Los espejos de la producci¨®n

Ramon ParramonDentro de las m¨²ltiples estrategias que los artistas han ido desplegando en estos ¨²ltimos a?os para fabricar y lanzar su mirada hacia el mundo que les rodea, aquella que consiste en contemplar su propio medio -f¨ªsica y conceptualmente- para, apropi¨¢ndoselo, adaptarlo a sus necesidades discursivas, ha cobrado una fuerza bastante inusitada. Inusitada, b¨¢sicamente, debido a los estrechos m¨¢rgenes de operatividad que tal funcionamiento supone, ya que las alusiones un tanto tautol¨®gicas a estatutos y situaciones art¨ªsticas de todo tipo, alcanzan poco m¨¢s all¨¢ de la mera autorreferencialidad si no aparecen dotadas de un poderoso mecanismo de cr¨ªtica que active el potencial discursivo de las mismas una vez han sido extra¨ªdas de sus respectivos contextos, reducibles estos adem¨¢s, y demasiado a menudo, a las simples pautas que establece la esfera de lo comercial y sus habituales dispositivos.Las ¨²ltimas obras de Ramon Parramon (Vic, 1963) parten de algunas de las situaciones m¨¢s caracter¨ªsticas del mundo del arte actual -im¨¢genes, cat¨¢logos, citas, apropiaciones, relecturas- para acabar de construirse en una exposici¨®n perfectamente instalada en el espacio de la galer¨ªa, y que pone en evidencia algunos de esos registros, sometidos, ellos tambi¨¦n, a una relectura por parte del artista, y presentados bajo la ¨®ptica de la tridimensionalidad, siguiendo algunas de las l¨ªneas que han destacado en la obra de los ¨²ltimos tiempos de este artista. En este sentido, sin embargo, el recurso en cuesti¨®n ya ha sido profusamente utilizado en la pasada d¨¦cada por muchos creadores de la escena norteamericana, de ah¨ª que su presente actualizaci¨®n por parte de Parramon deba verse tambi¨¦n como una continuaci¨®n de las estructuras que ya poblaban sus esculturas anteriores, b¨¢sicamente, por lo que se refiere, aunque meramente en su aspecto formal, a las disposiciones verticales, al efecto pantalla de las im¨¢genes, y a las construcciones materiales.

La esfera del arte

La exposici¨®n de Parramon se nos presenta perfectamente legible y estudiadamente dispuesta, como pocas veces, quiz¨¢s por ello acecha la duda al intentar discernir si estamos s¨®lo ante una presentaci¨®n de los mecanismos apropiacionistas referidos a la esfera concreta del arte y con los cuales construir una exposici¨®n francamente interesante, o bien si los plausibles contenidos cr¨ªticos y una voluntad m¨¢s o menos implicada en lo denunciativo por parte del artista trascienden los m¨¢rgenes especulativos y privados del espectador para constituir el fundamento insoslayable del trabajo. Si as¨ª no fuera, quedar¨ªa un mero ejercicio de notables resultados visuales faltado de esp¨ªritu.