais; las muestras sobre la primera etapa de Georges Rouault (1871-1958) y sobre el arquitecto norteamericano Louis Khan, ambas abiertas en el Centro Pompidou hasta comienzos de mayo, y, en fin, la monogr¨¢fica consagrada al artista norteamericano Ellsworth. Kelly, cuya asimismo reciente inauguraci¨®n ha tenido lugar en las bellamente remozadas salas del Jeu de Paume.
Evidentemente, las cosas no se acaban ni mucho menos ah¨ª, pero me limitar¨¦ a tratar s¨®lo dos de las m¨¢s destacadas exposiciones de reciente inauguraci¨®n -las de Bonington y de Rouault-, aunque sin que por ello me olvide de citar al menos la presencia en Par¨ªs de una exposici¨®n espa?ola: la que se exhibe en el Instituto Cervantes sobre la llamada Escuela de Madrid, con un importante conjunto de piezas de Palencia, Zabaleta, Caneja, Arias, San Jos¨¦, Menchu Gal, Garc¨ªa Ochoa, del Olmo, Cirilo Mart¨ªnez Novillo, ?lvaro Delgado, etc¨¦tera.
Un legendario acuarelista
En cualquier caso, tratar¨¦, en primer lugar, de la muestra dedicada a Bonington, el muy sensible y acreditado acuarelista brit¨¢nico que logr¨® hacerse un nombre legendario entre expertos y coleccionistas, a pesar de su prematura muerte, acaecida cuando contaba tan s¨®lo 26 a?os de edad. Por otra parte, aunque Bonington hab¨ªa nacido en la localidad inglesa de Nottingham, el a?o 1802, se traslad¨® a vivir a Francia en 1817, con apenas 15 a?os, y residi¨® b¨¢sicamente en este pa¨ªs hasta su muerte, con lo que se trata de un pintor medio brit¨¢nico y medio galo. Tambi¨¦n es verdad que podr¨ªa haber llegado a ser considerado como un completo artista franc¨¦s, de orientaci¨®n rom¨¢ntica, si nos atuvi¨¦ramos a los datos fundamentales del lugar de residencia y principales maestros, pero el hecho de haber sido originalmente iniciado en el arte por su propio padre, su brillante especializaci¨®n en esa t¨¦cnica pict¨®rica que los artistas brit¨¢nicos llegaron a convertir en un g¨¦nero casi nacional, la acuarela, y las influencias que sufri¨® de notables especialistas de su pa¨ªs de origen, como los hermanos Fiedling, Thomas Girtin, Samuel Prout y, naturalmente, el mism¨ªsimo Turner, hacen que su obra sea un original cruce de caminos est¨¦ticos sin que quepa una decantaci¨®n clara entre lo que toma del arte de cada uno de estos dos pa¨ªses situados a ambos lados del Canal de la Mancha.Quiz¨¢ haya sido esta tensa indefinici¨®n estil¨ªstica, junto con prematura muerte, la que finalmente ha ubicado a Bonington en una especie de tierra de nadie y desdibuje su proyecci¨®n hist¨®rica, incluso tras haber alcanzado una fama legendaria poco despu¨¦s de morir. De hecho, han transcurrido 25 a?os desde que se celebr¨® en Par¨ªs la ¨²ltima exposici¨®n dedicada a Bonington.
Sea como sea, volviendo sobre la actual exposici¨®n del Petit Palais, hay que resaltar la inteligente decisi¨®n de haber sido ordenada mediante criterios tem¨¢ticos, no s¨®lo explicable en raz¨®n de la brevedad de la existencia de Bonington y, por tanto, la irrelevancia de un planteamiento cronol¨®gico, mediante etapas o ¨¦pocas, sino tambi¨¦n por haberse centrado casi con exclusividad en el paisaje y el panorama urbano, lo que hace que su trayectoria sea m¨¢s discernible desde esta perspectiva de los temas o contenidos de sus cuadros. Distribuida la muestra en ocho salas diferentes, en las que cuelgan un centenar largo de obras de Bonington, y unos cuantos significativos ejemplos de pintores contempor¨¢neos que le resultaron por alguna raz¨®n particularmente pr¨®ximos, entre los que hay que contar a Huet, Turner, Ingres o Delacroix, los temas sucesivamente dominantes en cada una de las respectivas ocho salas citadas son los siguientes: 1) Los a?os de formaci¨®n, 2) Bonington paisajista, 3) El viaje a Londres, 4) La escuela de la naturaleza, 5) Bonington y Delacroix, 6) El g¨¦nero heroicoa, 7) El viaje a Venecia, 8) Los ¨²ltimos a?os.
Con el solo enunciado de estos episodios se puede deducir la marcada importancia que tuvo para ¨¦l un g¨¦nero como el paisaje, que interpret¨® al principio de forma moderadamente rom¨¢ntica, para posteriormente acentuar los aspectos naturalistas del mismo. De todas formas, el rasgo m¨¢s notable en los cuadros y acuarelas paisaj¨ªsticos de Bonington es la brillante mezcla que logra entre las impresiones luminosas y la precisi¨®n caligr¨¢fica en el tratamiento de los detalles m¨¢s insignificantes.
El doble de obras
Casi 15 a?os despu¨¦s de la retrospectiva, que en 1978 pudo contemplarse en el Museo de Arte Moderno de la Villa de Par¨ªs, Georges Rouault vuelve a ser objeto de una exposici¨®n, pero en esta ocasi¨®n teniendo lugar en el Centro Georges Pompidou y contando con 104 obras, m¨¢s del doble que en la anterior ocasi¨®n y a pesar de que en la actual la selecci¨®n est¨¢ circunscrita al primer periodo de su obra, entre 1903 y 1920. Por otra parte, si bien Dominique Bozo exagera cuando afirma en el prefacio del cat¨¢logo que el momento art¨ªstico actual es especialmente adecuado para volver sobre este pintor finalmente esquivo a los gustos de la ¨¦poca, siempre es interesante aproximarse a una obra que, fondo y forma, escapa a todos los esquemas de la historiograf¨ªa art¨ªstica contempor¨¢nea, e incluso a los modelos antropol¨®gicos en uso.Para decirlo de una vez, resulta que Rouault, que fue condisc¨ªpulo de Matisse en el taller de Gustav Moreau y que suele incluirse entre los Fauves, la versi¨®n francesa del expresionismo de comienzos de siglo, no s¨®lo era cat¨®lico, sino que pintaba como tal. A finales del XIX, entre esteticismos estragados, se produjo en Francia una corriente de exaltado misticismo, que afect¨® tanto a los simbolistas como a los primeros grupos de vanguardia, como los Nabis, pero Rouault llev¨® sus ardientes creencias por derroteros art¨ªsticos y morales muy distintos. Era de hecho un cat¨®lico de los que con el tiempo se llamar¨ªan progresistas y que, por aquel entonces, en Francia formaron un grupo intelectual, del que surgieron personalidades como Leon Bloy o, m¨¢s tarde, Georges Bernanos. Violentamente antiburgueses, todos ellos no s¨®lo se pusieron del lado de los socialmente desfavorecidos, sino de los moralmente r¨¦probos, como delincuentes, prostitutas y toda suerte de marginados.
Huellas de Van Gogh
Viendo la obra que actualmente se exhibe de Rouault, cabe reconocer al respecto la huella de Gaumier, de Millet y hasta del primer Van Gogh, aunque, desde el punto de vista formal, tambi¨¦n se noten las ense?anzas de su maestro, si bien completamente ennegrecido, y las de C¨¦zanne, que conmocion¨® a todo el mundo en la primera d¨¦cada de nuestro siglo. Con todo, a pesar de estas influencias que Rouault comparti¨® con bastantes contempor¨¢neos, nuevamente nos produce una impresi¨®n de aislamiento alucinado, de pesadilla repugnante. No es que no case con las pastorales de Matisse, sino que ni siquiera se acomoda junto al Picasso m¨¢s negro y primitivo, el de las Se?oritas de Avignon; m¨¢s a¨²n, sus gruesos trazos negros, subrayando los contornos de figuras humanas violentamente animalizadas, tampoco acaban de concordar con los expresionismos alemanes, ni con la sombr¨ªa derivaci¨®n de Derain maduro. Es definitivamente un extra?o, que contin¨²a refractario a nuestra mirada secularizada, y ¨¦se puede ser su tormento, pero tambi¨¦n su ¨¦xtasis.
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