"Anhelo convertirme cuanto antes en un ciudadano privado"
El gobernador del Banco de Espa?a respondi¨® a todas las cuestiones planteadas por EL PA?S en una larga conversaci¨®n mantenida el pasado mi¨¦rcoles en su despacho. Mariano Rubio no ocult¨® su bajo estado de ¨¢nimo, sus ganas de dejar el cargo cuanto antes, ni su irritaci¨®n al pronunciarse sobre ciertos temas.Pregunta. A estas alturas del esc¨¢ndalo Ibercorp, ?se siente con fuerzas para seguir como gobernador hasta que concluya su mandato?
Respuesta. Como es l¨®gico, el asunto Ibercorp me ha afectado mucho, y por muy diversas razones. Pero uno siempre saca fuerzas de flaqueza y mis decisiones ni han estado ni estar¨¢n en funci¨®n de mis estados de ¨¢nimo, que procuro controlar, sino de lo que considere mejor para los intereses p¨²blicos.
P. Una cosa es poner el cargo a disposici¨®n y otra es dimitir. Si dimiti¨® (?dos veces?), ?por qu¨¦ no se fue a casa para disipar todas las dudas?
R. No nos perdamos en sutilezas verbales. El d¨ªa 20 de febrero, despu¨¦s de comparecer ante la Comisi¨®n de Econom¨ªa sobre el caso Ibercorp, le comuniqu¨¦ al presidente del Gobierno mi deseo de abandonar el cargo por las relaciones personales que ten¨ªa con Manuel de la Concha, que siempre podr¨ªan poner en duda la objetividad de mi comportamiento, y por el hecho de que mi cu?ado, Laurent Atthalin, ciudadano franc¨¦s, hab¨ªa invertido en Sistemas Financieros en 1990. El presidente y el ministro de Econom¨ªa y Hacienda me hicieron, sin embargo, una serie de consideraciones sobre la conveniencia de que no dimitiera, ante las cuales acept¨¦ continuar, aunque perfectamente consciente del coste personal que podr¨ªa suponerme.
P. A pesar de todo, le siguen criticando la decisi¨®n de no dimitir de forma irrevocable...
R. Est¨¢ claro que yo he sido el que ha reconsiderado mi decisi¨®n de dimitir tras escuchar al presidente del Gobierno. Lo que no puedo entender es que se me acuse de haber atendido a las explicaciones del presidente, que en un Estado democr¨¢tico representa los intereses p¨²blicos. Yo no he dicho nunca, ni pretendo decirlo, que no me han dejado dimitir.
P. Su continuidad ha sido criticada en privado incluso por algunos ¨ªntimos colaboradores suyos. Altos cargos del Banco de Espa?a han se?alado que su mantenimiento da?aba la imagen de la instituci¨®n. ?Se ha sentido suficientemente respaldado por sus colaboradores?
R. Durante todas estas semanas me he sentido absolutamente respaldado por todos mis colaboradores, y ello es una de las pocas satisfacciones que he tenido durante este tiempo.
P. ?Se siente usted apoyado actualmente y de forma rotunda por Carlos Solchaga? ?Y por el presidente de Gobierno?
R. Si no fuera as¨ª, no hubiera aceptado el sacrificio personal de seguir en el cargo.
P. ?Continuar¨ªa despu¨¦s de julio si se lo propusieran?
R. Antes de que estallara el asunto Ibercorp dije que consideraba terminada mi etapa en el Banco de Espa?a, y, desde luego, despu¨¦s de lo ocurrido en estas ultimas semanas ser¨ªa una prueba de masoquismo que me quedaran ganas de continuar en un cargo p¨²blico, que pueden convertirlo a uno y a su familia en objeto de todo tipo de infamias. Anhelo por ello convertirme cuanto antes en un ciudadano privado.
P. ?Por qu¨¦ intervino usted personalmente en la resoluci¨®n de una crisis cuyos protagonistas eran muy amigos suyos? ?No opina que, la actuaci¨®n del gobernador del Banco de Espa?a tiene que seguir la m¨¢xima de la mujer del c¨¦sar: ser honrada y parecerlo?
R. Desde el primer momento de la crisis de Ibercorp ped¨ª al subgobernador que dirigiera personalmente todas las decisiones del Banco de Espa?a referentes a este asunto, precisamente para salir al paso de cualquier insinuaci¨®n de ese tipo. Es m¨¢s, desde siempre las relaciones con Ibercorp se llevaban directamente por los servicios de inspecci¨®n, como con cualquier otra entidad, sin que en ning¨²n momento yo haya puesto ninguna cortapisa a las actuaciones de aqu¨¦lla. Mi ¨²nica intervenci¨®n personal fueron las conversaciones mantenidas con Mario Conde y Emilio Bot¨ªn.
P. ?Fue prudente reunir en su propio domicilio a Emilio Bot¨ªn y a Mario Conde para encontrar una soluci¨®n al caso? ?No debi¨® delegar en otras personas que no tuvieran v¨ªnculos personales con los due?os de Ibercorp?
R. A la vista de c¨®mo se han presentado estas conversaciones, fue, sin duda, imprudente, aunque creo que mi obligaci¨®n es intentar evitar las crisis bancarias
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"Es falso que no diera toda la informaci¨®n al Congreso"
Viene de la p¨¢gina anteriorsin pensar si ello me compromete o no. Pero sobre todo hay que poner las cosas en su contexto. Como sab¨ªa que hab¨ªa habido un comienzo de conversaciones entre Mario Conde y Jaime Soto, el viernes 14 de febrero le dije al presidente de Banesto que si estaba interesado en esa operaci¨®n deber¨ªa tomar una decisi¨®n r¨¢pida, porque los acontecimientos corr¨ªan el riesgo de precipitarse. Me contest¨® que comprend¨ªa la situaci¨®n y que r¨¢pidamente me dir¨ªa algo. El s¨¢bado me comunic¨® que, en opini¨®n de algunos de sus consejeros con los que hab¨ªa hablado del asunto, Banesto no pod¨ªa ir solo a la operaci¨®n, aunque estaba dispuesto a participar en una operaci¨®n de ese tipo en compa?¨ªa de m¨¢s bancos. Por ello ped¨ª a Emilio Bot¨ªn, que estaba fuera de Madrid, si pod¨ªa venir para tener una reuni¨®n urgente el domingo para informarle de la situaci¨®n. No se trataba en absoluto de llegar a ning¨²n tipo de acuerdo en mi casa, sino simplemente que decidieran si estaban dispuestos a estudiar una posible adquisici¨®n de todo o de parte del grupo. Las negociaciones no tuvieron lugar en mi casa, sino despu¨¦s, en las oficinas de Banesto, sin la presencia de nadie del Banco de Espa?a.
A la ma?ana siguiente estudiamos en el Banco de Espa?a las conclusiones a que hab¨ªan llegado las conversaciones en Banesto, quedando patente que no resolv¨ªan el problema del Banco Ibercorp, con independencia de que fueran o no aceptadas por los responsables del grupo. Insisto, pues, en que en ning¨²n momento particip¨¦ en ninguna negociaci¨®n, sino que me limit¨¦ a instar a las partes a que intentaran encontrar, si era posible, una soluci¨®n al problema planteado.
P. ?Qu¨¦ responsabilidades se le pueden achacar en todo el proceso, por acci¨®n o por omisi¨®n?
R. Sinceramente, creo que ninguna. Hasta ahora nadie ha dicho que deber¨ªa haber hecho o dejado de hacer una sola cosa que la ley nos permitiera hacer o no hacer. Esto ha quedado muy claro tanto en mi intervenci¨®n en la Comisi¨®n de Econom¨ªa del Congreso como en la que hizo hace pocos d¨ªas el ministro de Econom¨ªa en el Pleno del Congreso. En realidad, si analiza los comentarios que se han hecho, comprobar¨¢ que la mayor parte de ellos parten de la idea equivocada de que el Banco de Espa?a ten¨ªa acceso a todas las actividades del grupo Ibercorp. Esto no es cierto. Sistemas Financieros no formaba parte, a efectos lega les y a efectos de consolidaci¨®n, del grupo Ibercorp, porque la participaci¨®n conocida de ¨¦ste en esa sociedad no alcanzaba el 20% que marca la ley. Esto es muy importante, porque los problemas m¨¢s graves han venido precisa mente de Sistemas Financieros, que, por la raz¨®n que acabo de mencionar, escapaba a la vigilancia de la inspecci¨®n del Banco de Espa?a.
P. ?Se arrepiente de algo?
R. No, salvo quiz¨¢ de mi tendencia a intentar resolver los problemas bancarios, aunque ello pueda comprometerme por las informaciones tergiversadas y malintencionadas que luego puedan darse de mis actuaciones.
P. ?C¨®mo ha afectado su relaci¨®n de amistad con Manuel de la Concha en las decisiones del Banco de Espa?a con el Banco Ibercorp? No es f¨¢cilmente asimilable que nunca, en sus m¨²ltiples reuniones, hablasen de temas monetarios, fusiones de bancos, tipos de inter¨¦s, etc¨¦tera.
R. He tenido siempre buen cuidado de separar las relaciones personales y las profesionales, y de ello hay m¨¢s de un ejemplo en la historia de las crisis bancarias de estos a?os. La acusaci¨®n de haber pasado informaci¨®n confidencial a Manuel de la Concha es, aparte de canallesca, pueril; si lo hubiera hecho, ¨¦l no estar¨ªa, probablemente, en la situaci¨®n que est¨¢. Por reducci¨®n al absurdo, ?es veros¨ªmil que si hubi¨¦ramos montado una conjura de ese tipo, el se?or De la Concha lo iba a ir contando a sus colaboradores?
P. ?Cu¨¢les fueron las conclusiones de las sucesivas inspecciones del Banco de Espa?a sobre el Banco Ibercorp? ?Son esas inspecciones absolutamente secretas? ?Las puede conocer el Parlamento? ?Y los posibles compradores del banco? ?Las conocen?
R. En mi comparecencia ante la Comisi¨®n de Econom¨ªa el 20 de febrero expliqu¨¦ que en ninguna de las inspecciones que se hicieron a Ibercorp Banco, los responsables de este cometido detectaron ninguna anomal¨ªa de importancia. Solamente en la ¨²ltima, terminada en febrero pasado, para analizar el proceso de fusi¨®n en marcha del Banco Ibercorp con su entidad matriz y la sociedad Sistemas Financieros, se detectaron, en el banco individualmente considerado, unas minusval¨ªas de 365 millones de pesetas. Sin embargo, como inform¨¦ al Parlamento, cuando se tomaban en su conjunto las sociedades incluidas en el grupo consolidado, los ajustes propuestos por los inspectores eran de tal envergadura que pod¨ªan llegar a reducir sus recursos propios desde unos 10.000 millones de pesetas a s¨®lo unos 3.400 millones.
Tanto los informes de la inspecci¨®n como, en general, cuanta informaci¨®n obtiene el Banco de Espa?a en sus funciones de supervisi¨®n de las entidades de cr¨¦dito tienen el car¨¢cter de secretos. As¨ª est¨¢ establecido en el real decreto legislativo de 28 de junio de 1988. Los posibles compradores pueden ser informados s¨®lo con autorizaci¨®n del vendedor. Es frecuente que cuando alguien compra un banco solicite al vendedor autorizaci¨®n para hablar con la inspecci¨®n.
P. ?Por qu¨¦ no dio la informaci¨®n completa cuando compareci¨® en el Congreso?
R. ?Qui¨¦n ha dicho eso? Es falso. En mi comparecencia di toda la informaci¨®n relevante desde el punto de vista del Banco de Espa?a.
P. ?Por qu¨¦ no present¨® pruebas documentales del mandato de gesti¨®n de su cartera a Manuel de la Concha?
R. Manuel de la Concha administraba mi cartera desde hace m¨¢s de 20 a?os, y sigui¨® haci¨¦ndolo cuando fui nombrado gobernador, sin que en aquellos momentos me viniera a la cabeza la conveniencia de darle un mandato formal de que la administrara sin consultarme, cosa que de hecho no hac¨ªa tampoco antes. Visto a posterior?, hubiera sido mejor que lo hubiera hecho, pero la verdad es que me pareci¨® suficiente con la instrucci¨®n de que no interviniera en valores bancarios.
P. De todas formas, se insiste
"Anhelo convertirme cuanto antes en un ciudadano privado"
en que en su comparecencia ante el Congreso no aclar¨® suficientemente los resultados de las inspecciones sobre Ibercorp...R. Yo tengo que insistir en que la Comisi¨®n de Econom¨ªa tuvo todas las oportunidades para preguntarme. Adem¨¢s, expliqu¨¦ lo sustancial de los informes elaborados por la inspecci¨®n y respond¨ª a todo lo que me preguntaron. La informaci¨®n importante de los resultados de la inspecci¨®n, que eran los ajustes posibles sobre el valor patrimonial del grupo Ibercorp, que, es el tema fundamental, la aport¨¦ ante el Congreso, como luego recogi¨® toda la prensa.
P. Teniendo en cuenta que la ley establece que las actas de inspecci¨®n son secretas, ?pidi¨® usted permiso al Banco Ibercorp, para difundir esa informaci¨®n?
R. S¨ª. Yo consult¨¦ a los responsables de Ibercorp antes de difundir esos datos que entran en el secreto de las actas.
P. ?En esa comparecencia ya ten¨ªa el Banco de Espa?a los resultados completos de las inspecciones?
R. Ten¨ªamos los resultados completos de la inspecci¨®n hecha para evaluar el valor patrimonial del banco fusionado.
P. ?Sab¨ªa que la Comisi¨®n de Valores hab¨ªa pedido la lista de vendedores de Sistemas Financieros y que De la Concha no hab¨ªa incluido el suyo, como hubiera sido lo correcto?
R. No, la primera noticia la tuve por los peri¨®dicos, cuando mencionaron que faltaban algunos nombres. Inmediatamente llam¨¦ por tel¨¦fono a Manuel de la Concha para preguntarle qu¨¦ hab¨ªa ocurrido, y me asegur¨® que hab¨ªa puesto mis iniciales y mi n¨²mero de carnet de identidad, con lo cual era f¨¢cilmente identificable por la comisi¨®n. Le ped¨ª que me lo confirmara inmediatamente por escrito, cosa que hizo en el transcurso de la ma?ana. Solamente hacia las ocho de la tarde me enter¨¦ que en la lista que estaba manejando la comisi¨®n yo no figuraba en absoluto. ?C¨®mo pudo producirse esta contradicci¨®n entre lo que se me dijo formalmente por la ma?ana y el contenido de la lista en poder de la comisi¨®n? Es algo que no puedo comprender.
P. ?Qu¨¦ opina de esta omisi¨®n?
R. Que no entiendo c¨®mo pudo cometerse semejante omisi¨®n, y que incluso para incluir s¨®lo mis iniciales y el n¨²mero del documento nacional de identidad se me deb¨ªa haber consultado. Por supuesto, de haberse hecho as¨ª, me habr¨ªa negado a ello.
P. ?Por qu¨¦ se cifr¨® en 5.300 millones de pesetas la l¨ªnea de cr¨¦dito al Banco Ibercorp?
R. Cuando se produjo, en septiembre, la suspensi¨®n de pagos del BEF, el mercado interbancario empez¨® a restringir sus pr¨¦stamos a muchos bancos medianos y peque?os. Para evitar que se produjera un efecto domin¨®, el consejo ejecutivo decidi¨® abrir una l¨ªnea de cr¨¦dito en proporci¨®n a los recursos propios de aquellos bancos que lo solicitaran. En funci¨®n de los recursos propios estimados del banco fusionado, se le abri¨® una l¨ªnea de 5.300 millones, que era operativa hasta s¨®lo 4.000 millones, cifra a la que alcanzaban las garant¨ªas aportadas. Por esas mismas fechas se envi¨® a la inspecci¨®n a contrastar la efectividad de los recursos propios del grupo fusionado. En total se abrieron l¨ªneas a seis bancos. No hubo, pues, ning¨²n trato de favor al Banco Ibercorp, sino que se le aplic¨® la norma general.
P. ?Por qu¨¦ decidi¨® la autoridad monetaria cerrar el grifo al Banco Ibercorp e intervenirlo? ?Les enga?aron alguna vez?
R. Como acabo de decir, el l¨ªmite de los 5.300 millones se estableci¨® teniendo en cuenta el valor de los recursos propios del banco fusionado; pero, a la vista del informe de la inspecci¨®n de 6 de febrero, no pod¨ªa seguir acept¨¢ndose la cifra de recursos propios sobre la que se hab¨ªa trabajado en septiembre. Por otro lado, no ten¨ªa sentido que el Banco de Espa?a siguiera aumentando su ayuda cuando la sociedad matriz, Grupo Financiero Ibercorp, estaba colocando los fondos que hab¨ªa recibido en aquellos d¨ªas por la venta de Munat a otro banco. Legalmente, Ibercorp Holding pod¨ªa hacerlo, pero si ¨¦ste no ayudaba con todos sus medios a su filial, no ten¨ªa sentido que lo hiciera el Banco de Espa?a. Finalmente, la incertidumbre sobre la culminaci¨®n del proceso de fusi¨®n creaba una situaci¨®n completamente distinta a la contemplada en septiembre. Por todo ello, el consejo ejecutivo decidi¨® no autorizar la disposici¨®n de nuevos fondos por encima de los 3.000 millones ya utilizados, al no contar en esos momentos con las garant¨ªas que se estimaron en septiembre.
P. En los ¨²ltimos meses se han producido tres crisis bancarias: BCCI, BEF e Ibercorp. ?Se trata de casos aislados o hay riesgo de que la ca¨ªda del ciclo econ¨®mico afecte a otras?
R. La crisis del BCCI es un fen¨®meno que nos viene de fuera y que nada tiene que ver con la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola. La del BEF nace de una operaci¨®n incomprensible de compra de una sociedad de leasing y de una situaci¨®n contable totalmente an¨®mala nacida de operaciones extracontables. Finalmente, la de Ibercorp es un fen¨®meno m¨¢s complejo debido a decisiones equivocadas y a cambios en la situaci¨®n de la Bolsa, que le lleva despu¨¦s a cometer errores adicionales que la Comisi¨®n de Valores evaluar¨¢. Dicho esto, es evidente que los momentos de baja coyuntura no son los m¨¢s favorables para la consolidaci¨®n de las instituciones j¨®venes, que en cualquier caso no deber¨ªan tener problemas si est¨¢n bien gestionadas y capitalizadas.
P. En las negociaciones para la venta del banco a Jos¨¦ Luis V¨¢rez, se ha comentado que para que ¨¦l se quedara con la entidad se le iba a rebajar a la mitad el tipo de inter¨¦s del cr¨¦dito de esos 3.000 millones del Banco de Espa?a. ?Es cierto? ?Es lo habitual en casos de crisis bancaria o se puede interpretar como un trato de favor al Banco Ibercorp?
R. No. De ninguna manera. Adem¨¢s, esas negociaciones se realizaron sin la intervenci¨®n directa del Banco de Espa?a, y como no se lleg¨® a ning¨²n acuerdo, no hubo ninguna decisi¨®n que tomar. Respecto a casos anteriores, cada situaci¨®n de crisis ha tenido condiciones especiales, como es por todos conocido.
P. ?C¨®mo ha afectado la crisis de Ibercorp a la credibilidad del sistema financiero y a la imagen del Banco de Espa?a?
R. El posible efecto sobre la credibilidad de nuestro sistema financiero de la crisis de Ibercorp es una de las muchas tonter¨ªas malintencionadas que se han dicho. ?C¨®mo se puede pensar que la suspensi¨®n de un banco que representa el 0,006% de nuestro sistema bancario puede afectar a la imagen de solvencia del resto del sistema? Hay que ser muy ignorante o malintencionado para decirlo. Cualquier persona conocedora del mundo financiero internacional sabe que fen¨®menos much¨ªsimo m¨¢s importantes ocurren en otros pa¨ªses, sin que afecten para nada a su credibilidad financiera. En cuanto al Banco de Espa?a, todos los que han seguido los problemas de Ibercorp saben que ha actuado con total correcci¨®n.
P. ?Hubo alg¨²n tipo de comentario sobre esta situaci¨®n en la reuni¨®n de gobernadores de los bancos centrales en Basilea?
R. Por supuesto que no hubo ning¨²n comentario en las reuniones del comit¨¦ de gobernadores: el asunto de Ibercorp no tiene financieramente ninguna relevancia por la peque?ez del banco. Personalmente, muchos colegas me recomendaron que me lo tomara con paciencia y resignaci¨®n, eran gajes del oficio.
P. ?Cu¨¢les han sido sus relaciones con el grupo Ibercorp como cliente? ?Cu¨¢ndo comenzaron? ?Ha sido cliente del banco, de la sociedad de valores o de alguna otra sociedad del grupo?
R. Como he dicho antes, desde que pr¨¢cticamente compr¨¦ la primera acci¨®n, lo hice a trav¨¦s de Manuel de la Concha, que era en aquella ¨¦poca s¨ªndico de la Bolsa de Madrid. Cuando su despacho se convirti¨® en sociedad de valores, sigui¨® administrando mi cartera. ?sa ha sido toda mi relaci¨®n con Ibercorp.
P. ?Se siente enga?ado o defraudado por Ibercorp o sus gestores?
R. Considero que su gesti¨®n ha sido desafortunada y que deber¨ªan haber informado al Banco de Espa?a de la situaci¨®n de Sistemas Financieros, aunque legalmente no tuvieran obligaci¨®n de hacerlo.
P. ?Por qu¨¦ elude la palabra enga?o cuando se refiere a sus relaciones con De la Concha?
R. A m¨ª no me gusta emitir juicios de valor.
P. ?No le resulta extra?o que Manuel de la Concha no haya salido en su defensa?
R. Lo hizo en sus declaraciones en Cambio 16 de hace unos d¨ªas. Por supuesto que yo hubiera preferido que lo hubiera hecho antes, y as¨ª se lo ped¨ª en m¨¢s de una ocasi¨®n.
P. ?Cree que De la Concha se ha beneficiado de alguna manera de su amistad con usted?
R. Me temo que m¨¢s bien le ha perjudicado. Si no hubiera sido amigo m¨ªo, Ibercorp no hubiera sufrido los ataques que ha sufrido durante meses, que sin duda han contribuido a su ca¨ªda. Incluso cuando cre¨® su banco, Ibercorp hubiera podido solicitar una ficha bancaria -que normalmente se le hubiera concedido, puesto que los responsables eran un antiguo s¨ªndico de la Bolsa y un ex director del Hispano-, en vez de compr¨¢rsela a Banesto. Los propios responsables de Ibercorp prefirieron ir por esta ¨²ltima v¨ªa para que nadie hablara de favoritismos.
P. ?Deber¨ªa modificarse la ley para limitar las posibilidades de inversi¨®n de los altos cargos del Banco de Espa?a?
R. Me parece muy bien todo lo que quiera hacerse en ese terreno, pero, por favor, no caigamos en una demagogia barata. Si alg¨²n alto cargo del banco quisiera favorecerse de su condici¨®n, le aseguro que tendr¨ªa caminos mucho m¨¢s rentables.
P. ?Participa o ha participado en alguna sociedad instrumental o patrimonial relacionada con el grupo Ibercorp?
R. Por supuesto que no.
P. ?Tiene alguna relaci¨®n con Schaff Investments? ?Sab¨ªa que varios familiares suyos, como su hermana, eran administradores de esa sociedad? ?Sabe a qui¨¦n representan? ?Por qu¨¦ no inform¨® de esta presencia en su comparecencia ante el Parlamento?
R. Me enter¨¦ de las relaciones de mi cu?ado Laurent Atthalin con Sistemas Financieros hace pocos meses, cuando empez¨® a ir mal la cotizaci¨®n de esta sociedad. De la existencia de Schaff me he enterado muy recientemente, y desconozco en absoluto su accionariado. No creo que tenga ning¨²n derecho a informar ante la Comisi¨®n de Econom¨ªa sobre la actividad privada de un ciudadano franc¨¦s por el hecho de estar casado con mi hermana. Inform¨¦ en privado al presidente del Gobierno y al ministro de lo que yo conoc¨ªa en aquellos momentos.
P. ?Por qu¨¦ ha actuado a la defensiva y no se ha anticipado a algunos hechos que sab¨ªa que se iban a publicar, como esa vinculaci¨®n familiar a una sociedad investigada por el caso Ibercorp?
R. Insisto en que yo no tengo por qu¨¦ hablar de esos temas, y menos ante el Parlamento. Tienen que coincidir conmigo en que los asuntos de mi cu?ado son los asuntos de mi cu?ado. Otra cosa muy distinta es si he debido o no defenderme m¨¢s activamente frente a las acusaciones que se me han hecho.
P. ?Ha contado todo lo que sabe sobre el caso Ibercorp al presidente del Gobierno y al ministro de Econom¨ªa? ?Y a Luis Carlos Croissier?
R. El ministro ha estado informado puntualmente de la informaci¨®n que hemos ido teniendo sobre el caso Ibercorp, y me imagino que ¨¦ste habr¨¢ elevado aquella parte que considerara relevante al presidente. En cuanto al presidente de la Comisi¨®n de Valores, ha recibido toda la Informaci¨®n que ha solicitado y ha estado al tanto de la evoluci¨®n de los acontecimientos a trav¨¦s del subgobernador, que es miembro de la comisi¨®n.
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