Fascismo y raz¨®n
QUIENES ELIGIERON la convivencia democr¨¢tica como el mejor sistema de organizaci¨®n pol¨ªtica y social conocido -es decir, la inmensa mayor¨ªa de los espa?oles- saben que, ante el asesinato y la extorsi¨®n de la mafia etarra, lo m¨¢s sensato es confiar en las instituciones del Estado de derecho: la justicia y la polic¨ªa.En estos d¨ªas se han producido dos hechos coherentes y dignos de elogio: el Tribunal Supremo ratific¨® las sentencias de 108 a?os de c¨¢rcel a quienes se apartaron de la legalidad democr¨¢tica para combatir el terrorismo (el caso GAL) y el Ministerio del Interior se apunt¨® un buen ¨¦xito al detener en Tarragona a un presunto miembro de ETA, descubrir dos pisos francos de la banda y una furgoneta. ?se es el camino correcto para quienes creemos en la democracia. El asesinato de un joven de 26 a?os ayer en Madrid es la v¨ªa de quienes s¨®lo aceptan la dial¨¦ctica de las pistolas: el totalitarismo fascista.
Frente a quienes eligieron la muerte como forma de vida, s¨®lo cabe la constancia de la raz¨®n pol¨ªtica y los mecanismos leg¨ªtimos de defensa de la misma.
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