Orenga dio el susto, que quedo en un esguince

Cuando s¨®lo hab¨ªan transcurrido diez minutos del primer tiempo Orenga se retiraba lesionado, y relegaba el desarrollo del partido a un segundo plano. Estambul est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s cerca, y todos quer¨ªan saber cu¨¢l era el estado del pivote madrile?o. Un simple esguince de tobillo. S¨®lo entonces el partido recuper¨® su pulso normal.Tras diez minutos de tanteo y un susto de bigote las aguas volv¨ªan a su cauce. Estudiantes y Taugr¨¦s, dos equipos incapaces de aburrir, luchaban desde la misma posici¨®n por un buen lugar en los play-off por el t¨ªtulo. Con ellos en pista, el baloncesto corajudo est¨¢ garantizado.

Herb Brown, entrenador del Taugr¨¦s, present¨® un quinteto inicial alto en un intento por situar bajo los aros el campo de batalla. Estudiantes no entr¨® al trapo. Mientras Reyes y Rodr¨ªguez aburr¨ªan a Rivas, y Pinone se fajaba con Arlauckas, el resto del equipo luchaba por mantener sus sistemas. La velocidad de los bases estudiantiles y las manos de Winslow marcaban la diferencia. Dicenta y Abad fracasaban estrepitosamente en misiones imposibles: defender a hombres mucho m¨¢s altos, en el caso del primero, y m¨¢s r¨¢pidos, en el segundo. As¨ª, Winslow y Herreros sumaron 59 puntos.

Pero all¨ª estaba Arlauckas, el flotador con el que sue?a encontrarse todo equipo a la deriva. A sus poderosos rebotes y a sus canastas gal¨¢cticas se agarr¨® el Taugr¨¦s desesperadamente. S¨®lo entonces los de Vitoria dieron la sensaci¨®n de poder ganar el partido: empate a 58 a falta de nueve minutos. Entonces, los ¨¢rbitros pitaron una jugada confusa en contra de Estudiantes y, cosas de la Demencia, pusieron de forma inconsciente el partido en manos de los madrile?os. El p¨²blico reaccion¨® ante lo que pensaban era un atropello, el Taugr¨¦s se achant¨® y los jugadores de Estudiantes desplegaron sus alas. 32 puntos por s¨®lo 24 de sus rivales, lo suficiente como para obtener una c¨®moda victoria y superarles en la clasificaci¨®n general.